El bombo que debía definir los octavos de final de Champions League emparejó a dos viejos conocidos del continente europeo, FC Barcelona y Arsenal volverán a verse las caras como ya hicieran en las ediciones de 2010 y 2011, dos clubes con una misma filosofía de juego y diversas características comunes que han propiciado la importación de jugadores procedentes del club londinense con destino Camp Nou.
Pero el hecho de que ambos clubes compartieran los mismos gustos futbolísticos no aseguraba el éxito a los recién llegados a Barcelona, nombres de jugadores consagrados en la liga inglesa que a la hora de la verdad mostraron en Can Barça un nivel muy inferior al que nos tenían acostumbrados. A lo largo de los años las negociaciones entre Arsenal y FC Barcelona han dejado un claro vencedor, el club inglés supo vender a precio de oro futbolistas que no cumplieron las expectativas en su nuevo destino, casi dos décadas de transacciones en las que gunners y culés se convirtieron en proveedores y clientes habituales.
Marc Overmars y Emmanuel Petit
Las relaciones comerciales entre Barça y Arsenal nacen en el año 2000. La dolorosa marcha de Luis Figo al Real Madrid deja en las arcas del club azulgrana 10.000 millones de las antiguas pesetas y la necesidad de contratar un jugador que ilusione a una afición desangelada con la trayectoria del equipo. Joan Gaspart y Llorenç Serra Ferrer fijan su mirada en Marc Overmars, extremo holandés del Arsenal que despuntó como jugador en un Ajax que lo vio crecer. La negociación se cierra con rapidez ante la urgencia del club barcelonista por presentar al hombre destinado a hacer olvidar a Figo, 40 millones de euros convierten a Overmars en nuevo jugador del FC Barcelona y en el fichaje más caro de la historia de la entidad hasta ese momento.
Pero el holandés no aterrizaría solo en su nuevo equipo, el presidente culé decide tirar la casa por la ventana y aprovechar el viaje a Londres. La poca consistencia del centro del campo barcelonista había resultado un problema la temporada anterior, de manera que añadiendo 15 millones más a la operación decidió incorporar a un campeón del mundo en las filas del conjunto azulgrana. Emmanuel Petit, mediocentro titular en la Francia de finales de los 90, se convierte sin el consentimiento de Serra Ferrer en nuevo jugador del FC Barcelona, un factor que provocaría un nulo entendimiento entre el técnico mallorquín y el nuevo fichaje.
El rendimiento de ambos jugadores dejó mucho que desear. Petit abandonaría la Ciudad Condal un año más tarde, aireando a los cuatro vientos los trapos sucios del club y arremetiendo contra su entrenador ante las pocas oportunidades que tuvo de entrar en el equipo. Overmars por su parte aguanto tres temporadas como jugador barcelonista, pero sus constantes lesiones de rodilla le impidieron triunfar en un equipo que atravesaba su peor época, ninguno de ellos logró título alguno en su paso por Can Barça.
Gio Van Bronckhorst
La del lateral holandés es con toda probabilidad la operación mejor amortizada de las protagonizadas entre Arsenal y FC Barcelona. La llegada de Joan Laporta a la presidencia del club provocó una renovación de plantilla ejecutada con pocos fondos, lo cual obligó a la dirección deportiva del equipo a buscar jugadores de nivel a un precio asequible.
Los 28 millones invertidos en la contratación de Ronaldinho obligaron a Laporta a no dilapidar grandes cantidades en apuntalar una defensa que hizo aguas en el pasado. La opción para el lateral izquierdo era Gio Van Bronckhorst, internacional holandés que había finalizado su contrato con el Arsenal de Wegner y que por tanto, podría aterrizar en el Camp Nou a coste cero.
El defensa no tardó en hacerse con la titularidad en el carril zurdo, jugador de largo recorrido y con una excelente pierna izquierda Van Bronckhorst colaboró en el colocación de los cimientos del Barça de hoy en día. Junto a jugadores de la talla de Ronaldinho, Deco, Samuel Eto’o o Giuly el ex del Arsenal devolvió a la vida a un equipo moribundo, logrando nada más y nada menos que dos ligas y una Champions League a lo largo de las cuatro temporadas en las que defendió los colores azul y grana.
Thierry Henry
Tras los inicios dorados del Barça de Laporta, la temporada 2006/07 se cerró sin la consecución de títulos importantes. Con la intención de tapar el fracaso del equipo el presidente barcelonista decidió hacer oficial el fichaje de un jugador de primer nivel la mañana después de que el Real Madrid se proclamara campeón de liga en la última jornada del campeonato. Thierry Henry era el elegido para entusiasmar a una afición dolida con el desenlace deportivo de la campaña, tras varias intentonas fallidas por hacerse con los servicios del crack francés este acabó llegando a Can Barça a la edad de 30 años a cambio de 24 millones de euros.
El primer año de Henry fue el último de la era Rijkaard
La consolidación en la plantilla de un joven Leo Messi, la presencia en el equipo de los Eto’o y Ronaldinho, y la llegada de un jugador como Henry hacía presagiar grandes tardes de fútbol en el Camp Nou, pero como suele ocurrir con la mayoría de las grandes expectativas la realidad no acabó estando a la altura. A la hora de la verdad tan solo el argentino mantuvo el tipo en una delantera infestada de egos. Brasileño y camerunés tuvieron sus más y sus menos con disputas de patio de colegio, y Henry pasó más tiempo fuera de los terrenos de juego por problemas de espalda que sobre el césped. La temporada se cerró en blanco con un evidente fin de ciclo, una goleada por 4 a 1 en el Bernabéu y el adiós de Frank Rijkaard inundaron de tristeza el seno de la afición culé.
A pesar del mal año del internacional francés, su rendimiento cambió radicalmente en la siguiente campaña. Henry formó un magnífico tridente atacante junto a Messi y Eto’o, y de la mano del recién llegado Pep Guardiola el equipo abandonó los infiernos para ascender a lo más alto obteniendo el triplete en una temporada para enmarcar. De nuevo los problemas físicos acecharían al ex de Arsenal en la campaña 2009/10, la eclosión de un joven Pedro Rodríguez y la llegada de Zlata Ibrahimovic al club relegarían a un segundo plano a un Thierry Henry que abandonaría Can Barça a final de temporada dejando un balance positivo de su paso por Barcelona.
Alexander Hleb
Junto a Pep Guardiola aterrizaron en Barcelona diversos jugadores del agrado del técnico de Santpedor. Dani Alves, Martín Cáceres o Seydou Keita se convirtieron en las caras nuevas de la plantilla, pero el equipo necesitaba un futbolista capaz de desempeñar funciones de centrocampista y de suplir a las piezas del tridente en caso de rotación. La petición de Guardiola fue tajante, el elegido para el puesto era el bielorruso Alexander Hleb, un elegante pelotero que junto a Henry y un joven Fábregas había logrado llevar al Arsenal a un final de Champions pocos años antes.
Uno de los varios fiascos de Guardiola en materia de fichajes
Una vez más londinenses y catalanes se sentaron a negociar, cerrando el traspaso de Hleb al Barça por una cifra cercana a los 16 millones de euros, un importe nada excesivo en aquel momento que se acabaría convirtiendo en un auténtico despilfarro una vez visto el rendimiento del jugador. Hleb tuvo problemas para integrarse en el grupo desde el primer momento, participando tan solo en encuentros de Copa del Rey o en los minutos de la basura, la excelencia de los Messi, Eto’o y Henry dificultó la incursión en el once de un jugador completamente diferente del que actuó en el Arsenal, falto de ritmo, de calidad y de gol en todas y cada una de sus actuaciones.
Una vez asumido el fracaso de su contratación, tanto Guardiola como el Barça intentaron deshacerse de Hleb, primero buscando un traspaso a otro club que jamás llegaría, y por último cediendo al jugador a diversos equipos durante los tres años que le restaban de contrato. Hleb se desvinculó del FC Barcelona la temporada 2011/12, abandonando la entidad culé con un triste bagaje personal pero con una Copa, una Liga y una Champions en su palmarés, trofeos que conquistó como mero espectador en la mayoría de los casos.
Cesc Fàbregas
Con el FC Barcelona habiendo conquistado un doblete de Liga y Champions la temporada 2010/11, Guardiola y su equipo técnico se encontraban ante un auténtico desafío, intentar mejorar lo que de por si parecía inmejorable. El Barça disponía de fondos para poder realizar un fichaje de renombre, alguien que fuera capaz de asimilar el juego del equipo en poco tiempo y que aportara más calidad si cabe de cara a las rotaciones que se llevan a cabo a lo largo de una temporada. Vistos los requisitos, la dirección deportiva pensó en un jugador que ya había sido azulgrana en el pasado, y que encajaría a la perfección en el centro del campo barcelonista.
Cesc volvía a un Camp Nou que siempre lo ha mirado con lupa
Cesc Fàbregas era el objetivo, el centrocampista de Arenys había realizado diversos guiños al club culé durante las últimas temporadas y había llegado el momento de salir en su busca. Las negociaciones fueron duras, pero tras un verano movidito Arsenal y Barça cerraron el traspaso del jugador por 40 millones de euros. A pesar de que la llegada del futbolista catalán estaba vista con bueno ojos por gran parte de la masa social azulgrana, el rendimiento de este sería analizado con lupa por la afición desde el primer momento, puesto que Fàbregas abandonó en su día y por voluntad propia La Masía sin dejar si un céntimo en las arcas del club y repescarlo le había costado a la entidad una auténtica millonada.
Los primeros partidos de Cesc con la camiseta del FC Barcelona fueron realmente positivos, pareció quedar claro que la dirección deportiva había acertado con su contratación, pero aquella sensación se fue diluyendo con el paso de los meses. En todas y cada una de las tres temporadas que militó en Can Barça fue de más a menos, cerrando la primera vuelta con unos números decentes que dejaban de serlo a final de campaña, siendo cuestionado en más de una ocasión por el público del Camp Nou. Fàbregas abandonaría Barcelona con destino Premier League, allí gozaba de muy buen cartel , lo cual propició que el Chelsea de Roman Abramóvich desembolsara cerca de 35 millones de euros para hacerse con sus servicios.
Alex Song
El camerunés es un ejemplo más de esta larga lista de jugadores que abandonaron Londres para recalar en el FC Barcelona. El adiós de Pep Guardiola y la toma de posesión de Tito Vilanova no atrajo muchos cambios en la plantilla barcelonista, pero el total de efectivos debía quedar equilibrado después de la marcha de malí Seydou Keita. Sonaron varios nombres para el puesto, pero una vez más la dirección deportiva azulgrana fijó su atención en un jugador “gunner”, Alex Song era el elegido para dotar el centro del campo culé de músculo.
La teórica polivalencia del futbolista camerunés, del cual se decía que podía desempeñar funciones como mediocentro defensivo y como defensa central, colaboró a que Song acabara vistiendo la camiseta del FC Barcelona por 19 millones de euros. Con esta cifra ya eran 155 los millones gastados por el Barça en tierras británicas en los últimos 12 años, un desembolso astronómico que en ninguno de los casos había dado los frutos esperados.
Para desgracia barcelonista el caso de Alex Song no fue distinto a los demás, con el paso de las semanas se pudo observar como el ex del Arsenal estaba lejos del nivel de sus compañeros, tanto en defensa como en el centro del campo realizó actuaciones grises que no convencieron en ninguno de los casos a Vilanova, y que con el paso de los meses lo convertirían en herramienta con la que intentar abaratar el fichaje de algunos jugadores. El FC Barcelona no logró incluirlo en ninguna operación y decidió buscarle una salida, logrando una cesión al West Ham que dura hasta día de hoy a la espera de que el contrato del jugador termine expirando, un ejemplo más de que los negocios entre Arsenal y Barça han resultado extremadamente lucrativos para el club londinense y una auténtica ruina para los azulgranas.