A priori era el partido de la jornada de Europa League, y, lógicamente, el más importante del grupo. El Lyon, comandado por el renacido Fekir, llegaba a Inglaterra con las intenciones claras, ganar su primer partido y distanciar a los de Liverpool lo máximo posible, y así lo hicieron. Los pupilos de Koeman, por su parte, no mostraron su mejor nivel, una vez más, y sucumbieron ante un rival con más y mejores ideas. El puesto del holandés como técnico de los Toffees está en peligro.
Fracaso estrepitoso del Everton
La temporada no ha hecho más que comenzar, pero los rivales aférrimos del Liverpool de Klopp no han hecho más que dar disgustos a su afición. Tras un verano de mucha ilusión, y sobre todo, de un desembolso brutal en Goodison Park, Koeman no ha logrado formar un equipo compacto, y pese a todas las incorporaciones, el equipo no juega a nada y es muy frágil atrás. Así lo demostró el jueves, y pese a reaccionar en la segunda parte, no mereció más.
La línea defensiva y la dupla Calvert-Lewin y Rooney son los que sostienen al equipo, al borde del descenso en liga, y con pie y medio fuera en Europa, y eso no permite al club de Liverpool avanzar ni afianzarse.
La noche del jueves no fue la peor actuación del equipo, Klaasen y Davies estuvieron activos en la primera mitad, creando problemas entre líneas al doble pivote francés, sin embargo, llegó el penalti absurdo de Holgate, que aprovechó Fekir sin ponerse nervioso. Siempre a remolque, es la tónica de la temporada, el equipo se volcó en ataque con las entradas de Lookman y Sigurdsson, que fue uno de los mejores, por el propio Klaasen y Schneiderlin, pero el peligro inglés solo llegaría en faltas y córners.
De un centro lateral precisamente iba a llegar el 1-1 del capitán Ashley Williams. Sigurdsson se la ponía con música para que el galés fusilase a Lopes. Acto seguido, el islandés lanzaba una falta lejana envenenada que finalmente se estrellaba en el palo sin que nadie la tocase. El Lyon sufría, pero entonces fue cuando dio el mazazo definitivo a los de Koeman. Jugada perfecta por la derecha de Cornet que ponía un balón raso al primer palo a Traoré, para que este colase el esférico de tacón por el palo corto de Pickford, sellando la victoria visitante. 1-2 y el Everton de Koeman agoniza.
Imagen lamentable
Por si fuera poco, la imagen de la semana fue la vergonzosa tangana del partido provocada por un calentón de Williams, en teoría capitán y ejemplo a seguir. Empujó sin motivo a Lopes cuando este estaba en el aire, y varios jugadores del Lyon se le avalanzaron, llegando a chocarse contra la valla que separa el césped de la grada. Muchos jugadores involucrados en empujones, agarrones, injurias y hasta puñetazos. Algunos aficionados del equipo inglés propinaron golpes contra los jugadores franceses, pero el colegiado finalizó el teatro con dos simples amarillas.