Era la noche. El Ramón Sánchez Pizjuán se engalanaba para recibir al Manchester United en el partido más importante de la temporada para el Sevilla. Un tempranero disparo de Muriel anticipaba que con el factor de la afición a favor el sueño era posible. Pero allí estaba De Gea para tapar por primera vez y no por última. Porque si hoy el Manchester United se fue a casa con un empate bajo el brazo fue sin duda gracias al meta español. Qué partido. Qué paradas hizo el madrileño. Para desgracia y desesperación del equipo y la hinchada local.
Poco a poco, pase a pase, el cuadro de Montella se fue haciendo con el dominio del encuentro, con la iniciativa, con un mejor fútbol que el de su contrincante. En el otro bando, con Pogba en el banquillo y con Lukaku bien cubierto por Mercado y Lenglet, poco peligro llevó el Manchester United sobre la portería rival. Aunque ante semejante equipo uno no se puede fiar. En una de esas, Lukaku encontró la manera de deshacerse de su marca y rematar a portería tras un pase que sobrevoló la defensa del Sevilla. La ocasión fue clara pero el disparo desviado. Fue un aviso de que había que atar de cerca al belga.
Mala suerte para Ander Herrera, que se lesionó y tuvo que ser sustituido por un Pogba correcto pero ni mucho menos brillante en la tarde de hoy. El United le necesita pero el francés no acaba de devolver la confianza depositada en él por el club. Al menos, no lo hace cuando toca, en los partidos grandes, como era hoy el caso.
El que siempre sí aparece es De Gea, que seguía a lo suyo. La primera parada a Muriel era solo el aperitivo para el banquete de más tarde. Un banquete culpable de que el Sevilla no sacara un resultado positivo del choque. Y es que en apenas un minuto y al borde del descanso, De Gea se sacó de la manga dos auténticos paradones. El primero, a Mercado tras un acrobático centro de Nzonzi. El segundo, a un Muriel que no podía creer lo que acababa de pasar en el campo. La afición se preparaba para cantar un gol claro. La mejor parada del año en Europa lo evitó. Montella, desesperado, se lamentaba en la banda tras desaprovechar su equipo la oportunidad de adelantarse en el marcador.
Más córners, más tiros a puerta, más posesión. Incluso con todo a favor, el Sevilla no pudo. Tampoco con los cambios, desacertados por parte de Vincenzo Montella. Sacó a Sandro, pero no a Ben Yeder ni a Nolito. En especial fue en error no sacar al holandés, el pichichi del equipo de Nervión en la máxima competición continental. En el Manchester United Alexis se fue fuera tras cuajar una actuación gris y Rashford, el sustituto del chileno, fue el que tuvo la ocasión más clara para el United tras el remate fuera de Lukaku en la primera mitad. Eso sin contar el gol bien anulado por mano al belga. Acertó el árbitro, como en la mayoría de sus decisiones.
Poco más hubo en el partido y la eliminatoria se decidirá en la ciudad de Mánchester, dentro de tres semanas. Allí, si el Sevilla consigue hacer lo que no ha hecho hoy, anotar gol, lo tendrá más cerca. Pero enfrente estará el Manchester United y todo un Old Trafford. Tras la primera batalla de la guerra por estar en cuartos de final, todo hace presagiar que estará apretado, igualado y combatido. Cualquiera puede pasar y la emoción está servida.