Según el cuento de los Hermanos Grimm,Los músicos de Bremen’ eran cuatro animales: un burro, un perro, un gato y un gallo que vivían en un poblado de la Baja Sajonia, en Alemania, cuyos dueños decidieron sacrificarlos, considerando que, por su vejez, estos sólo servían para consumir comida y ya no daban utilidad para los servicios de la granja. Los animales de manera independiente huyen de sus dueños y finalmente, se encontraron. Al conocerse, deciden iniciar un viaje con destino a la ciudad de Bremen, que tenía fama de ser liberal y abierta al mundo, conocida por su simpatía por los extranjeros.

Estatua  de los 'músicos de Bremen'. / Fuente: Wikipedia

Llegará un día que no estes

Tirando de imaginación y de manera comparativa, podemos establecer un paralelismo entre dicho cuento y el Werder Bremen. Los verdiblancos son el tercer equipo en el ranking histórico del campeonato alemán (puntos totales conseguidos), por detrás del Bayern Múnich y el Borussia Dortmund y por encima del Hamburgo y del VFB Stuttgart. El proceso de regresión sufrido por el club ha contado con múltiples factores que acabaron propiciando la relegación del conjunto a la segunda categoría. Pasaron de acabar en los puestos altos de la tabla y disputar competición europea, al conformismo y el estado anestésico de mitad de tabla, para finalmente, encontrarse inmersos en luchar por no caer al abismo de la 2. Bundesliga.

Un gran susto en forma de presagio

En la temporada 2019/2020, tras unos números realmente nefastos, salvaron la relegación directa en la última jornada, tras un contundente (6-1) al Colonia, sumaron un punto más que el Fortuna Düsseldorf y fueron los rivales del Heidenheim (3º clasificado en segunda) en el partido por la promoción a Bundesliga. El (0-0) inicial en Bremen ponía toda la emoción y tensión en el partido que se jugaría en el Voith-Arena días más tarde. El partido terminó (2-2) y el conjunto de Baja Sajonia conseguía de manera dramática mantener la categoría. La edición 2020/2021 acabaría siendo todo lo cruel que no lo fue la anterior, en esta ocasión terminarían décimo séptimos, a dos puntos de un Colonia que tendría la oportunidad de salvar el curso ante el Holstein Kiel (como así acabaría pasando). Thomas Schaaf, ídolo de la afición de Bremen, que era el segundo de Florian Kohfeldt (entrenador durante la temporada), asumió el conjunto en las últimas jornadas, pero no pudo salvarlo. El conjunto sufría así el segundo descenso en toda su historia.

Cuesta abajo y sin frenos

Entre algunos de los motivos que precipitaron el declive del Werder Bremen, la principal es la mala racha final que les condenó, nueve derrotas y un empate en las últimas diez jornadas, números con los que es imposible competir en una de las ligas de mayor nivel del mundo. Eso fue el gran hándicap de dicha temporada, pero la deconstrucción de este equipo venía de temporadas atrás. Malas decisiones deportivas y una gestión del club que dejaba bastante que desear. Juego previsible; formaciones obsoletas, con poca capacidad para contrarrestar las variaciones del contrario; una rotación que no estaba a la altura; importantes bajas por lesión de hombres clave. Todo esto sumado a malas decisiones en los despachos, dejaron al conjunto del norte de Alemania en una situación deficitaria, en estado de apaga fuegos y de tener que ir tapando los socavones que iban surgiendo a lo largo del camino.

El descenso hizo que en el verano de 2021, importantes jugadores abandonaran el club (Max Eggestein, Milot Rashica, Sargent, L. Augustinsson), saliendo por cantidades más bajas de lo que lo habrían hecho si el equipo estuviera en Bundesliga. Aun así, el equipo consiguió retener a importantes hombres, como el portero Pavlenka; a los defensores Marco Friedl y Milos Vejkovic; a los centrocampistas Leonardo Bittencourt y Romano Schmidt y al delantero Nicklas Füllkrug. Además, ficharon a Marvin Ducksch del Hannover 96, que resultó un éxito rotundo, pues junto a Füllkrug, consiguieron 20 y 19 tantos respectivamente en liga, una dupla letal. Markus Anfang fue el encargado de dirigir al conjunto en la nueva etapa en segunda, pero estuvo en el cargo hasta noviembre, con un bagaje de (4V, 3E, 4D). Ole Werner fue el hombre elegido para relevarlo y quien acabaría posteriormente consiguiendo el tan ansiado ascenso.

Nicklas Füllkrug, clave en este esquema del Werder Bremen. / Fuente: @werderbremen

Una comunión esperanzadora

Con Werner el equipo funcionó desde el primer momento a las mil maravillas, entre los meses de diciembre y marzo, ‘los isleños del río’ disputaron 12 encuentros, siendo la racha de estos de diez victorias, un empate y una derrota, que fue en el partido número once en el cargo del preparador alemán, además del único partido que ha perdido la escuadra a las órdenes de Werner (2-1) en casa del Heidenheim. El conjunto funcionó con la propuesta del técnico, la formación era un (5-3-2) con tres centrales, dos carrileros muy verticales y con mucho recorrido, un centro del campo con tres hombres, uno de contención, generalmente (Nicolai Rapp) y dos interiores (Leonardo Bittencourt y  Romano Schmidt). Arriba dos delanteros muy potentes, ambos 1.88 metros de altura, merodeadores del área y cuyos goles les hicieron quedar como tercero y cuarto en la clasificación general, tras Simon Terodde (Schalke 04, 30 goles) y Robert Glatzel (Hamburgo, 22).

Ole Werner, el hombre que cayó de pie en el banquillo de los verdiblancos. / Fuente: @werderbremen

Finalmente, el conjunto del Weserstadion finalizó la campaña en segundo lugar, consiguiendo así el ansiado ascenso tras una temporada en la segunda categoría del fútbol alemán. Hay muchas ganas de ver lo que puede ofrecer este grupo, sobre todo tras los excelentes datos que han ofrecido desde que Werner está al mando del equipo. Ahora toca aprender de los errores del pasado, para no volver a repetirlos e instaurar de nuevo otra gran racha de temporadas en la máxima categoría de la Bundesliga. El Werder Bremen puede, al igual que estos animales del cuento de los Hermanos Grimm, demostrar que no estaban acabados y brindarle a su afición grandes noches de fútbol como las que esta vivía hace no demasiados años.