SC Internacional 1-0 FC Barcelona: continúa el maleficio

Internacional de Porto Alegre y FC Barcelona disputaron la final correspondiente al Mundial de Clubes de 2006. Un encuentro muy igualado en el que el conjunto brasileño se llevó el gato al agua con un solitario tanto de Adriano Gabiru a siete minutos del final. Los barcelonistas no lograron hacerse con una competición especial, que se resistió una vez más.

SC Internacional 1-0 FC Barcelona: continúa el maleficio
Imagen: FC Barcelona
daniel-carrasco
Por Daniel Guillén

Tanto FC Barcelona como Internacional de Porto Alegre cumplieron en semifinales, ante América y Al-Ahly, respectivamente, y se veían las caras en un choque donde los favoritos eran los azulgranas, con Ronaldinho Gaucho como máxima referencia. El brasileño llegaba a Japón con la intención de ganar el trofeo y seguir agrandando su leyenda. Tras hacerse con el Balón de Oro a principios de año y ganar la Liga y la UEFA Champions League con la camiseta azulgrana, quería redondear un año fantástico con el Mundial de Clubes. Sin embargo, el FC Barcelona no pudo doblegar a un combativo equipo, que en ningún momento arrojó la toalla y se llevó el gato al agua contra todo pronóstico. Un solitario tanto de Adriano Gabiru cuando restaban menos de diez minutos dejó a los azulgranas contra las cuerdas, que en ningún momento llegaron a anotar el tanto que igualara el marcador y forzara la prórroga. La segunda participación del conjunto azulgrana en esta competición no tuvo un final feliz, y el maleficio se prolongará más de lo esperado.

El Mundial de Clubes, una competición maldita

Un rival realmente combativo

El partido tuvo lugar en el Estadio Internacional, situado en Yokohama, el 17 de diciembre de 2006. 67.128 fueron los espectadores que acudieron al estadio para presenciar el choque. Dada la relevancia del partido, Frank Rijkaard puso en liza un once muy competitivo con la intención de dominar el balón en todo momento y tratar de contrarrestar los contraataques rivales. Los azulgranas salieron con Víctor Valdés en la portería, una línea de cuatro atrás formada por Zambrotta, Márquez, Puyol y van Bronckhorst, un centro del campo con Deco, Motta e Iniesta y en la punta de lanza con Giuly, Gudhjhonsen y Ronaldinho.

Como cabía esperar, el inicio del encuentro fue dominado por los azulgranas, que trataban de generar ocasiones mediante la posesión del balón, mientras que el conjunto brasileño intentaba salir a la contra cuando los barcelonistas perdían el balón. Sin embargo, una sólida defensa impedía que llegaran con peligro al arco de Víctor Valdés. La igualdad fue la tónica habitual de la primera mitad, donde los barcelonistas generaron más peligro que los brasileños, pero que estos últimos tuvieron la más clara cerca del final, donde Índio no remató con precisión. Una vez reanudada la segunda mitad, el técnico holandés dio entrada a Xavi Hernández, que dispuso de dos ocasiones claras para adelantar a los barcelonistas en el marcador. Cuando apenas restaban diez minutos para el desenlace de los 90 minutos reglamentarios, una buena combinación entre Iarley y Adriano Gabiru, en la que Puyol no estuvo acertado a la hora de salir al corte, desencadenó en el gol de este último e hizo que los brasileños se adelantaran en el marcador y pusieran a los azulgranas contra las cuerdas. Aun así, no se arrugaron y fueron a por un empate que les llevara a la prórroga. Ronaldinho estuvo muy cerca de anotar con una magistral falta desde el borde del área que se marchó desviada por poco y, con ella, las esperanzas de lograr la igualada. El Internacional se hacía con el trofeo, el primero en su palmarés, y dejó a los de Frank Rijkaard sin un título que seguía resistiéndose.

El FC Barcelona no pudo darle la vuelta al marcador

El maleficio, una edición más

El barcelonismo sumará otra noche negra para la historia, donde Ronaldinho y cía no fueron capaces de batir a un Internacional que logró vencer a uno de los mejores equipos del mundo, vigente campeón de la UEFA Champions League. Los viejos fantasmas de la Copa de Europa seguían planeando por Barcelona, pero ahora con un trofeo algo menos vistoso que el resto, pero siempre especial, que te convierte en el mejor equipo del mundo. Y es que el FC Barcelona desaprovechaba la ocasión de hacerse con el primer título de su historia, y hacía recordar al maleficio con la Copa de Europa antes de que Koeman enviara el balón al fondo de las mallas. Los azulgranas debían esperar una nueva oportunidad para lograr un trofeo que se resistía más de lo esperado, donde el campeón de Europa siempre es el máximo favorito para alzarse con él.

En el bando contrario, Alexandre Pato

Por aquel entonces, un jovencísimo Alexandre Pato disputaba la final del Mundial Clubes con apenas 17 primaveras recién cumplidas. El fenomenal marcaje de Márquez y Puyol impidió que Pato pudiera lucirse en un partido grande, contra un FC Barcelona que llegaba en un gran momento de forma. Un jugador con un futuro prometedor que, tras una buena temporada al frente del Internacional, cogió sus maletas y se marchó a Italia. El AC Milan decidió desembolsar una cantidad cercana a los 22 millones de euros, cantidad que quedaría más que amortizada en las siguientes temporadas. En la Serie A se convirtió en uno de los mejores jugadores y eso provocó que clubes como FC Barcelona, Arsenal o Chelsea se interesaran por el brasileño. Sin embargo, en el 2011 entró en una espiral de problemas físicos que terminó con el gran momento de un joven Pato, que decidió regresar a Brasil e intentar recuperar sensaciones. Tras pasar por Corinthians, recaló en el Sao Paulo, donde está brillando con luz propia de nuevo. Sus buenas actuaciones han llamado la atención de algunos clubes europeos, entre los cuáles se encuentran Liverpool o FC Barcelona. Los números de Alexandre Pato desde que se incorporó a las filas del Sao Paulo demuestran que el jugador de tan solo 26 años está recuperando su mejor versión: 38 goles en 101 partidos.