Desde que el árbitro dio comienzo al encuentro se pudo ver lo que finalmente sería el histórico marcador que DC United terminó consiguiendo. Prácticamente, en el primer acercamiento del equipo local sobre la portería, Najar colocó un balón desde la banda derecha al interior del área donde apareció por el otro costado Kevin Paredes, y sin pensárselo remató a puerta para colocar a su equipo por delante en el marcador, cuando apenas había transcurrido minuto y medio. La sorpresa llegó unos minutos después de un nuevo error de la defensa visitante en las marcas que dejó a Robertha solo ante el guardameta. Por segunda semana consecutiva, el delantero hizo aquello que mejor sabe hacer y anotó un segundo gol batiendo al portero a placer.

La respuesta de Toronto FC, aunque leve, no se hizo esperar y durante los siguientes minutos insistió sobre la portería del conjunto local, llegando a generar algún que otro disparo a puerta que puso en problemas al guardameta, pero que realmente no pusieron en riesgo el marcador.

En el ecuador del partido, DC United asistió un golpe definitivo que terminó de decantarlo a su favor. Aprovechando un error en el despeje, Arriola remató a puerta. Con la ayuda de un defensor visitante que desvió la pelota y engañó al portero, el conjunto “capitalino” logró un tercer gol que significaba un aliento para sus aspiraciones.

A partir de ese momento el partido se tornó en un dominio del equipo canadiense que, pese a llevar la iniciativa, apenas consiguió imponerse en el juego y asediar la portería rival, finalizando las jugadas en muchas ocasiones lejos de la portería rival. Mientras tanto, su rival tuvo claro el planteamiento, recuperar y correr. Con balones al espacio tratarían de abrir mayor brecha en el marcador. Sin embargo, fue el conjunto visitante el que finalmente consiguió abrir el marcador de su lado gracias a un buen gol. Bradley recuperó la pelota en las inmediaciones del área rival y colocó un centro al segundo palo donde apareció Akinola para rematar a gol de primeras y recortar distancia.

Tras este tanto el partido quedó ligeramente abierto hasta la llegada del descanso sin que ninguno de los dos equipos consiguiese mostrar superioridad el uno sobre el otro. Este resultado y la insistencia canadiense sobre la portería rival dejaba un partido muy abierto para los segundos 45 minutos.

La segunda parte inició con un planteamiento muy similar a lo que se había visto en el final de la anterior mitad, con dos equipos disputándose el control de la pelota en el centro del campo y muy pocos acercamientos sobre las porterías. Las únicas ocasiones en las que alguno de los equipos pisó área rival fue con acciones a balón parado. Con dos goles de desventaja, Toronto FC hizo dos cambios ofensivos al dar entrada a Soteldo y Pozuelo, dos jugadores determinantes para el equipo que en esta temporada todavía no han logrado demostrar su verdadero nivel.

Conforme el encuentro fue madurando, DC United tuvo mayor ímpetu sobre la portería canadiense hasta que en el 70, Arriola volvió a mostrar una gran superioridad con respecto a la defensa, y siendo el “más listo de la clase”, asestó un golpe definitivo al encuentro. Aprovechó la fragilidad de la defensa de Toronto para hacerse con una pelota y encarar Bono, quien solo pudo ver como por cuarta vez, tenía que sacar el balón del fondo de su área. Este gol dejó noqueado a un equipo canadiense que vio como unos minutos después se quedaba con un futbolista menos por la expulsión por roja directa de Zavaleta.

El partido estaba decidido, solo quedaba dejar pasar el tiempo y que la pesadilla de Toronto FC terminase lo antes posible. Sin embargo, esta todavía le quedaban algunos capítulos, viviendo el siguiente a los pocos minutos de quedarse con uno menos. La defensa de Toronto volvió hacer nuevamente aguas dejando al recién salido al terreno de juego, Ola Kamara solo ante el portero. No hubo dudas. El delantero anotó el quinto gol dejando una sonrojante derrota para el rival. Una derrota que todavía crecería más aún.

En los últimos cinco minutos, con un equipo visitante dándose por vencido, llegaron dos goles más que dejaron un resultado histórico y una derrota que posiblemente tenga consecuencias en el banquillo canadiense. Primero fue Asad quien, libre de marca y en el segundo palo remató de cabeza un centro desde la banda izquierda. Que uno de los jugadores más bajos de la competición te anote un gol así no habla muy bien del trabajo defensivo de un equipo, por mucha expulsión que se haya sufrido.

El colofón a este partido lo puso un Homegrown Player como Griffen Yow. El delantero de 18 años se estrenaba en esta temporada con un gol de pillo que dejaba el marcador con un doloroso y sorprendente 7-1 y a Chris Armas pendiendo de un hilo.

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