Llegaba a Bilbao como un buen suplente para los partidos en los que Aritz Aduriz podría no estar disponible. Tras un buen rendimiento en Osasuna, con nueve goles que supusieron más de media salvación para los rojillos, la marcha de Fernando Llorente en el Athletic tras una temporada muy convulsa para los bilbaínos abría un hueco, junto a Aduriz y Gaizka Toquero, para un delantero más. Hacía falta, puesto que era un puesto que tenía que estar cubierto con solvencias. Kike llegó a Bilbao en el verano de 2013 por un montante que rozó los 4 millones de euros.

Sin embargo, los contratiempos empezaron a aparecer: pese a comenzar de titular en el primer partido de Liga, volvió al banquillo para no regresar a la titularidad liguera hasta dentro de seis meses: una lesión en el gemelo, que además se repetía con asiduidad, tuvo gran culpa de ello. Volvería en enero, jugando algunos minutos finales en el campeonato regular, y fue titular en Copa frente al Betis. Además, se estrenó como goleador rojiblanco en marzo, y por coincidencias del destino fue en El Sadar, anotando el 1-5 frente a Osasuna, en su único tanto liguero con el Athletic. Pero, otra vez, las dichosas lesiones le iban a dejar en la cuneta: otra rotura muscular le hacía ser baja hasta final de campaña.

A la vuelta, se iba a encontrar con una competencia más: Borja Viguera. Además, el nivel del titular Aduriz no bajaba si no que subía como la espuma, por lo que le era muy difícil hacerse con un puesto. De hecho, entre Liga, Copa y Europa, Kike sólo fue titular en un partido: un 0-0 de Liga en el Calderón frente al Atlético. No jugó ni un solo minuto en la Copa, competición que podría haberle servido para disputar minutos, y en Europa sólo jugó 18 minutos en la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League en Turín.

Cuando parecía que estaba en su peor momento, esta temporada le ha servido para reivindicarse, en cierta medida: ha cumplido cuando ha salido, marcando cuatro goles en seis partidos en los que salió de la partida. Pero ni así consiguió hacerse con un puesto regular, por se decidió que Kike saliese cedido al Middlesbrough, donde Amorebieta y Karanka le esperan. Tampoco lo va a tener fácil con la competencia de otro español, Kike García, pero muy probablemente tendrá muchos más minutos que en Bilbao.

Un nueve puro e inteligente

Si hay algo que siempre ha caracterizado a Sola ha sido su muy buen posicionamiento: soluciona otras carencias con una inteligencia táctica en el campo y los desmarques que le ayuda a oler el gol a distancia. Además, técnicamente no es para nada flojo en su posición, y tiene una buena finalización. Eso sí, es un jugador que necesita minutos y ritmo para rendir, como pasó en Pamplona, dónde una vez que le dieron confianza y regularidad, cumplió de sobra.

Además, tiene buenas características para lo que Inglaterra y, más concretamente, la League Championship exige. Su físico le acompaña, y además es una competición con un ritmo muy frenético de ida y vuelta, donde sus desmarques le pueden beneficiar más que en el juego del Athletic a la hora de desmarcarse y buscar huecos.