Una tarde en Anfield que podía significar el descenso de Stoke City. Así era el panorama para los Potters que se encontraban a cuatro puntos del descenso antes de este partido. Sin embargo, querían buscar una hazaña frente a uno de los mejores equipos del mundo en este momento. Lograr una hazaña sería un respiro para un equipo que no ha podido hacer frente a casi ninguno de sus rivales pero, si llegaban a perder hoy significaría un descenso casi matemático si se diesen algunos resultados. Nadie sabe como el club ha llegado a esta situación pero allí estaban, peleando frente a uno de los mejores equipos para intentar no descender.

Realidades distintas

No fue el mejor día de Salah. Foto: Liverpool
No fue el mejor día de Salah. Foto: Liverpool

Los Reds venían de ganar por cinco goles a dos a la Roma por la semifinal de ida de la Champions League. El equipo dirigido de Klopp ya tiene un pie puesto en la final que se jugará en Kiev. Lo que habla de las situaciones tan diferentes que se viven entre estos dos equipos: Cima contra precipicio.

Empezaría el partido con una jugada de la figura del Liverpool, el máximo anotador de la temporada, Mohamed Salah empezaría haciendo lo mismo de siempre: desequilibrar. Corría el minuto cinco y el egipcio ya tenía su primera gran oportunidad para poner adelante a su equipo y a él en la lucha por la bota de oro pero, la fallaría increíblemente. Los Reds asfixiaban y asfixiaban provocando los errores en la salida de los Potters sin éxito al intentar concretar.

A pesar de la superioridad obvia del Liverpool, los dirigidos por Lambert se las arreglaban para crear chances de gol, y así, en una desatención del Liverpool lograrían hacer un contraataque de la mano de Bauer que lanzaría un centro hacia la cabeza de Diouf quién la mandaría apenas fuera. Stoke estaba logrando muy buenos minutos frente a un rival que vive sus momentos más importantes de los últimos diez años. Los Potters lograrían crear otra ocasión, esta vez por parte de Shaqiri quién lanzaría un centro por lo bajo para Crouch que no alcanzaría a conectar hacia la red. Stoke City aprovechaba la gran debilidad del Liverpool esta temporada: su línea defensiva.

Un Liverpool que no lo parecía

Liverpool tuvo 20 tiros al arco pero, no pudo concretar. Foto: Liverpool
Liverpool tuvo 20 tiros al arco pero, no pudo concretar. Foto: Liverpool

Aún así, viéndose incluso superado por la visita, los Reds creaban oportunidades gracias a Firmino, Salah, Ings y Wijnaldum. Este último buscaría el arco con un disparo por lo bajo que se iría por muy poco fuera, también Alexander-Arnold y Salah serían los que buscarían marcar, eso sí, sin poder lograrlo en todo el primer tiempo. Es más, tanta era la mala suerte de los Reds que le llegaron a anular un gol a Ings por posición de adelanto. Se irían con este empate al descanso, algo raro para los Reds, ya que no se iban sin marcar en el primer tiempo desde el 30 de diciembre.

No estaba siendo el mejor partido para los de Klopp que aunque llegasen al área de los Potters no tenían esa capacidad característica de marcar goles a diestra y siniestra. Este partido se lo estaban tomando con mucha calma ambos equipos. Parecían conformes con el empate, pero era obvio que el Liverpool quería ganar para llegar a imponer respeto al Olímpico de Roma y para asegurar la clasificación a Champions League la próxima temporada. Salah buscaba a ratos su gol, pero sin duda no era su día como lo fue frente a la Roma entre semana. Corrían los últimos minutos y el Liverpool iba con todo hacia a la victoria pero la defensa del Stoke se replegaba muy bien. Asedio total de los Reds que no podían marcar. Final del partido y Stoke que sigue en la lucha por no descender, eso sí, con muchas menos posibilidades que sus otros rivales. Mientras tanto, el Liverpool viajará a Roma para asegurar un pase a la final de la Champions League.

Un empate que no sirve de nada

El empate no le sirve a ninguno de los dos equipos. Foto: Liverpool
El empate no le sirve a ninguno de los dos equipos. Foto: Liverpool

El Stoke iba con la esperanza de lograr una victoria en Anfield, sin embargo, la situación era muy complicada como para sacarle tres puntos a un equipo que no ha perdido frente a ellos hace 55 partidos en Anfield. A pesar de esto, sacar un empate en este estadio siempre es difícil por lo que se debería agradecer el esfuerzo hecho por los Potters. El equipo dirigido por Lambert queda a solo tres puntos de la salvación, eso sí, con dos partidos más que el Swansea.