No digan casualidad, llámenlo Swansea City

Una de las revelaciones de la Premier League persigue otro año más de crecimiento y consolidación en una categoría en la que está demostrando que no es necesario invertir millonadas para crear un equipo sólido y convincente. En cuatro jornadas ha empatado en Stamford Bridge y ganado al Manchester United. No, esto no es fruto del azar.

No digan casualidad, llámenlo Swansea City
Ayew y Montero se felicitan tras uno de los goles conseguidos por el francés. (Foto: Swansea City)
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Por Roger Requena

"Si quereis jugar individualmente, iros a jugar a tenis". Esta frase la pronunció Garry Monk en las horas previas al Chelsea - Swansea City de la primera jornada de la Premier League de este curso, y define a la perfección el sentido y la identidad de este pequeño, y a la vez tan grande, equipo galés. Su dirección empezó en febrero de 2014, y en menos de dos años ha renovado la cara de un equipo que se permite el lujo de competir de tú con los grandes. El Swansea aún no conoce la derrota este curso, y va a poner bien cara su piel. 

Un obrero en un sistema democrático

La burbuja televisiva en la que vive inmersa la Premier, esa liga que el curso 2014-15 batió el récord de inversión en fichajes en verano (1.028 millones de euros), y esta temporada ha vuelto a superarse (1.177), permite a todos sus clubs gozar de una estabilidad económica más que envidiosa. Los nuevos contratos con operadores como Sky Sports o BT permiten que los 20 afortunados que participan en esta competición reciban la friolera de 130 millones... como mínimo.

Eso ha permitido democratizar el gasto entre todos sus equipos. Así se explica que haya seis clubs por encima de los 60 millones de gasto, otros diez entre los 20 y los 40, y apenas cuatro (Norwich, Everton, Arsenal y Swansea), por debajo de los 20. El caso de éste último es especialmente singular, pues apenas ha invertido 13 millones para reforzar su plantel. Sí se puede. Lo más curioso, además, es que toda esa inversión aún no ha gozado de protagonismo en liga. Éder (6,7), Tabanou (4,9) y Nordfelt (0,85) esperan sus oportunidades a la sombra de los Gomis, Taylor y Fabianski, tres tipos que, pese a no tener un perfil sobradamente mediático, están dando la talla con creces. 

"Es un juego de equipo, deben entender que habrá momentos para todos", espetó Monk en la misma rueda de prensa previa al duelo en Stamford Bridge. Muy pocos daban opciones a su equipo de salir con algún punto de Londres, pero así fue. Un punto que pudieron ser tres con algo más de fortuna, pues tuvieron a los de José Mourinho con diez y contra las cuerdas. No fue casualidad. Como tampoco lo fue vencer al Manchester United en el Liberty. El Swansea ya lo había advertido el curso pasado, cuando firmó su mejor puntuación liguera de la historia en la Premier: 56 puntos. Este curso va a por más. 

El sentido del equipo

Construir un bloque parece algo a merced de cualquier bolsillo. Nada más lejos de la realidad, hacen falta muchos más ingredientes que los billetes para ello. Lo está demostrando Alan Pardew en el Crystal Palace: pagando 28 millones por tres jugadores, ha apuntalado un grupo al que rescató el curso pasado y al que esta temporada ha situado como un candidato a la revelación del año. Tres victorias en cuatro partidos (la última en Stamford Bridge) dan fe de ello. Algo parecido le ha ocurrido al Leicester, aunque su dispendio ha sido algo mayor (38). El gran fichaje del Swansea este verano, Ayew, llegó libre. Tiene 25 años y mucha progresión por delante, así que en el Liberty no se descarta hacer buena caja con él en un futuro no muy lejano. 

Aunque hay que esperar la adaptación de hombres como Éder o Tabanou, el once tipo del Swansea para este curso (aunque Monk haya advertido que hará rotaciones de forma constante), vistos los primeros duelos ligueros, lo forman los siguientes jugadores: Fabianski, Naughton, Fernández , Williams, Taylor, Ki, Shelvey, Ayew, Sigurdsson, Montero y Gomis. Once tipos con calidad que entienden que el grupo es el hilo conductor de esta entidad. 

El sacrificio en defensa, la solidaridad y el juego en acordeón (replegarse y esperar ordenado, para luego estirarse de forma estudiada con varios hombres, manteniendo el grupo unido) son algunas de las características del juego del equipo de Monk, que ha mejorado diversos aspectos respecto al curso pasado. El primero, disponer de una línea de tres mediapuntas (Ayew, Sigurdsson y Montero) que podrían jugar en casi cualquier equipo del mundo. El segundo, mantener el bloque defensivo del curso pasado. Y el tercero, lograr que Gomis derroche confianza y muestre su mejor versión. Cuatro goles en cuatro jornadas dan fe de ello. 

Puntos fuertes y a mejorar

La lesión de Ki en la primera jornada permitió a Cork hacer pareja con Shelvey en el centro del campo. El primero se ha convertido en el jugador que más balones intercepta en lo que va de curso en la Premier (19), mientras que el segundo se ha ganado la llamada de Roy Hodgson para volver a la selección. Ayew ha empezado con buen pie (3 goles y una asistencia en cuatro partidos de liga), y Montero ha vuelto a su mejor nivel, dejando atrás las lesiones sufridas antaño y despertando el interés de grandes como el propio Manchester United. 

Una de las principales características de su juego es tratar de hacer daño buscando las espaldas de los defensas rivales, con balones al espacio para las carreras de Gomis, Montero o Ayew. Otro, el repliegue tras pérdida, un ámbito en el que los galeses han crecido mucho en este inicio de curso. Además, generan más ocasiones, especialmente desde los costados, y prueban más el tiro desde larga distancia. Saber dominar y aprender a jugar cuando el dominio lo lleva el adversario, otro de sus puntos a favor. 

No hay duda de que este grupo puede superar los 56 puntos del curso pasado, e ir a Europa por la vía liguera sería un gran premio para el que habrá que trabajar de lo lindo. Por ahora, el viento sopla a favor, pero habrá que ver qué cara da el equipo galés ante la adversidad. En el campo del Chelsea respondieron bien, ante el Sunderland se les atragantó un equipo demasiado encerrado ante el que cedieron un punto por cobardía. En sus puntos débiles quedan los balones aéreos, el generar faltas en contra en puntos cercanos al área propia y evitar el fuera de juego rival. Mucho trabajo queda pues, en un equipo con hambre de mejora. 

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Sobre el autor
Roger Requena
Apasionado por el deporte, especialmente el fútbol. Practico el hockey hierba y me gusta ir a correr y hacer otros deportes. Estudié Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona, y el Máster de Comunicación Deportiva en la Universidad Ramon Llull - Blanquerna. http://highbury.es/author/roger-requena