Después de un largo parón sin Bundesliga, volvió el torneo más importante de Alemania. La primera jornada se inauguró el viernes, como es costumbre, con el campeón de la edición pasada en cancha. Sin embargo, el grueso de partidos estaba el día sábado. Dentro de lo más destacado esta la presentación del vigente campeón de la DFB Pokal, el Frankfurt, quien visitó al Friburgo.
La tarde terminaba de caer en el Schwarzwald- Stadion cuando los dos equipos salieron a la cancha para dar comienzo a su participación por liga. Con los equipos dispuestos y el juez preparado comenzó el encuentro entre ambos equipos.
El primer tiempo empezó con los equipos intentando asentarse en la cancha, buscando acomodarse y así poder hacer daño a su rival de alguna manera. Los jugadores de Hütter, el sucesor de Kovac en el banquillo de las ‘Águilas’, arrancaron mostrando sus intenciones de dominar el esférico y avanzar con pases cortos.
No obstante, a los 10 minutos consiguieron abrir el marcador a través de un balón en largo. Jugaron un pase directo desde la media cancha en busca de Sebastien Haller. El delantero, de espalda al arco, habilitó a un compañero con un bello pase de taco y lo dejó solo al borde del área. Müller fue quien recibió y de manera inteligente remató fuerte, rasante y cruzado para vencer al portero del Friburgo. Rápidamente el Frankfurt se ponía por delante en el marcador.
A partir de ese momento hubo muy pocas chances en los restantes minutos del primer tiempo. La posesión era dividida en el encuentro, aunque ambos equipos la utilizaban de manera distinta. Los locales intentaban avanzar de manera veloz y vertiginosa por las bandas con la clara intención de encontrar a su rival mal acomodado. Por su parte, la visita jugaba en corto, con mayor calma y subía en bloque por el campo.
Ya en el segundo tiempo, el Friburgo arrancó con diferente disposición. El equipo local salió de los vestidores con la mentalidad puesta en encontrar el empate. De hecho, en el primer minuto llegaron peligrosamente al pórtico de sus rivales, pero, otra vez, la definición no era precisa.
Pocos minutos después, el 1-1 en el tanteador fue una realidad. Aunque fue una realidad fugaz, pues el árbitro anuló la anotación por un claro fuera de lugar del delantero local. Este susto fue decisivo para el desarrollo. El Frankfurt despertó y la figura de Haller empezó a resaltar aún más que en el primer tiempo. El delantero galo fue el jugador que oxigenó al equipo, con su juego de espaldas y su capacidad para sostener el balón le dio un respiro a sus compañeros.
Todo volvió ser igual que en la primer etapa. Las oportunidades se esfumaron, los ánimos se calmaron y el juego se volvió lento, pausado y con poca emoción.
Fue solo hasta el minuto 82 que el Frankfurt pudo tener a uno de sus jugadores de cara al arco defendido por Schwolow. Para fortuna de ellos, el jugador que quedó en esa posición fue, probablemente, el jugador más indicado para finalizar la jugada.
El curso de las acciones empezó con un lateral desde la banda izquierda que fue entregado a Haller en la mitad del campo. El galo le entregó el balón rápidamente a Gacinovic y este la envió de nuevo a la izquierda para De Guzmán, quien había entrado 10 minutos antes. El neerlandés, de primera intención, pasó el balón hacia el medio y dejó a Haller de cara al arco dentro del área. El numero 9 no perdonó y con un remate seco al primer palo venció la resistencia del portero.
El Frankfurt sentenció el partido a partir de su efectividad y se repuso de la derrota en la Supercopa alemana. Con este 0-2 se llevó los tres puntos para casa, donde enfrentará al Werder Bremen. Por su parte, el Friburgo tendrá que levantar cabeza cuando visite al Hoffenheim en la próxima jornada.