La expresión francesa que aparece en el título hace referencia a un periodo específico de lo que fue la Segunda Guerra Mundial. La "guerra de broma" o "guerra falsa", fue la denominación empleada para designar la declaración de guerra que franceses y británicos lanzaron contra Alemania. En ese intervalo del tiempo, del 3 de septiembre de 1939 hasta el 10 de mayo de 1940, las tropas de ambos países no realizaron ningún movimiento ofensivo. Esta “guerra de asiento” finalizó con la invasión alemana a Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo.

Tras diez títulos consecutivos del Bayern Múnich y con la mente puesta en lo que está por venir: ¿Estamos ante una liga ilusoria? ¿Hasta qué punto hablamos de una competición del más alto nivel? ¿Habrá un cambio de ciclo? ¿Qué significaría ese nuevo escenario? Estas y otras tantas preguntas se realizan examinando el panorama. Un espectáculo que, en menos de un mes, dará el pistoletazo de salida.

  • Las claves

Mirando lo acaecido en esta 21-22 y lo ocurrido en este mercado de traspasos, hay tres sucesos que plantean la posibilidad de ver un inédito contexto: 1) En primer lugar, la gran temporada de los equipos alemanes en competición europea. Bayern Leverkusen y RB Leipzig avanzaron hacia las últimas rondas con la aspiración de levantar la UEFA Europa League. Sin embargo, la sorpresa en tal contienda la dio el Eintracht Frankurt, alzándose como campeón en una final para el recuerdo de las águilas. Además, el Bayern Múnich daba síntomas de flaqueza al caer eliminado en los cuartos de final de la UEFA Champions League. 2) En los últimos dos años, el equipo bávaro no ha logrado levantar la DFB Pokal. En el mes de mayo, el Leipzig de Domenico Tedesco conseguía el trofeo tras vencer al SC Freiburg. 3) La reciente pérdida su estrella: la venta de Robert Lewandoski al FC Barcelona. El tercer máximo goleador de la historia de la Bundesliga (con 310 tantos) abandona la entidad. El destino del polaco obliga a los muniqueses a enfilar un nuevo camino. Cabe añadir que, a pesar de los refuerzos, ninguno de ellos ostenta un perfil similar al 9. Demás jugadores, con menos capacidad goleadora, deberán elevar sus números. Lo que queda claro es que el delantero centro es irremplazable.

Los ejemplos anteriores, aunque no sirvan para predecir el futuro, dan cierta cuenta del nivel de los clubes alemanes. Apostando por entrenadores, en su mayoría, de perfil ofensivo y por buscar talento en mercados extranjeros, la liga alemana disfruta de una salud e imagen que va en aumento. En lo referente al estilo de juego, a los estadios, a la capacitación e instalaciones o en lo relativo a la política de precios populares, la Bundesliga comienza a situarse a la altura de otros torneos que, anteriormente, estaban por encima. Organizaciones de tamaño medio consiguen reforzarse con los mejores jugadores de ajenos conjuntos y, además, pagando buenas cantidades (sin llegar al sobrepago existente en la Premier League), un ejemplo es la reciente compra de Angelo Fulgini por parte del FSV Mainz 05.

Después de una mala temporada de equipos potentes como el VfL Wolfsburgo o el Borussia Mönchengladbach, en esta 22-23 pondrán toda la carne en el asador con el que será su único y principal objetivo, a saber: quedar lo más arriba de la clasificación para disfrutar de Europa. Estos clubes, que poseen una buena base económica, se unirán a otros, como el Unión Berlin o el SC Freiburg, que han conseguido aumentar su prestigio tras sus últimos ejercicios. Por otra parte, el Köln o el TSG 1899 Hoffenheim, intentarán seguir creciendo en su lucha por una posición de privilegio. Finalmente, el que ha sido su máximo rival, el Borussia Dortmund, aunque haya perdido a su estrella noruega, ha elevado su nivel en la zaga (a destacar el alta que han adquirido después de firmar a Niklas Sule). Zona en la que tenían ciertos déficits.

Nuevos vencedores aspiran a tales galardones./ Fuente: Getty Images.
Nuevos "luchadores" aspiran a tales galardones./ Fuente: Getty Images.
  • Habrá pelea

Con lo que llegamos a una conclusión: estas entidades y otras sorpresas que suelen darse en el certamen (veremos cuáles son las opciones de dos clásicos recién ascendidos: Werder Bremen Schalke 04), no van a la batalla sin armas; por supuesto que pueden caer, pero lo que es seguro es que morirán en el intento. Aunque las diferencias sigan siendo grandes con respecto al gran campeón, el crecimiento que ciertos conglomerados llevan a cabo, convierte a la disputa en todo un conflicto de trincheras. Y lo único que podemos decir al respecto, desde una posición diplomática, es: ¡Que gane el mejor!