Tras cuatro partidos consecutivos sin ganar en la Premier League, el Arsenal afrontaba este partido con la intención de convertirlo en un punto de inflexión que les sirva para coger confianza de cara a lo que resta de temporada. Para ello, Arteta confiaba en los de siempre, tan solo cambiando a Elneny por el lesionado Thomas Partey con respecto al partido ante el Tottenham. Lacazette volvía a formar como mediapunta, posición en la que había actuado en el último mes dejando muchas dudas.
Por su parte, el Burnley llegaba al encuentro en puestos de descenso, ganando solo un partido de los diez que habían jugado hasta la fecha, y Sean Dyche repetía la alineación con la que fue capaz de sacarle un punto al Everton el sábado pasado.
Como era de esperar, la primera parte se jugó de principio a fin a lo que el Burnley quiso. El Arsenal no conseguía combinar de manera rápida en campo rival, primero porque en cada duelo de juego por dentro siempre se encontraban en inferioridad numérica, y segundo porque la creatividad no es el rasgo fundamental de los dos mediocentros que Mikel Arteta decidió alinear, Elneny y Xhaka. El egipcio desempeñó un muy buen papel, pero a la hora de profundizar y conectar con la gente de arriba estaba muy solo. Los clarets pudieron adelantarse a los quince minutos, pero Chris Wood remató fuera un centro perfecto de Robbie Brady desde la derecha, aprovechando un error gravísimo de Bellerín, que rompía el fuera de juego. El Arsenal tuvo un par de ocasiones, ambas en los pies de Lacazette, que en la primera no conseguía conectar bien con el balón tras la dejada de Willian de espaldas y en la segunda remató muy centrado, dejando así que Pope se luciera evitando el gol.
Tras el descanso, los gunners salieron más enchufados y estaban consiguiendo dominar el juego, pero Granit Xhaka decidió autoexpulsarse agarrando del cuello a Westwood tras una falta en el centro del campo sin demasiada importancia y dejó a su equipo vendido. A partir de entonces, los jugadores de Arteta se vinieron abajo y el Burnley fue el único equipo sobre el terreno de juego, con un cento del campo perfectamente sostenido por Westwood y Brownhill. No hubo ni una sola ocasión de gol a partir de entonces, pero al equipo de Dyche no le hizo falta crear ninguna para ganar el partido. El gol de la victoria llegó en un córner sacado por Westwood que Aubameyang introdujo en su propia portería. El Arsenal fue incapaz de superar la defensa claret en todo el encuentro, comandada por un Tarkowski imperial.
Los tres puntos le sirven al Burnley para salir del descenso, mientras que el Arsenal se mantiene decimoquinto en la tabla y sus aspiraciones para esta temporada no parecen ir más allá de mantenerse en la categoría.