El término remontada en fútbol se utiliza cuando un equipo que va perdiendo un encuentro, consigue darle la vuelta al marcador y acaba ganando. Lo curioso de este Getafe, es que sus arreones se producen en muy pocos segundos y eso espolea a los jugadores y a la afición. Se trata de un gen ganador, que no muchos clubs tienen y donde el ejemplo más claro puede ser aquel Real Madrid del miedo escénico del Bernabeu. Sin embargo, los getafenses no son capaces de mantener este nivel durante todo el tiempo.
En esta temporada ha habido tres ejemplos parecidos de remontadas. La primera fue en el partido de vuelta de la Copa del Rey frente al Rayo Vallecano, donde los del Coliseum tenían que levantar un 2-0 adverso y en apenas 30 minutos lo habían conseguido. Pena que, al final no pudieran mantener el resultado y cayeran del torneo del K.O. El segundo ejemplo, y quizás el que mejor refleja al nuevo Getafe de Escribá, se vio en Gijón. En aquel partido, los visitantes remontaron dos goles en dos minutos y se llevaron un valioso triunfo del Molinón. Lo llamativo de esta cualidad luchadora y ganadora es que sin desplegar un buen fútbol, tiene la efectividad necesaria para materializar las ocasiones de gol. Si mantuvieran el mismo nivel durante todos los partidos, las miras getafenses estarían en los puestos europeos.
Por último, en Granada, el conjunto azulón empató un choque que tenía muy cuesta arriba, porque perdía 2-0, debido a la mala primera mitad, pero llegó el chispazo azulón y en tres minutos lograron marcar dos goles. Una lástima, que perdieran el choque.
De todas estas remontadas, se puede extraer un dato muy positivo y es que este equipo sabe remar en una sola dirección y ha aprendido a sufrir y sobreponerse en muy poco tiempo. Todos luchan y presionan cuando es necesario. Además, en ataque aportan su granito de arena. El objetivo del Getafe es la salvación pero, si continúan en esta línea ascendente, es posible soñar con algo mejor.