Amanecía en Elche un día caluroso, 25 grados a las ocho de la mañana. Los turistas empezaban a despertarse dispuestos a disfrutar con alguno de los encantos de la ciudad, el Palacio de Altamira o la Basílica de Santa María por poner un ejemplo. Una persona, sin embargo, tenía un cosquilleo en su estómago, debutaba en el fútbol profesional. Quién le diría a él que después de jugar una final de Champions, de haber jugado cuarenta y tres partidos con la selección española, todavía sentiría ese cosquilleo de la novedad. Rubén “el Pipo” Baraja se preparaba para dirigir su primer entrenamiento como entrenador a los mandos de su primer equipo profesional, del Elche CF.

No estaba sólo, a eso de las 9:00 de la mañana, 24 jugadores con el preparador físico Manuel Poblaciones, el técnico de porteros, Marcos Abad, y su primer ayudante, José Ramón Rodríguez, encaraban la entrada a uno de los campos anexos al estadio Martínez Valero. La sesión transcurría sin grandes sobresaltos, era el día de toma de contacto con sus nuevos pupilos. Fue hablando con ellos, viendo las dimensiones del campo y fijándose en los detalles de la que será su nueva casa durante la próxima temporada. Historia del fútbol español y del Valencia CF, aseguraba tras el entrenamiento tener "una ilusión grandísima y estar inmensamente feliz" por dirigir el nuevo proyecto para devolver al Elche CF al lugar al que por derechos deportivos debería haber estado, la primera división. Su única experiencia técnica fue ser parte del grupo de trabajo del Atlético de Madrid en la campaña 2011-2012 y comandar de forma triunfal durante dos cursos al Valencia CF Juvenil, con el que, en ese periodo, se proclamó primer y segundo clasificado en División de Honor respectivamente. Nada más y nada menos.

 Historia del fútbol español y del Valencia CF, aseguraba tras el entrenamiento tener "una ilusión grandísima y estar inmensamente  feliz"

Nos encontramos ante un emblema del valencianismo, un gran capitán junto a David Albelda en sus últimos años en el club. Vallisoletano, debutó en 1993 con el equipo de su ciudad, teniendo posición fija en el primer equipo a partir de 1995. El Atlético de Madrid se fijó en él para su equipo filial donde rompería definitivamente la puerta del primer equipo tres años después. Le tocó vivir el descenso de este club histórico y fruto de ello recaló en el Valencia CF, qué pagó su cláusula de 12 millones de euros, siendo en su momento uno de los fichajes más caros de la historia del club.

Destacó por su gran resistencia, visión de juego y disparo lejano debutando como un cohete en el equipo al que llevó a su segunda final de Champions consecutiva perdiendo ante el Bayern Múnich la final, a pesar de haber marcado su penalti. Sólo tardó un año en convertirse en referente del equipo para, a la temporada siguiente, conseguir el título de Liga que tanto se resistía 30 años después para el Valencia CF. Repitió título dos años más tarde remontando 8 puntos al Real Madrid en 12 jornadas de Liga. Marcó ocho goles durante esa campaña y además se pudo conseguir la Copa de la UEFA. Dejó su huella en el mejor equipo que se recuerda del Valencia CF en este siglo XXI.

Sólo tardó un año en convertirse en referente del equipo para, a la temporada siguiente, conseguir el título de Liga que tanto se resistía 30 años después para el Valencia CF

Su compromiso le hizo debutar con la selección española, ser un hombre importante y titular. Sin embargo, la mala fortuna del Mundial de Corea no compensó su valioso trabajo. Más adelante también disputó todos los encuentros de la selección durante la Eurocopa del 2004, aunque solo pudimos disputar la fase de grupos.

Pieza clave para todos los entrenadores que han pasado por el club durante los diez años en los que hizo disfrutar a la afición ché, fue titular con Claudio Ranieri, Quique Sánchez Flores y con Ronald Koeman. Con este último como entrenador, en la temporada 2007/2008, asumió la capitanía del Valencia CF, al ser apartado de la misma el gran capitán David Albelda, y consiguió proclamarse campeón de Copa por primera y única vez en su vida.

Pieza clave para todos los entrenadores que han pasado por el club durante los diez años en los que hizo disfrutar a la afición ché

En sus siguientes dos temporadas, las últimas de su carrera como valencianista, siguió siendo un hombre esencial para el equipo, aportando su experiencia y carácter, además del buen fútbol que nunca perdió. Sin embargo, las lesiones hacían mella y el rendimiento no acabó siendo todo lo bueno que él mismo deseaba. De esta manera, tras la temporada 2009/2010, acabando su contrato y después de que se optara por no renovarle, disputó su último partido de Liga, el 16 de mayo de 2010, contra el CD Tenerife, con una emocionante despedida por parte de la afición, de las más recordadas.

El eterno “8” seguirá presente en la memoria de los valencianistas. Ahora lo veremos al otro lado del río, un poco más al sur, pero seguro que pronto volverá, su historia aún no ha acabado en Valencia.