Volver al pasado nunca viene mal y muchas veces sirve para reencontrar sensaciones, para revivir recuerdos de un pasado glorioso. Eso es lo que han debido pensar Taylor Phinney y Julián Arredondo esta temporada. Sus trayectorias tienen ciertas similitudes, dentro de la gran diferencia de cualidades y características que manejan, eso sí, los dos despuntaron en el Giro. La 'Corsa Rosa' forjó dos jóvenes promesas que, de un modo u otro, quedaron estancadas en los últimos años.
Recordar al Phinney de 2012
El ciclista estadounidense llegó al ciclismo profesional arrasando. 2009 y 2010. De la mano de Jonathan Vaugthers y su equipo de jóvenes ciclistas, llegó al filial del actual Trek y arrasó en 2009 y 2010 entre los sub 23. Rara era la crono que se le escapaba, rara era la carrera en la que no luchaba por ganar. Además, se llevó dos París-Roubaix promesas y fue campeón del mundo sub 23 en CRI. Prometía mucho. Y en BMC lo demostró.
Taylor Phinney: "Me reuní con Vaughters y realmente conectamos"
En 2011 consiguió una victoria en el prólogo del Eneco Tour, ante los 'mayores' y ya en 2012 se llevaría el prólogo del Giro y vestiría el rosa. A final de año, fue capaz de llevarse la plata en el Mundial de Valkenburg, rematando su gran y auguriosa temporada. Su progresión se estancó ahí. Y no es que no haya tenido buenos resultados -victorias en Vuelta a Polonia, Tour de Dubai, Tour de Catar, top 10 en clásicas...- pero sí que su progreso se detuvo. Es complicado a veces conseguir resultados al máximo nivel.
Pero su estancamiento definitivo se produjo a causa de una grave lesión en los Nacionales de 2014. Más de un año sin competir por culpa de una fractura de tibia y peroné en una caída que asustó al mundo del ciclismo. Regresó en 2015 para correr muy poco y en carreras menores. En 2016 sí que completó la temporada pero el equipo no le dio demasiado protagonismo. Gregario en las clásicas del norte, participaciones en vueltas menores y un 17º puesto en el Eneco Tour antes de afrontar los Mundiales.
Ahora, a sus 26 años, regresa junto a Vaughters en Cannondale-Drapac con mucho por recorrer. Un retorno a un pasado lejano. Recuperar las sensaciones, las ilusiones y los recuerdos de aquel joven Phinney que quería triunfar en Campeonatos del Mundo y en las clásicas de pavé. "Tengo algunos amigos en el equipo y hay un buen ambiente. También me reuní con Vaughters a principios de este año y realmente conectamos", explica el estadounidense sobre su fichaje. Será el líder del equipo en las clásicas del norte y buscará triunfos en las cronos.
Un 'paso atrás' para Arredondo
Otro que vuelve al pasado, aunque en este caso un pasado más reciente, es Julián David Arredondo. El colombiano es fruto de la nueva generación de escarabajos, entre los que destacan Nairo Quintana, Urán, Atapuma, Chaves, los Henao, Miguel Ángel López... y el propio Arredondo. El antioqueño se ganó la oportunidad en el Nippo gracias a sus resultados como sub 23 y respondió ganando el Tour de Langkawi y con buenos resultados -sobre todo en Asia-. Ello le valió el paso al World Tour, con el conjunto Trek.
Arredondo: "Quiero confirmar lo bueno que he demostrado en el pasado"
2014 fue el gran año de Arredondo. Debutando en el World Tour, consiguió un doblete en la montaña del Tour de San Luis, cuajó una gran Tirreno y Flecha Valona y llegó al Giro para cuajar una soberbia actuación: maillot de la montaña y victoria en una de las etapas montañosas, de prestigio. Ahí pareció finalizar la progresión del colombiano, que no volvió a subir al podio jamás.
Bajón de rendimiento general -y de resultados-, siendo un séptimo puesto en el Tour de Suiza fue su mejor resultado en 2015 mientras que en un 2016 para el olvido, plagado de abandonos y malas sensaciones, solo fue capaz de llegar al top 10 en la etapa reina de la Volta al Algarve. Ello ha propiciado que el conjunto Trek, que aspira a cotas mucho mayores con la llegada de Alberto Contador, no cuente con el 'escarabajo'.
Y como en el caso de Phinney, qué mejor que volver al pasado para recuperar esas sensaciones y esos recuerdos felices que provocaron su llegada al World Tour. El propio Arrendondo lo ha reconocido: "Quiero confirmar lo bueno que he demostrado en el pasado". Tendrá plenos galones, junto a Cunego, en el ahora Nippo-Vini Fantini y, pese a que este sí que da un paso atrás - baja del World Tour a la categoría Continental Pro-, puede ser un movimiento para, a sus 28 años, intentar relanzar en busca de una nueva oportunidad al máximo nivel.