Catástrofe, decepción, desastre, hecatombe... Son algunos de los adjetivos que se oirán para calificar el partido disputado esta noche en San Siro. Las 80.000 almas que se reunieron en Milan para ver a su selección clasificarse para el Mundial, merecieron más.

A pesar de merecer la victoria y de tener tramos en los que rozaron el gol, Italia careció de fútbol y de un plan de juego. Las ocasiones, que las hubo, llegaron más por empuje que por jugadas elaboradas. La defensa sueca, con Granqvist a la cabeza lo sacó todo.

Tiene mucho mérito lo que hicieron los hombres de Andersson, se meten en el Mundial dejando fuera a Holanda en fase de grupos y a Italia en la repesca. Ventura por su parte, quedará marcado como uno de los peores seleccionadores nacionales de la historia. Su empeño por jugar con tres centrales hasta el último minuto y el no darle la oportunidad a su mejor jugador, Insigne, lo señalan. Las lágrimas y las disculpas de Buffon ilustran el drama que vive Italia en estos momentos

La última vez que Italia no estuvo presente en un Mundial fue en 1958, precisamente el que se celebró en Suecia. Con esta eliminación, se despiden de la selección varios jugadores históricos como Bonucci, De Rossi y Buffon. El portero de la Juventus alargó su carrera para poder disputar su sexta Copa Mundial, pero para tristeza de Italia y del mundo del fútbol en general, ese sueño nunca se cumplirá. 

Nervios y dudas al comienzo

El ambiente en San Siro era el de las grandes ocasiones. Gigi Buffon pidió camisetas de Italia y hubo mucho más que eso. Casi 80.000 italianos se dejaron el alma cantando su himno y pitando el de Suecia, al contrario que su gran capitán que dando muestras de su categoría aplaudió el himno rival. Tras el sorteo de campos llegaba el pitido inicial y comenzaban las hostilidades. Los dos equipos sabían todo lo que estaba en juego, se palpaba la tensión y los nervios en cada acción. Dos amarillas muy tempranas daban fe de la inseguridad que mostraban ambos conjuntos y de lo difícil que sería para Mateu pitar este partido.

En esta primera fase del encuentro se reclamaron dos penaltis, uno en cada área, pero el árbitro español hizo oídos sordos. Italia movía el balón, pero en zona estéril. Suecia, bien plantada en el campo no se sentía incómoda. Al contrario que Italia, los suecos sabían a lo que jugaban

Intensidad durante todo el encuentro | Foto: FIGC
Intensidad durante todo el encuentro | Foto: FIGC

Italia roza el gol antes de llegar al descanso

La primera ocasión clara de la Azzurra llegó a la media hora de juego por medio de Candreva, que fue el jugador más destacado de la primera parte, por lo menos el que más peligro llevó. Su disparo sobre la portería de Olsen se fue arriba. Esta ocasión sirvió para espolear a la selección italiana, empezaron a triangular mejor y a crear verdadero peligro sobre la meta sueca.

En una de esas aproximaciones, Jorginho que debutaba con la selección, filtró un pase para Inmobile. El delantero de la Lazio logró superar al portero, pero Granqvist logró sacar el balón cuando se colaba. El gol se palpaba. Italia olía la sangre y quería marcar el tanto que empataba la eliminatoria antes del descanso. Florenzi tuvo la última antes del descanso, pero tampoco consiguió el tan ansiado objetivo. 

Inmobile tuvo varias oportunidades | Foto: FIGC
Inmobile tuvo varias oportunidades | Foto: FIGC

Sin cambios en la reanudación

Italia y Suecia saltaron al campo tras el descanso con los mismos onces con los que enfilaron el camino a los vestuarios. La segunda parte empezó como terminó la primera. La Azzurra acosaba a la selección sueca, cada vez con más empuje, pero con menos fútbol y tiempo. Ventura no movía el banquillo, ni renunciaba a los tres centrales a pesar de que el gol no llegaba. Suecia tuvo dos salidas a la contra muy peligrosas y el público empezaba a impacientarse. Italia tenía toda la posesión del mundo, los suecos no tenían el balón, pero tampoco lo querían. En estas andaba el juego, cuando por fin Ventura consideró que había llegado la hora de mover el banquillo.

Belotti fue uno de los revulsivos | Foto: FIGC
Belotti fue uno de los revulsivos | Foto: FIGC

No Insigne, no party

Para asombro y enfado de la mayoría del público, el entrenador italiano metió en el verde a Belotti y El Shaarawy. El mejor jugador o al menos el más distinto a todo lo que tenía, seguía en el banquillo. Cuesta entender que Lorenzo Insigne únicamente haya disputado catorce minutos en toda la eliminatoria y los jugara en Suecia.

Tras los cambios, el acoso de Italia fue absoluto. Quedaban veinte minutos y todavía un gol separaba a los italianos del Mundial. Andersson, el técnico sueco, agotó sus cambios metiendo a hombres frescos para defender como fuera el 0-0.

Suecia tampoco ofreció gran cosa, pero Ventura no encontraba soluciones y sus jugadores no eran capaces de plamar la superioridad. Los últimos minutos del partido fueron agónicos. El árbitro añadió cinco minutos que duraron una eternidad para Suecia y un suspiro para Italia. Tras el enésimo balón colgado, con Buffon en el área rival, y despejado por la zaga sueca, Mateu Lahoz pitó el final del encuentro. Los jugadores italianos se desplomaron en el césped, mientras que Suecia saltaba de alegría. Habían derribado a un gigante. 

Los jugadores italianos desolados tras la derrota | Foto: FIGC
Los jugadores italianos desolados tras la derrota | Foto: FIGC

Buffon roto de dolor y con lágrimas en los ojos pedía perdón a todo un país. Un Mundial sin Italia, es menos Mundial. ¡Porca miseria!