El encuentro en Anfield arrancaba con los prolegómenos habituales para el Liverpool por medio del pasillo de su rival, en este caso el Burnley, que llegaba necesitado de puntos para luchar por Europa. Movió escasamente Klopp su once tipo, colocando a Neco Williams como lateral derecho y a Curtis Jones como interior izquierdo en detrimento de un Jordan Henderson que se despide de la temporada tras su lesión en la rodilla. Por otro lado, Sean Dyche alineaba a su habitual cuadro titular en un 4-4-2 compuesto por Nick Pope, Bardsley, Long, Tarkowski, Taylor, Westwood, Brownhill, McNeil, Pieters, Chris Wood y Jay Rodriguez.

Abrumador dominio red

Los primeros compases del partido estuvieron copados por un dominio absoluto del Liverpool con el balón, con un Jones muy activo en tres cuartos de campo pisando área constantemente. De hecho, el joven canterano red tuvo en sus botas dos ocasiones para abrir el marcador, pero Nick Pope repelió ambas intentonas. Con el transcurso de los minutos el Liverpool fue carburando y llegando cada vez con más peligro al área, gracias a las constantes triangulaciones de Salah, Firmino y Mané.

Foto: Premier League
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Pasado el primer cuarto de hora del encuentro, el egipcio pudo quitar las telarañas de la portería del Burnley con una volea, pero apareció Pope con una espectacular estirada a la mismísima escuadra. Minutos más tarde, los dos futbolistas volvieron a protagonizar una acción donde el arquero británico se hizo gigante y detuvo otro disparo de Salah. Rondaba el Liverpool el 80% de posesión en un plácido encuentro donde el Burnley seguía sin atacar. Los saques de esquina se convirtieron en el primer tiempo en la única vía ofensiva de los visitantes, con un McNeil que lo intentaba más que nadie.

El Liverpool logró abrir el melón abrió finalmente en el minuto 33 de partido, con un cabezazo de Robertson que entraba desde el flanco derecho como un avión tras el envío de Fabinho por alto. El escocés no se conformó y a punto estuvo de marcar de nuevo con un centro que se envenenó, pero que no logró encontrar portería. Instantes previos al descanso, Mané estuvo a punto de colocar el 2-0 con un potente chut dirigido a la escuadra que volvió a despejar Pope.

Imprevisto giro de guión

La segunda mitad comenzó con la misma sintonía que la primera a través de un Liverpool que dominaba el choque sin paliativos. Se le resistía el segundo tanto a los hombres de Klopp, tras un disparo al palo de Firmino y una posterior acción de Curtis Jones que lamió el travesaño. Había embotellado el cuadro local al Burnley en su área, esperando pacientemente para asestar el golpe definitivo. Sin embargo, el drinks break reglamentario trajo consigo la igualada de un Burnley que parecía inofensivo. Jay Rodríguez recogió la dejada de cabeza de Tarkowski para empalar el balón con su pierna derecha y enviarlo a la esquina de la portería de Allison.

Foto: Premier League
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Saltaba la sorpresa en Anfield, por lo que el Liverpool optó por volcarse aún más en busca de un 2-1 que no llegó. Entraron al terreno de juego Keita, Arnold y Oxlade por Jones, Williams y Wijnaldum, pero la estrategia de Sean Dyche permitió al Burnley salir con un valioso punto del partido. Las ocasiones no cesaron para ninguno de los dos conjuntos. Los visitantes tuvieron la victoria en los pies de Westwood, que disparó al travesaño tras una mala salida de Allison a la salida de un córner en el minuto 86. Ya en el descuento Salah pudo decantar la balanza, pero Pope volvió a detener un flojo chut del egipcio en el área pequeña.

El Liverpool se coloca con 93 puntos, con aún cuatro jornadas por delante, que pueden no ser suficientes para lograr su gran objetivo: superar los 100 puntos logrados por el Manchester City en la temporada 2017-2018. Sin embargo, los de Klopp con este empate han visto como su hegemonía victoriosa en Anfield, vigente desde enero de 2019 se ha frenado en seco. Por su parte, el Burnley, aupado por un Nick Pope estelar, se coloca noveno con 50 puntos, empatado con el Arsenal, siguiendo muy de cerca la lucha por Europa League, a tan solo un punto.