Dos de dos disparos al palo de Juanjo Lobato hasta el momento. Ni mucho menos está teniendo suerte el trebujenero con respecto a la pasada temporada, y es que en su carrera de casa, la Vuelta a Andalucía, donde en 2015 lograba dos triunfos de etapa, en 2016 no ha conseguido alzar aún los brazos, quedándose con la miel en los labios este pasado miércoles, siendo tercero, mientras que este jueves tenía que verse relegado hasta el sexto lugar, sin opciones de meterse en la llegada final a pesar de ser ayudado por sus compañeros, sobre todo por el jefe de filas del conjunto telefónico, Alejandro Valverde.
"A 700 metros ha habido un parón tras una curva a izquierdas, me he quedado cerrado y cuando he podido lanzar era demasiado tarde"
Tres objetivos tenía por delante en la etapa de este jueves Lobato, el principal la victoria final en la línea de meta de Córdoba, pero ese es el único que le ha fallado al trebujenero. "Me había marcado tres pequeños objetivos para la etapa: el primero era coronar delante, el segundo era no cortarme en la bajada y el último, situarme en cabeza en el final lo antes posible para tener un sprint limpio. Por desgracia, el tercero me ha fallado: a 700 metros ha habido un parón tras una curva a izquierdas, me he quedado cerrado y cuando he podido lanzar era demasiado tarde", comentó ante los medios de comunicación.
Para terminar, Juanjo Lobato no dudó en ensalzar la figura de su último lanzador, Alejandro Valverde, y al resto del equipo, a quienes buscará compensar alzando los brazos en alguna de las etapas restantes. "Que un tío como Alejandro te ayude en el sprint es un honor, y hace aún más doloroso que en ninguno de los dos días le haya podido recompensar con una victoria, a él y al equipo. Para un sprinter, ser segundo o tercero en la etapa o en la general no vale: sólo sirve la victoria y espero que ésta llegue mañana. Yo me encuentro bien y espero que en Padul, sea yo o sea ‘el jefe’, podamos disputar ese triunfo", concluyó.