Volvía el gran derbi de Londres, el que quizás más rivalidad esconde, el de Arsenal y Tottenham, en el Emirates. Y pese a que el Tottenham ha conseguido ser el favorito en los últimos tiempos, el Arsenal consiguió volver a reinar en su terreno, en un estadio a reventar. Contundente victoria local que les relanza en la liga y hunde al Tottenham además de apretar la zona noble de la clasificación, exceptuando al líder, que sigue en solitario.

Rodillo gunner al principio

El partido comenzaba intenso, sin fútbol, pero con mucho respeto. Los primeros cinco minutos fueron excitantes, de lado a lado, sin orden ni rigor alguno. Sin embargo, a partir de ahí, el Arsenal se adueñó del partido totalmente, dejando las aisladas llegadas de Kane en anécdotas. 

Kolasinac controla el balón en el aire. Foto: Zimbio
Kolasinac controla el balón en el aire. Foto: Shaun Botterill/Getty Images

El Tottenham perdía balones en salida de balón, y Lacazette se estaba empezando a dejar ver por el área de los Spurs. Sus primeros disparos se fueron fuera, pero el Tottenham ya notaba la presión. Aún así, tuvo un centro de Trippier que tuvo que despejar de semi-chilena Koscielny. El Arsenal se gustaba y Ramsey lo sabía, por ello metió un pase imposible a Bellerín entre líneas para que el español centrara raso, pero el balón se paseó por el área. Era una crónica de una muerte anunciada. Antes, llegó un disparo al palo de Eriksen y un remate blando de cabeza de Kane. 

Llegó el minuto 36 y el Arsenal, con un centro brillante de Ozil, se adelantaba en el marcador gracias a un golazo de cabeza de Mustafi, que partía en ligero fuera de juego. Aún así, el gol subió al marcador. No iba a acabar así el primer tiempo, ya que el castigo a los Spurs iba a ser más duro. Tras una bonita jugada de Bellerín con Lacazette, el francés le regalaba el gol a Alexis, que remataba sin angulo, pero fuerte, al primer palo y batía a Lloris, 2-0 y descanso.

Alexis chuta a gol. Foto: Zimbio
Alexis chuta a gol. Foto: AFP

Otro partido, pero de 0-0

La segunda mitad comenzó distinta, porque los objetivos habían cambiado. El Arsenal trató de cerra más y el Tottenham recuperó el balón y trató de atacar más, aunque no hizo mucho daño. El centro del campo local estaba haciéndolo muy bien, todo lo contrario que el tridente del Tottenham. Ni Eriksen, ni Alli ni Kane lograron aportar demasiado. Uno de los mejores fue Ozil, sin y con balón. Recital del alemán.

Ramsey ante Davies. Foto: Mike Hewitt/Getty Images
Ramsey ante Davies. Foto: Mike Hewitt/Getty Images

Opuestamente al primer tiempo, no hubo apenas ocasiones en la segunda mitad. La posesión era visitante, pero las ocasiones no llegaron ni de un lado ni de otro. Wenger quitó a Lacazette para dar entrada a Coquelin y así reforzar el centro del campo. Pochettino, por su parte, retiró a Dembele, Alli y Kane, que parecían no estar para jugar los 90 minutos y dio entrada a Llorente, Winks y Son.

Ya al final, el técnico francés quitó al mejor, Ozil, que se fue ovacionado, por Iwobi. El Tottenham tuvo alguna débil ocasión, como la de Llorente que se fue fuera, pero el partido tenía dueño, y el equipo visitante no pudo hacer nada para evitar la victoria de un gran Arsenal, que se coloca quinto a un punto del United.

Con esta victoria los Gunners treparon momentáneamente al quinto puesto con 22 puntos y se ubicaron a solo un punto de los Spurs, quienes podrían quedar a once puntos de la punta en caso de que el líder, Manchester City, obtenga una victoria en su visita al King Power Stadium para enfrentar a Leicester City.