El Leganés recibía al Girona en la novena jornada liguera. Los de Butarque comenzaron el partido con intensidad y ocasiones, sabiendo en todo momento lo que tenían que hacer para llevar peligro al área rival. En el minuto 20, el 'Lega' conseguía adelantarse por medio de Mantovani.

Pero los de Garitano no se conformaron y tras el descanso saltaron al césped con la intención de ampliar la ventaja en el marcador. En el minuto 52, Gabriel conseguía hacer el segundo gol de los locales gracias a un buen cabezazo tras una asistencia de Eizmendi.

Cuando todo parecía de cara para que los tres puntos permanecieran en Butarque, el Girona consiguió reaccionar y meterse en el partido por medio de Mata. El Leganés trató de mantener el resultado, pero en el último suspiro del partido Jairo hacía el empate a dos entre una sonora pitada de la afición pepinera al árbitro por considerar que llegó fuera de tiempo.

La Liga volvía a Butarque, así como algunos de los titulares del Leganés volvían al once inicial.

Omar Ramos y Alain Eizmendi fueron los encargados de llevar el peligro al área rival.

Los centrales del Girona sufrieron ante Borja Lázaro, quien no da nunca un balón por perdido.

El Leganés trataba de hacer peligro gracias a jugadas a balón parado.

Fruto de una jugada a balón parado llegaría el primer gol de la tarde. Alberto Martín le dejaba un balón franco a Mantovani, que lo introducía al fondo de la red.

En esta acción, Borja Lázaro pidió penalti.

Pero el árbitro consideró que el delantero blanquiazul se había dejado caer y le mostró la cartulina amarilla.

A pesar de todo, Borja siguió buscando su gol.

Ya en la segunda mitad, Gabriel aprovechaba un gran centro de Eizmendi para poner el 2-0 en el marcador.

El Lega no se conformó y siguió buscando la portería rival.

Guillermo trató de conseguir sin gol, pero el delantero no tuvo demasiada suerte.

En el minuto 78, el Girona consiguió meterse en el partido gracias a un gol de Mata.

En el último suspiro del partido, Jairo conseguía el dos a dos entre las quejas del público y de los jugadores locales porque el tiempo ya estaba cumplido. La locura se desataba en el banquillo catalán.

Fotogalería completa