El 13 de diciembre de 1992, el Fútbol Club Barcelona se presentó a una final de gran calibre como lo era la Copa Intercontinental debido a que en la temporada anterior había conseguido ganar el título de la Liga de Campeones ante la Sampdoria en Wembley.

El campo elegido para la ocasión fue el Estadio Nacional de Tokio y enfrente se encontró a un conjunto brasileño, el São Paulo. Por aquel entonces, el entrenador del São Paulo era Telé Santana y tenía estrellas como Zetti, Cafú, y Raí, entre otros. Los brasileños lograron llegar a la final tras conquistar la Copa Libertadores en un encuentro de infarto ante el Newell’s Old Boys argentino dirigido por Marcelo Bielsa.

Por su parte, el ‘Dream Team’ de Cruyff se encontraba en su punto álgido tras conseguir el ansiado trofeo europeo, la Liga de Campeones, y llegaba con un objetivo en mente: convertirse en el mejor equipo del mundo.

Once inicial de la final de la Copa Intercontinental ante el Sao Paulo.

Muchas estrellas y poco acierto

Johan Cruyff, técnico azulgrana, tenía claro que quería llevarse el trofeo a casa y alineó un once plagado de grandes jugadores. Zubizarreta en portería; Ferrer, Koeman y Eusebio en defensa; Bakero, Guardiola, Guillermo Amor, Laudrup y Richard Witschge en el centro del campo y Stoichkov junto con Txiki Begiristain en punta.

El equipo inicial del Barça daba miedo y provocaba temor en los brasileños, pero nada más lejos de la realidad porque los jugadores del São Paulo lograron hacer frente a los azulgranas remontando el partido.

El Barcelona acabó sucumbiendo a pesar de adelantarse con gol de Stoichkov

Los de Cruyff se adelantaron en el marcador con un gol espectacular de Stoichkov desde fuera del área, imparable para el portero brasileño. De esa forma, los azulgranas metían presión al conjunto del São Paulo, que tenía que reaccionar si quería entrar de nuevo en la lucha por el trofeo.

Su respuesta fue evidente y las ocasiones de los brasileños comenzaron a llegar en cuestión de minutos. A pesar del marcador en contra, el São Paulo no se amedrentó y peleó hasta conseguir su recompensa. El premio sería el gol del empate transformado por Raí.

Los brasileños no se conformaron y fueron a por más, poniendo contra las cuerdas a los jugadores del Barça. Antes de la finalización de la primera parte, ambos equipos tuvieron la oportunidad de adelantarse en el marcador, pero sus respectivas defensas lograron sacar el balón en la línea de gol.

Remontada con nombre propio

El panorama seguía siendo el mismo en la segunda mitad: numerosas ocasiones tanto del Barça como del São Paulo. Los azulgranas lo intentaban de todas las formas posibles, pero no logró la recompensa mientras que los brasileños encontraron el gol tras un saque de falta cerca del semicírculo del área grande. El artífice fue, de nuevo, Raí. Su disparo se fue directo a la escuadra derecha de Zubizarreta, sin que pudiera evitar que el balón traspasara la línea de la portería.

De esta forma, el São Paulo daba la vuelta al marcador y la final se ponía de su parte. El Barça intentó reaccionar, pero no pudo lograr el empate y vio cómo se perdía la esperanza de convertirse en el mejor equipo del mundo.

Raí, el mayor protagonista

El jugador brasileño se convirtió en el verdugo del conjunto azulgrana e impidió que el Barça se llevara el trofeo a casa. Un doblete de Raí ayudó al São Paulo a convertirse en el mejor equipo del mundo y, sobre todo, que el fútbol brasileño se alzara entre los más grandes.

La gran actuación de Raí en la final de Japón sirvió de escaparate para ser conocido en el fútbol europeo y aquel partido fue su consagración. Su próximo destino estaría muy lejos de Brasil. Raí se marchó a Francia para jugar con la camiseta del Paris Saint-Germain (PSG), equipo en el que estuvo durante cinco años. Posteriormente, volvería a su país, el que le vio nacer, para volver a jugar con el São Paulo.

Raí jugando con el PSG. / Foto: www.parismania.fr

Por su parte, el Barça de Cruyff se llevó su primera gran decepción. El ‘Dream Team’ no tuvo otra oportunidad para intentar vengarse de esa dura derrota. A pesar de ello, el conjunto azulgrana logró tres títulos en esa misma temporada: la Supercopa de Europa frente al Werder Bremen; la Liga y la Supercopa de España frente al Atlético de Madrid.

A partir de ese momento, el ‘Dream Team’ sufrió un bajón considerable y sólo lograron dos títulos oficiales en tres años. La temporada 95-96 fue una de las peores, ya que no obtuvieron ningún trofeo y era la primera vez que ocurría desde 1988.

VAVEL Logo