En una gran vuelta por etapas hay muchos más derrotados que triunfadores. La competencia es feroz y exige una preparación y una motivación adecuada. Si falla alguna de estas variables se descuadra la ecuación. En las tres semanas que ha durado la Vuelta a España hemos visto corredores que han rendido por debajo de lo esperado. Ciclistas que aparecían en todas las quinielas de favoritos para lograr triunfos parciales o ser piezas importantes en la batalla por el triunfo final pero que han pasado por la carrera sin pena ni gloria.

Peter Sagan

El eslovaco no es un ciclista acostumbrado a pasar inadvertido en las pruebas que disputa. Siempre deja pinceladas de su gran talento, de su carácter ganador, de su enorme clase. Pero en esta Vuelta hemos visto una versión desconocida del hombre del conjunto Cannondale. Sagan no ha estado metido en carrera en ningún momento, se le ha visto falto de forma, sin ambición ni motivación. Los resultados hablan por sí solos: ninguna victoria, un tercer puesto en Albacete, un cuarto en Logroño y un abandono prematuro en la primera etapa del tríptico astur-leonés. Una actuación muy decepcionante para un ciclista que necesitaba reencontrar la senda de la victoria tras un Tour de Francia sin triunfos parciales, pese a adjudicarse el maillot verde. Un resultado que siembra dudas sobre su rendimiento en los Mundiales de Ponferrada, donde debería ser una de las ruedas a vigilar.

Carlos Alberto Betancur

El colombiano es un talento distraído, una moneda al aire. Un corredor de extremos, capaz de tutear a los grandes nombres del pelotón en cualquier terreno, pero también de llegar a las carreras en un estado de forma lamentable. En la Vuelta a España hemos visto la peor versión del ciclista del Ag2r La Mondiale. Betancur se presentó en Jerez de la Frontera con bastantes quilos de más y completamente fuera de forma. No es de extrañar que se haya pasado toda la prueba flirteando con el farolillo rojo y que haya acabado la carrera penúltimo a más de cinco horas de Alberto Contador. Un resultado paupérrimo, que ya se veía venir tras su actuación en la Vuelta a Burgos, para un ciclista que desperdicia su talento temporada tras temporada.

Cadel Evans

El caso de Evans es diferente al de Betancur. Parece que los mejores años del veteranísimo ciclista australiano han pasado. Su favoritismo en las grandes vueltas se debe más a su espléndida hoja de resultados que a su nivel actual. El paso del hombre del BMC por la Vuelta ha sido testimonial. Desconectó de la lucha por la general en la sexta etapa, con final en La Zubia/Cumbres Verdes, y solo volvió a dar señales de vida en la crono disputada entre Santa María de Veruela y Borja, donde fue sexto. Un pobre bagaje para un ciclista con un compromiso y una competitividad incuestionables, que está dando sus últimas pedaladas como ciclista profesional.

Otros nombres que se pueden incluir dentro del apartado de decepciones son los de Jürgen Van Den Broeck (Lotto – Belisol), que continuó con su mala racha tras un Tour decepcionante, Gerald Ciolek (MTN – Qhubeka), que no consiguió meterse entre los diez primeros en ninguna etapa o Mikel Landa (Astana), que tampoco dio el paso adelante que de él se espera y volvió a quedar eclipsado por su compañero Fabio Aru.