El liderato del Leicester City se tambalea. Un sorpresivo empate a dos goles en casa ante West Bromwich vuelve a poner la carrera por el título al rojo vivo, pues al final de la jornada los Foxes podrían acabar igualados en puntos con el Tottenham.

El conjunto visitante, dirigido por Tony Pulis, tomó la delantera sorpresivamente gracias a un tanto de Salomón Rondón; poco después los locales nivelaron el marcador por conducto de Danny Drinkwater.

Parecía que las cosas tomaban un rumbo positivo para los de Ranieri cuando Andy King adelantó a los suyos cerca del descanso, pero un golazo de Craig Gardner forzó a los azules a conformarse con un punto. Con el empate, el Leicester podría dejar el primer puesto de la tabla si el Tottenham vence al West Ham en Londres.

El tiro de Drinkwater que acabaría en las redes. (Foto: The Mirror)
El tiro de Drinkwater que acabaría en las redes. (Foto: The Mirror)

Zorros a contracorriente

Los visitantes dejaron claras sus intenciones desde el pitido inicial, bien parados atrás esperando que los locales propusieran el partido. Ranieri podría haber esperado eso pero nadie esperaba que fueran los Baggies quienes abrieran el marcador apenas a los once minutos.

Darren Fletcher filtró un balón que el atacante venezolano Salomón Rondón disputó con Robert Huth. El sudamericano salió victorioso y batió con tranquilidad a Kasper Schmeichel ante la sorpresa de los aficionados locales.

Los Zorros respondieron con fuerza. Shinji Okazaki estuvo cerca de empatar pero contrarremató desviado un cabezazo de Huth tras un tiro de esquina. Los visitantes reforzaron sus defensas ante los ataques del Leicester, que lució falto de imaginación para abrir el cerrojo implementado por Pulis.

Sin embargo, los locales volvieron a la vida con media hora de partido de la primera parte aún por disputarse. Un disparo de larga distancia enviado por Drinkwater fue desviado por Jonas Olsson, y lo que parecía un inútil intento desesperado se convirtió en el tanto de la igualdad.

Con el empate en el marcador los locales recuperaron la confianza. Si el primer gol fue producto de la casualidad, el segundo mostró las virtudes reales del sorprendente equipo de Ranieri. Marc Albrighton y Mahrez se combinaron para que el argelino se luciera con un pase de lujo a King. El galés no falló a la hora de la verdad y definió con sangre fría a segundo poste para dar la vuelta al marcador.

El que perdona, empata

Los Baggies salieron para la segunda mitad con la encomienda de no darse por vencidos y encontraron su recompensa temprano en el complemento. Una mano de Mahrez le dio a la visita un tiro libre que Gardner cobró con maestría. La pelota superó a la barrera y, en una comba perfecta, pegó en el lateral derecho de la red defendida por Schmeichel. Un golazo que ni el mayor del clan danés habría detenido.

El West Brom pudo irse al frente por conducto de Rondón, que erró una oportunidad en el área local. Tras eso, el resto del juego fue del Leicester. Okazaki mandó un cabezazo al larguero y Vardy estrelló un balón en las piernas del meta Foster, pero el esférico no habría de entrar al arco visitante.

Los Zorros siguieron peleando hasta el final por los tres puntos y lograron crear dos ocasiones claras cerca del final. La primera le quedó a Wes Morgan pero el central disparó directo a la posición de Foster; y la segunda se la perdió Leonardo Ulloa que no pudo rematar un centro de Mahrez en tiempo agregado.

El West Brom se defendió estoicamente y le arrancó el empate a los locales, la Cenicienta de la liga a la que podría haberle llegado la medianoche.