En los primeros días de septiembre del año pasado, David de Gea era un mar de dudas. Su fichaje por el Real Madrid había quedado estancado en agua de borrajas y a Van Gaal no le gustaron mucho las formas en las que sucedió todo. Pero al cabo de unos pocos partidos (con la ayuda de varios fallos de Romero y su posterior lesión) el meta madrileño volvió a tener minutos. Y no defraudó.
Es más, dos semanas después de aquello renovó su contrato con el Manchester United hasta 2019. Era la reconciliación con los aficionados. El gesto que ellos necesitaban para volver a darle su apoyo, para confiar en él. A partir de entonces Sergio Romero desapareció del mapa y quedaría para jugar los partidos menos trascendentales de la temporada. El cancerbero madrileño había vuelto.
Van Gaal nunca tuvo dudas de que él era el mejor guardameta del equipo, y en cuanto tuvo la oportunidad no se desprendió del exportero del Atlético de Madrid. En esta temporada tan irregular para los red devils, De Gea está siendo de lo más salvable del equipo, con numerosas intervenciones en momentos críticos que han salvado a los de Manchester de un desastre peor.
En el apartado de virtudes, la principal y más importante es la correspondiente a su calidad. En este aspecto, el arquero madrileño ha ido creciendo y evolucionando, incluso en este año tan nefasto para el equipo. David ha sabido adaptarse perfectamente al equipo y ha cogido el truco a lo que supone ser el portero del equipo más laureado de la Premier League.
Es un arquero físicamente más potente, capaz de escoger con mejor atino en qué momento salir y en cuales quedarse bajo palos. Para colmo, es un portero bastante joven, con 25 años aún en su haber. Tiene, por lo tanto, cerca de 10 años de carrera por delante al máximo nivel. Toda una garantía de futuro y estabilidad para un puesto tan delicado como el de arquero.
Otra virtud muy importante, es la que tiene que ver con la presión ambiental de ser el dueño de una portería como la de Old Trafford, un lugar en el que han residido leyendas del fútbol moderno como Van der Saar o Schmeichel.
Nadie puede negar que, aunque los principios fueron complicados, con duras críticas ante los errores que solía cometer, De Gea ha aprendido a convivir con esa presión y a jugar con ella como un factor más del juego. Esa evolución le ha permitido ser protagonista en duelos claves de su equipo.
Todos estos progresos le han valido para entrar en el once ideal de la temporada propuesto por la Asociación de Futbolistas Profesionales. Los aficionados del United desearán que la temporada que viene sea un jugador del mediocampo en adelante, y no el portero, quien figure en este selecto grupo.