El Manchester United gana en un partido serio

El Burnley recibía al Manchester United que podía acusar la larga eliminatoria que disputó entre semana en la Europa League. Sin embargo, el conjunto de Mourinho ganó con solvencia y con concentración

El Manchester United gana en un partido serio
Foto. Manchester United
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Por Mónica López Camacho

El Manchester United llegaba con bajas importantes y después de haber pasado una difícil eliminatoria frente al Anderlecht, en Europa League. Además, ocupaba el quinto puesto en la clasificación con 60 puntos a cuatro del Manchester City a quien se enfrentará el próximo jueves. El Burnley, por su parte, llegaba con una solitaria victoria en los últimos diez partidos, aunque en casa presentaba buenísimos números. 

La imagen del calentamiento la protagonizaron Fellaini y Pogba al llevar unas camisetas con los nombres de sus compañeros Ibrahimovic y Marcos Rojo, que se perderán el resto de la temporada por sus lesiones.

Foto: Manchester United
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Un partido sin errores

La primera mitad se desarrolló con un ritmo bastante bueno entre dos equipos que salieron concentrados. Se mantuvieron parejos durante todo el tiempo, aunque el Manchester United crecía poco a poco. El Burnley a pesar de llegar fácilmente al área contraria y presentar una presión alta, no ocasionó ninguna oportunidad clara; el Manchester United contó con la puntería necesaria para llevarse el partido y sentenciarlo en el primer tiempo.

En el minuto 9, Wayne Rooney tuvo la primera oportunidad para el United. Martial se fue de Keane y realizó un pase a Rooney que disparó, aunque el balón fue amortiguado por el cuerpo de Mee lo que hizo que el balón avanzara sin fuerza y Heaton lo detuviera casi en la línea. El Burnley respondía a los ataques de los hombres de Mourinho, como en el minuto 15, en el que tuvieron lugar una buena jugada por el costado izquierdo y un córner que remató Mee por encima de la portería bastante cómodo.

Sin embargo, la pegada del United causó efecto, y así en el minuto 21, después de una contra dirigida por Martial —aprovechó su velocidad para cubrir una gran cantidad de campo siendo perseguido por Barton que no quiso hacerle falta—, combinando con Ander Herrera, quien dio un pase perfecto para la nueva llegada del francés y el primer gol. Anthony Martial no marcaba gol desde el 11 de febrero, fue su cuarto gol de la temporada.

Foto: Manchester United
Foto: Manchester United

El partido entonces estuvo controlado por el Manchester United, a pesar de que el Burnley todavía no se iba a rendir y no se metió atrás. Estaba siendo un partido muy serio de los de Mourinho, sin cometer ningún error. Los locales tenían buenas llegadas pero no conseguían crear peligro a De Gea.

En el minuto 39 llegó el gol de Wayne Rooney, en una acción parecida a la que tuvo lugar al comienzo de la primera parte, Martial lanzó y Heaton se interpuso en su camino haciendo que el balón rebotara en el área pequeña, para que Rooney disparara y el esférico terminara dentro.

Un Burnley pasivo, un De Gea tranquilo

En el comienzo de la segunda mitad, el técnico del Burnley decidió hacer un cambio, Mee por Tarkowski. El partido continuaba en la misma tónica, aunque con un Burnley un poco enrabietado queriendo recortar distancias en el partido aunque siguió sin crear peligro. El Manchester United se encontraba muy cómodo.

Foto: Burnley
Foto: Burnley

El segundo tiempo se basó en un dominio de los Red Devils, que se dedicó a contener los ataques del Burnley, aunque tuvo algunas oportunidades como un tiro lejano de Pogba en el que tuvo que atajar Heaton abajo ya que Hendrick había desviado la dirección del esférico, o el lanzamiento de Rashford que sacó Heaton de manera extraordinaria. El Burnley tuvo fases en las que estuvo como sujeto pasivo y en otras en las que parecía querer luchar por recortar las distancias. No obstante, las estadísticas reflejaron lo que se estaba viendo, De Gea no tuvo que hacer ninguna parada, porque no consiguieron tirar entre los tres palos.

Esta parte del encuentro no tuvo mucho ritmo y poco a poco fue cayendo, con unos locales que se rindieron y que acabaron casi pidiendo la hora.