El Manchester City  visitaba el Riverside Stadium  con la necesidad de no perder la estela del Liverpool en el liderato.

El encuentro con el Manchester City intentando llevar la iniciativa en el juego, gracias a las amplias fases de posesión del balón que estaba teniendo, aunque la lentitud a la hora de circularlo, y la excesiva horizontalidad, le estaban impidiendo profundizar en campo de un Burnley que se estaba defendiendo a la perfección, muy agresivo en algunas zonas del campo, y que estaba creando mucho peligro saliendo al contraataque, especialemente saliendo en velocidad con los hombres de banda, como George Boyd, que estaba siendo un puñal, gracias a su velocidad, y a su buen golpeo de balón cuando se acercaba a la frontal del área. El ritmo de intensidad estaba siendo altísimo, y el tanto de Marney para el conjunto local, no hizo más que avivar el fuego de la intensidad.

Foto: Premier League
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Dominio visitante sin profundidad

El equipo de Guardiola seguía sin sentirse cómodo sobre el terreno de juego, a causa del buen trabajo defensivo del Burnley, tanto en lo posicional, como en movimiento. Aunque los tres jugadores que estaban componiendo el centro del campo Touré que jugaba como mediocentro ofensivo con mucha más libertad, al tener a Fernandinho y Fernando como doble pivote por detrás, tampoco eran los más indicados para la ocasión, y los skyblue, echaban en falta a hombres como Silva y Gündogan. Con el paso de los minutos, el cuadro local fue bajando algo más el nivel de intensidad, y el equipo de Guardiola fue volcando el campo de su lado, consolidando su dominio en la posesión, y sus fases de ataque en estático, ante un rival que mantenía las líneas juntas, y que había disminuido sus salidas a la contra en los últimos minutos del primer tiempo en los que Agüero anotó el empate tras empujar un balón en un saque de esquina, que fueron muy atropellados a causa de las múltiples lesiones, y las constantes faltas.

Foto: Premier League
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Control del City sin contundencia en ataque

El segundo tiempo comenzó con dominio de un Manchester City mucho más directo, que estaba circulando el balón con mayor velocidad, y que estaba siendo mucho más regular a la hora de atacar, pues estaba recuperando el cuero con mayor velocidad, y se había asentado sobre el terreno de juego rival. De esta manera, el equipo de Pep Guardiola logró marcar el segundo gol, en una jugada muy atropellada dentro del área del Burnley, donde Touré Yaya cayó al suelo en el punto de penalti, a causa de los forcejeos con los defensores, y una pérdida del equilibrio, y entre Fernandinho y Sané se llevaron un balón mal rechazado por Mee, a línea de fondo, y allí le pusieron el pase a un Agüero que remató a portería vacía. Tras el tanto, el conjunto citizen siguió monopolizando la posesión del esférico, aunque disminuyó la velocidad notablemente, para ralentizar el ritmo de intensidad, y poder dormir a su contrincante.

Después de los primeros minutos de juego, el City empezó a tener más dificultad para recuperar la pelota, y cada vez que cometía una imprecisión, se exponía a que el Burnley se acercara con peligro a su portería, en una transición defensa-ataque. El equipo de Sean Dyche tuvo unos minutos de asedio, en los que llegó a la portería rival aunque no fue capaz de rematar ninguna jugada con claridad. Después de esos minutos, el equipo de Guardiola consiguió sofocar el ímpetu local, a base de realizar posesiones largas en el centro del campo, y en zonas alejadas del terreno de juego rival, con extrema precisión, tocando en horizontal, y buscando la opción de pase más cercana.

A pesar del protagonismo que acaparaba esa estrategia inicial, uno de los factores que también influyó en esa consolidación del dominio por parte de los visitantes, fue el desgaste físico del equipo local, y la escasa presencia a la hora de recuperar el esférico en el mediocentro que le permitía recuperar el esférico con mayor facilidad. 

En los últimos minutos de juego, el dominio siguió siendo de los visitantes, que tenían mayoritariamente la posesión del balón, y que en esa última fase del encuentro estaban profundizando más en ataque, para intentar sentenciar el encuentro. Mientras tanto,    los locales se estaban volcando en ataque, con poco fútbol, aunque con mucho corazón y muchas prisas, pero no le sirvió para empatar el encuentro, a causa de su excesiva falta de precisión en los últimos metros de campo.

Foto: Premier League
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