Superada con buena nota la prueba de fuego del partido de ida en cuartos de final de Champions League, con un 0-2 sobre el Arsenal en El Emirates, el vigente campeón del triplete y actual líder en Liga BBVA, buscaba sumar tres puntos que sigan distanciándole de sus perseguidores. La visita del Sevilla al Camp Nou servía, además, como un anticipo de la final de Copa del Rey, que se disputará en el Vicente Calderón el próximo 22 de mayo.

Entre una competición y otra, la MSN no descansa. Ni lo hizo ante el conjunto londinense el pasado martes, ni en la jornada anterior, en el estadio de Gran Canaria, y por mucho que parezca que el Barça tiene encarrilada la competición regular, Luis Enrique prefiere no prescindir de su tridente mágico. Messi, Neymar y Suárez figuraron en el once titular ante el conjunto andaluz, respaldados por Arda Turan en el interior derecho, y Sergi Roberto en el lado izquierdo.

Los azulgranas dominaron el encuentro de principio a fin, si bien las ocasiones de gol se hicieron esperar y los de Unai Emery dieron el susto, al ser Vitolo el encargado de estrenar el luminoso. Messi puso las tablas con un espectacular lanzamiento de falta, mientras Piqué se encargaba de dar la vuelta al marcador y cerrar el resultado, con un tanto en el segundo período. El gol del central sirvió para asegurar la victoria y hacer que el conjunto catalán iguale el récord del Real Madrid de la temporada 1988/89, al sumar su trigésimo cuarto partido consecutivo sin conocer la derrota.

El Barça lleva la batuta

Desde el inicio fueron los hombres de Luis Enrique quienes se hicieron con el control del esférico y manejaron las situaciones de juego con ventaja. El Sevilla bailó al compás que marcó el líder, aunque no dio su brazo a torcer fácilmente. Los locales no llegaron a crear peligro, pese a tener el control, hasta pasados los diez primeros minutos, cuando dispusieron de una doble ocasión en la misma jugada: primero Messi envió la pelota al palo, y después Suárez, que había alcanzado el rebote, la estrelló en el travesaño.

Vitolo estrenó el luminoso en el Camp Nou

Algo después Neymar se fue en carrera, en un buen contraataque de los barcelonistas, intentó el dribling, y aunque se marchó del defensor, no fue preciso en el pase, cuando llegaban Suárez y Messi desde atrás para apoyar la acción del brasileño. Un despiste de Arda Turan propició el susto que supuso el gol de Vitolo, que estrenó el luminoso cuando menos lo merecía el equipo visitante. Krohn-Dehli sirvió un centro para el remate del delantero grancanario, que hizo el 0-1, en la primera acción de peligro del Sevilla.

A pesar del mazazo, el Barça siguió manejando el partido a su antojo. El gol que puso las tablas en el marcador llegó casi un cuarto de hora más tarde, en una acción a balón parado: una falta de Rami sobre Suárez, al borde de la media luna, fue ejecutada de forma magistral por Messi. El argentino golpeó el cuero con el pie izquierdo y lo introdujo en la portería defendida por Sergio Rico, que no pudo hacer nada para evitar el empate.

El líder quiere más

Messi tuvo el segundo a punto, tras una recuperación de Arda Turan, que la dejó para el argentino, que chutó a las manos del portero. También Suárez creó espacios, y cedió para el 10 del Barça, que vio como su disparo era desviado a córner. Los hispalenses resistieron, en parte gracias a la actuación de su guardameta, mientras el líder buscaba obsesivamente el tanto de la victoria.

Messi, omnipresente, participó en el gol de la victoria, que firmó Piqué

Tras el descanso, al que se llegó con el empate, el tridente siguió haciendo de las suyas. Messi dejó el balón para Neymar, pero Rico detuvo el remate del carioca. El argentino, brillante y decisivo, participó del gol de la remontada al ganar el cuero y combinar con Suárez en un tuya-mía, para que el uruguayo lo dejase atrás para la llegada de Gerard Piqué, que firmó el 2-1 definitivo.

Bravo también tuvo su momento en una tarde donde el líder se mostró casi impecable en todas las facetas del juego. El cancerbero chileno, que no tuvo excesivo trabajo, realizó una oportuna parada ante Gameiro, que se había plantado dentro del área, en una de las ocasiones con más peligro que produjo el cuadro andaluz en todo el encuentro.

Distancia de 8 puntos con el segundo

Con el resultado ajustado, el Sevilla siguió cultivando la esperanza de llevarse al menos un punto del Camp Nou, y no se rindió. Los de Unai Emery no tuvieron argumentos suficientes para plantar cara a un Barça que no estaba dispuesto a regalar nada, y que intentó ampliar la ventaja. Sergi Roberto probó suerte con un remate que se estrelló en el cuerpo de su compañero Luis Suárez.

El uruguayo dispuso de una de las últimas oportunidades del choque, tras recortar dentro del área, y levantar lo justo el esférico, pero Sergio Rico estuvo atento para despejar y evitar el tercero de los culés. El 2-1 le bastaba al líder para sumar los tres puntos y distanciarse en ocho del segundo clasificado, el Atlético de Madrid, y no solo eso, sino que además, sirvió para igualar el récord del Real Madrid de la temporada 1988/89, al permanecer invicto durante treinta y cuatro partidos consecutivos. El Barça sigue haciendo historia, y marcando diferencias.