Los primeros compases de partido se desarrollaron con las imprecisiones tradicionales de un encuentro entre un equipo de Premier League con una alineación menos habitual y un equipo de League One con la tensión inicial ante la oportunidad de derrotar a un rival superior. El Everton pronto se impuso en los primeros minutos de incertidumbre y no tardó en cargar el juego sobre el área rival.
Barnsley castigó la falta de intensidad 'toffee'
La primera acción clara de peligro estuvo en botas de Kevin Mirallas, cuyo potente disparo desde fuera del área fue rechazado por el meta Davies y el posterior rechace, en pies de Aiden McGeady, fue nuevamente detenido por un acertado portero local. El Everton no pudo concretar y en los minutos sucesivos el control del balón no generó ninguna oportunidad de gol debido a las imprecisiones en los metros finales y a las dificultades para encontrar a Romelu Lukaku en una posición favorable dentro del área.
El Everton controlaba pero la sensación general no ofrecía tranquilidad alguna para los visitantes. El Barnsley se mostró muy agresivo en los metros finales y cada acercamiento creaba problemas a la defensa toffee. De esta manera, en el ecuador de la primera mitad, tras un centro lateral que John Stones no acertó a despejar, el delantero local Winnall recogió el balón y a la media vuelta colocó el balón en el fondo de las redes lejos del alcance de Joel Robles.
El gol envalentonó al Barnsley a la par que significó un duro golpe para un Everton desconcertado y falto de intensidad. El conjunto local aprovechó el momento de duda de los visitantes para ampliar distancias. En el 28', un nuevo centro lateral fue prolongado al área pequeña donde Watkins se adelantó a la salida en falso de Joel y puso el 2-0 en el marcador.
El Barnsley colocó en poco más de media hora contra las cuerdas a todo un equipo de primera divisón como el Everton. Los toffees, totalmente carentes de intensidad, intentaron sin ninguna fortuna reaccionar al doble golpe inflingido por los locales. En los minutos finales de la primer mitad, el Everton monopolizó las acciones de ataque llegando al área rival con muchos hombres e insistiendo una y otra vez con centros laterales que en ningún momento intimidaron a una sólida y correosa defensa local.
Reacción desde el vestuario
La reacción del Everton se gestó en los vestuarios. Roberto Martínez revolucionó el equipo dando entrada a Ross Barkley y Gerard Deulofeu y la imagen de los toffees se transformó desde las primeras acciones de juego. Con apenas cinco minutos disputados, Kevin Mirallas conectó una espectacular volea desde el punto de penalti para poner el 2-1 en el marcador.
El vendaval ofensivo del Everton no cesó hasta lograr el empate. Comandados por un hiperactivo y acertado Deulofeu, los visitantes consiguieron igualar el partido en el 59' cuando un centro del extremo catalán fue rematado con precisión por Steven Naismith. Lejos de hundirse, el Barnsley reaccionó de manera instantanea al empate rival y en el 61' tras una gran combinación por banda derecha, Crowley batió a Joel desde el centro del área y consiguió el 3-2.
Deulofeu, protagonista omnipresente
Duro golpe para el Everton que tras una primera mitad nefasta conseguía dar la vuelta al marcador y comprobaba como el rival no estaba dispuesto a tirar la toalla fácilmente. En los minutos siguientes, el Everton intentó por todos los medios igualar el partido, pero no fue hasta el minuto 78' cuando Deulofeu encontró a Lukaku con un centro lateral raso que el delantero belga prolongó al fondo de la red.
El partido agonizaba y el Everton aprovechó la inercia positiva del gol del empate y el bajón físico y emocional del rival para buscar con decisión el gol de la victoria. Sin embargo, las claras ocasiones de Barkley, Naismith y Deulofeu no encontraron portería y se marcharon desviadas por muy poco, frustrando así las esperanzas toffees de evitar la prórroga.
Everton impone su jerarquía
Los 30 minutos adicionales estuvieron repletos de alternativas para ambos conjuntos. Una situación de ida y vuelta en la que acabó imopniéndose el conjunto de mayor calidad y mejor físico. El Everton se adelantó pronto gracias a una portentosa acción individual de Deulofeu cuya internada al área encontró a Lukaku que, con la colaboración del central rival, anotó el 3-4.
En la segunda parte de la prórroga, el Barnsley amenazó seriamente la victoria visitante obligando a Joel a emplearse al máximo e incluso estrellando un balón contra el larguero. Sin embargo, fue el Everton el que sentenció el partido aprovechando los espacios creados por el rival y en una acción de contragolpe perfectamente conducida por Barkley, Lukaku anotó a placer sentenciando el encuentro con el 3-5.