Se preveía un gran partido el del Camp Nou pero ni Barça ni Manchester City han ofrecido su mejor versión en esta tercera jornada de Champions. El encuentro ha sido muy igualado y ha estado marcado por los errores y no por los aciertos. El City es el que más cometió y además el conjunto local supo aprovecharse de ellos muy bien.

Pep Guardiola ha dispuesto de un equipo sin clara referencia arriba, sin el Kun, para introducir un centrocampista más, que entorpeciese el juego combinativo del Barça a la vez que ejerciese del falso nueve que tanto gustaba a Pep, y el elegido ha sido De Bruyne. Mientras tanto, Luis Enrique ha experimentado en defensa. Su ya famosa decisión de apartar a Aleix Vidal de sus planes le ha dejado sin jugadores en ese puesto, y Mascherano ha sido el encargado de suplir a Sergi Roberto, y lo ha hecho con nota.

Inicio eléctrico de los visitantes, hasta el resbalón

El City ha comenzado con una presión extrema hasta el área pequeña de Marc Ter Stegen. Un plan bien elaborado que tenía sus riesgos, como eran los pases entre líneas para Andrés Iniesta. Y precisamente así ha llegado el primer gol de la noche, un pase preciso de Messi a Andrés, un resbalón de Fernandinho y una indecisión sorprendente de Gundogan han permitido a Leo quedarse solo ante Claudio Bravo, a quien ha regateado sin mayor dificultad para hacer el primero.

Ahí desapareció el City. El Barça dominó el resto de la primera mitad sin hacer grandes esfuerzos ofensivos. Tan solo al filo del descanso un par de ocasiones de los Sky Blues inquietaron el arco del meta alemán, un cabezazo de Stones y una acción individual de Sterling. En la última acción, Digne cometió un penalti por mano que no fue señaladoPique y Jordi Alba acabaron siendo sustituidos por Mathieu y Digne tras sufrir un duro golpe en el tobillo y resentirse de sus molestias respectivamente.

Segunda parte, más errores infantiles

El conjunto visitante volvió a salir muy intenso provocando errores en la zaga barcelonista y creando ocasiones de gol. Pero otra vez, tras un fallo estrepitoso de Claudio Bravo en el despeje, Suarez picó el esférico y el arquero chileno solo pudo pararla con la mano, estando fuera del área. Roja directa y además Zabaleta cayó lesionado en la misma acción. Doble cambio en el City para restablecer el orden defensivo introduciendo a Caballero y Clichy por Nolito y el damnificado Zabaleta.

El Barça con uno más empezó a generar más peligro, pero el gol llegó en otra perdida de balón, de Fernandinho, en la que Messi reventó la portería de Willy. Errores infantiles en la salida de balón tan preciada para Pep que tendrán que solucionar más pronto que tarde. Y es que el tercer gol del astro argentino vino precedido de un balón a la nada de Gundogan en dirección a su propia portería, que Suarez recogió para asistir al argentino que remató a placer buscando el contrapié del portero.

Silva protege el balón ante Busquets. Foto: Manchester City
Silva protege el balón ante Busquets. Foto: Manchester City

Mientras tanto, intermitentemente, el City creaba claras ocasiones de gol, mayoritariamente gracias al empeño de Sterling y De Bruyne. En el minuto 71, Sterling, con un dribbling espectacular sacaba la primera amarilla al francés Mathieu. Dos minutos más tarde, y en la otra banda, Sterling rompe a Mathieu con su velocidad y éste solo puede pararlo con falta, segunda amarilla y al vestuario. El partido siguió igual, con intermitentes ocasiones de ambos, pero en el 87, un brillante control orientado de Messi, ayudado por la mala defensa de Clichy, obligaba a Kolarov a intervenir y cometer penalti. Neymar, sin embargo, no consiguió materializar la pena máxima en la que Caballero hizo una gran parada. Para resarcirse, tras una jugada fantástica, consiguió el 4-0 definitivo en el último minuto del encuentro.

Resumiendo, el City tira por la borda un buen trabajo y la oportunidad de sacar algo de Barcelona con errores garrafales en una noche en la que Otamendi y Sterling estuvieron sublimes. El partido deja al City a cinco puntos más golaverage seguramente de un Barça que tiene más que encarrilado su pase como primero de grupo habiéndose disputado tres jornadas.