El racinguismo finaliza el 2013 con la misma palabra que lo empezó: ilusión. Si en enero los fieles aficionados se ilusionaban por comenzar el que debía ser sí o sí el año en el que se tenía que lograr el ascenso por la vía rápida, como así sucedió en junio, en diciembre la ilusión es por mirar un poco más arriba, ya que despiden el año y la primera vuelta instalados en una cómoda tercera posición que les da licencia para soñar con ser uno de los aspirantes a ocupar una de las cuatro primeras plazas que dan derecho a disputar el playoff de ascenso a Segunda División, categoría en la que el Racing militó por última vez en la temporada 2007/08, año en el que descendió de manera cruel con los 50 puntos que en la mayoría de las ocasiones han sido más que suficientes para lograr la permanencia en la división de plata, con una serie de sucesos en otro partido que se disputaba en Vigo entre Celta y Alavés que a día de hoy sigue siendo un misterio como el equipo vitoriano logró marcar tres goles en tan solo nueve minutos ante un Celta que no se jugaba nada, que le daban la permanencia en la categoría a los vascos. Una de esas tantas historias de amaños en el fútbol español que nadie se ha atrevido a demostrar hasta la fecha. Lo que es seguro es que en Ferrol nadie se olvida de aquel 15 de junio del 2008, que daba con los huesos del humilde equipo ferrolano en la categoría de bronce de nuevo, y que lo llevaría a vivir una de las peores épocas deportivas de su historia reciente poco después.

El adiós a Tercera con unos números de escándalo

Como decíamos, el 2013 comenzaba para la parroquia racinguista en la víspera de Reyes con una sufrida victoria en Carballo en los últimos minutos ante el Bergantiños, remontando el tanto inicial del club local con sendos goles de cabeza de Manu Barreiro y Rubén Comesaña, en lo que suponía el último encuentro de la primera vuelta en el grupo gallego de Tercera. El Racing llegaría a disputar un total de 20 partidos en el 2013 hasta su eliminatoria contra el Laudio con unos registros de récord: 17 victorias, un empate (el único de toda la temporada) y dos derrotas, la última de ellas a cuatro jornadas para el final en Pasarón, cuando los verdes ya no se jugaban nada ante un Pontevedra que quemaba sus últimos cartuchos para intentar meterse en el playoff de ascenso.

Los números en casa no dejan ninguna duda al respecto de su fortaleza en A Malata: pleno de 10 victorias y un increíble balance goleador de 39 goles a favor por tan solo 3 en contra. A esta decena de victorias hay que sumarle la que se consiguió ante el Laudio el día del ascenso por 1-0, con gol de un jugador de la casa como Marcos Álvarez que la afición racinguista no olvidará.

Casi medio millar de aficionados se habían desplazado una semana antes a la localidad alavesa de Llodio para presenciar in situ la ida de la eliminatoria del club de sus amores. El Racing se volvió del País Vasco con un empate un tanto agridulce, ya que había conseguido abrir el marcador a poco más de diez minutos para el final por medio de un cabezazo de Manu Barreiro, sin embargo, el conjunto vasco logró empatar la eliminatoria y dejar de esta forma todo abierto para la vuelta que se disputaría en Ferrol el 1 de junio. El Racing no fallaría ese día a sus fieles, y con 8.000 personas en las gradas de A Malata, daba por fin carpetazo a tres largos años en Tercera, una categoría inmerecida para un club con la historia del Racing, en la que el club se vio inmerso por malas decisiones en el tema deportivo y en la que logró sobrevivir con relativa solvencia fruto de su buen trabajo de más de 20 años en el aspecto económico, con una máxima que se cumple a rajatabla temporada tras temporada desde las oficinas departamentales: “No gastar lo que no se tiene”.

Finalizado el partido, la euforia se desató en la grada y los jugadores se unieron a las celebraciones de los aficionados, la comunión entre plantilla, cuerpo técnico y afición fue perfecta desde la pretemporada y la afición acompañó en masa por cada rincón de la geografía gallega al equipo, siendo el auténtico jugador número 12 que necesitaba el club.

El equipo fue líder de la categoría desde la primera hasta la última jornada y solo hasta mediada la temporada fueron capaces "Celta B" y Compostela de seguir su ritmo. Pasada la primera vuelta, el Racing se escapó en la tabla y únicamente luchó contra si mismo en busca de unos récords que quedarán para la historia: 97 puntos (32 victorias, un empate y cinco derrotas), 98 goles a favor y 22 en contra, que redondeó en 100 goles con los dos de la eliminatoria por el ascenso ante el Laudio para un total de 33 victorias. Aventajó al Celta B, segundo clasificado, en 20 puntos, y al Pontevedra CF, quinto clasificado, en 34.

Un regreso ilusionante

Pasadas las celebraciones, y tras un merecido descanso de más de un mes, el Racing se puso en marcha con la plantilla base que arrasó en Tercera. Únicamente hubo cuatro bajas en la plantilla, la de los ferrolanos Héber y Chicho, que recalaron en el Somozas y As Pontes respectivamente, y que tuvieron un destacado papel durante toda la temporada partiendo desde el banquillo, y las de los defensas Sergio Martínez y Jesús Varela, que llegaron con la temporada ya comenzada para reforzar al equipo debido a la escasez de efectivos con los que dispuso José Manuel Aira durante toda la temporada, una decisión consensuada con el director deportivo Juáncar Fernández y el presidente Isidro Silveira desde antes de que comenzase la temporada.

En el capítulo de altas, el Racing no tuvo prisa y miró muy bien el mercado en busca de refuerzos. Aira lo tenía claro y quería una vez más una plantilla corta para la temporada del regreso a Segunda B, con un total de 17 o 18 jugadores que se reforzaría con jugadores juveniles cuando así fuese necesario. Los dos primeros fichajes fueron los respectivos capitanes de Celta "B" y Deportivo "B", el central Víctor Vázquez y el lateral-extremo Diego Vela. Poco después, llegaba el último refuerzo hasta la fecha, el mediocentro Iosu Villar, con amplia experiencia en la categoría tras militar en el Coruxo las últimas temporadas.

Tras firmar buenos partidos en pretemporada ante equipos de Segunda División como Ponferradina y Lugo, el conjunto estrenaría la temporada en Cantabria ante el Tropezón, otro recién ascendido, logrando un empate con sabor a derrota ya que el empate del conjunto taniego llegaba en el tiempo de descuento. Además, el partido dejó como nota negativa la grave lesión del portero Marcos Valín, lesionado desde entonces tras una rotura del cúbito de su brazo derecho.

El estreno ante su afición, la semana siguiente, no fue mejor, ya que el equipo cosechó una derrota ante la UD Logroñés en un partido que dominó el Racing. Sería la primera y última derrota del conjunto departamental en competición liguera en todo el año, ya que tras esta derrota solo cedería otros dos empates en casa en las siguientes jornadas ante Avilés y Coruxo. Por el medio, el estreno en su casillero de victorias en el primer derbi disputado en O Couto ante el Ourense, con remontada incluída con goles de Manu Barreiro y Dani Rodríguez.

No sería hasta la octava jornada liguera y el cuarto partido en casa cuando el Racing logró brindar una victoria a los suyos, en un encuentro en el que goleó por 3-0 al Zamora, que llegaba como líder de la categoría. Desde entonces ha sumado de tres en tres en casa, ganando consecutivamente seis encuentros, lo que le han encaramado a la parte alta de la tabla.

Fuera de casa, el conjunto logró otra victoria en casa del Celta "B", con gol precisamente del exceltiña Víctor Vázquez y empates en campos complicados como el del Guijuelo, la gran relevación de la temporada, El Plantío o el Reino de León. Por el medio, una visita accidentada al Carlos Tartiere, donde el partido fue suspendido en el descanso por el lanzamiento de un petardo desde una de las tribunas del estadio, con victoria momentánea para el Oviedo por 1-0, obra de Diego Cervero, que fue expulsado al poco de marcar por una entrada durísima sobre el capitán racinguista Pablo Rey, lo que encendió los ánimos de la afición ovetense.

El Racing mira al futuro con optimismo, siendo un ejemplo en materia económica tras llevar más de 20 años con las cuentas saneadas y habiéndose transformado en Sociedad Anónima Deportiva en el año 2001. Desde todos los estamentos del club no se quiere ni oír hablar por ahora de cotas mayores, pese a que la historia del club le obliga a pelear por cotas mayores y la fiel afición así lo exige. Una vez conseguida la permanencia matemática, el club estará en disposición de pelear por todo lo que venga.

Once ideal del 2013

Es muy difícil quedarse tan solo con 11 jugadores de esta plantilla. El tratarse de una plantilla corta lo hace más difícil si cabe, ya que casi todos los jugadores han aportado cosas interesantes al equipo y siempre que han participado lo han hecho a un gran nivel.

Camacho: el portero jerezano llegaba en la temporada 2012/2013 procedente del Badajoz de Segunda División B y durante toda la temporada alternó la titularidad con Marcos Valín. Hacia mediados de la segunda vuelta del campeonato de Tercera División, Marcos se rompía el brazo derecho y Camacho sería el encargado de defender la meta racinguista el resto de la temporada. Las excelentes intervenciones del meta racinguista durante el partido de vuelta del playoff permitirían al conjunto departamental no encajar ningún gol y conseguir el ascenso en la primera ronda de playoff. Con Marcos Valín ya recuperado, Aira dejaría a Camacho en el banquillo para el primer partido de la temporada 2013/2014 pero tendría que salir en los últimos minutos a suplir a su compañero ya que desgraciadamente veía de nuevo como se volvía a romper el brazo en un encontronazo. A partir de este momento, Camacho, sería el ángel de la guarda de los ferrolanos.

Rubén Comesaña: llegó a Ferrol procedente del Alondras en la 2012/2013 con la etiqueta de reserva aunque siendo uno de los mejores laterales derechos de la categoría, pronto demostró de lo que era capaz, siendo un cerrojo en la retaguardia y destapándose en sus llegadas con algún gol importante. Fue capaz de hacerse con la titularidad ya en la pretemporada y esta temporada afronta su primera experiencia en la categoría de bronce siendo titular indiscutible en la banda derecha.

Antonio: lleva siendo un seguro atrás desde que llegó al equipo en el verano de 2010. En su cuarta temporada como racinguista regresa a Segunda División B, donde ya había jugado anteriormente con el Ourense durante una temporada. Antonio es el segundo capitán del Racing y su temperamento y experiencia es transmitida al resto de la defensa.

Pérez: el andaluz llegó en el mercado invernal hace dos temporadas del desaparecido Sporting Villanueva (equipo que adeudaba a sus jugadores varias mensualidades) y pronto se hizo con la titularidad. Rápido en el corte, su entrega en el césped siempre es total, y junto con Antonio forma la pareja titular de centrales en el Racing 2013.

Pumar: su principal competidor en la banda izquierda, el pontés Diego Dopico, se lesionaba de gravedad en la pretemporada del 2012. Pumar destacaría la temporada pasada como un gran asistente y campando a sus anchas por la banda izquierda, desde entonces y pese a la recuperación de Dopico jamás perdería la titularidad exceptuando el inicio de esta temporada por una lesión en uno de sus hombros. La actual es su cuarta temporada en el Racing y es uno de los jugadores con mayor proyección de la plantilla

Forte: el eldense es un todoterreno incansable. Cumple su segunda temporada en el Racing y es un fijo en los esquemas de Aira. Discreto, trabajador y fuerte, es el pulmón y la gasolina que necesita el conjunto departamental. Esta temporada, el Racing cuenta con los servicios de otro todoterreno como Iosu Villar, que tampoco tiene que envidiar a Forte, ambos dan consistencia a la columna vertebral del grupo y se complementan a la perfección en el campo.

Marcos Álvarez/Vela: es muy complicado escoger entre ambos jugadores. Ambos son muy rápidos y con mucha explosividad, y son capaces de poner contra las cuerdas a cualquier defensa y de cambiar el signo de un partido en una jugada. Marcos, que regresó al Racing la pasada temporada tras cuajar un excelente año en el Coruxo, volvió a Ferrol como un jugador más hecho y realizó una temporada espectacular, siendo el autor del gol que valió un ascenso aquel 1 de junio, y esta temporada está jugando de revulsivo y el resultado obtenido está siendo magnífico. Vela se ha convertido en la gran revelación de los de A Malata, aporta al Racing la verticalidad y potencia que le hacía falta, su rendimiento en la primera vuelta ha sido excelente y se ha convertido en uno de los ojitos derechos de la afición racinguista.

Dani Rodríguez: no hay jugada que no pase por los pies del arquitecto de Betanzos, que es capaz de transformar cualquier simple jugada en una ocasión de peligro. Tras su segunda temporada en el Racing, se ha convertido en el jugador clave del estilo de juego racinguista y un indiscutible en el once de Aira.

Iago Iglesias: "El mago" es un jugador muy talentoso como ya ha demostrado en categorías superiores y uno de los hombres más queridos por la grada, por su cercanía con el aficionado. Posee en su zurda uno de los guantes del conjunto ferrolano. Aunque ha tenido algunos altibajos, siempre sorprende con alguna demostración de la gran clase que atesora y de su enorme visión de juego.

Pablo Rey: el otro guante del equipo, en este caso diestro, y el jugador con más temporadas a sus espaldas de toda la plantilla. Pura calidad en los pies del capitán ferrolano, no hay partido que en la grada no se coree el nombre del canterano. Tiene unas grandes capacidades ofensivas, el gol y la asistencia van unidos a su nombre.

Manu Barreiro: se ha convertido en uno de los ídolos de la grada. Es un delantero con mucha clase, y que pese a su estatura es habilidoso y posee una gran técnica. Es un goleador nato que parece que ha encontrado la estabilidad de su carrera en Ferrol tras militar en muchos conjuntos. Gran parte de las posibilidades del Racing pasan por las botas de este hombre, es el gol de los ferrolanos y ha deleitado a la parroquia racinguista marcando goles de todos los colores. También hay que mencionar al cántabro Jorge Rodríguez, un auténtico killer durante la pasada temporada y que se compenetró a la perfección con su socio santiagués. Aunque esta temporada no está rindiendo al mismo nivel, totabiliza cinco goles este curso y es el segundo máximo goleador del equipo.

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