Abriendo la jornada vespertina dominical, dos de los equipos que mejor fútbol proponen en el campeonato liguero medirán su claridad de ideas bajo el que, se prevé, será un oscuro cielo en la Comunidad Valenciana. El Villarreal CF de Marcelino y el líder, el FC Barcelona de Luis Enrique, exhibirán sus mejores espadas; aquéllos para intentar consolidarse en los puestos altos de la tabla y estos para afianzarse en la cabeza, en el que será uno de los partidos más complicados de lo que resta de temporada para ambas escuadras.

Este año, quizá más que los antecedentes, el Villarreal viene siendo un equipo fiable tanto en la competición local como en Europa, donde recientemente eliminó al Bayern Leverkusen, alcanzando así los cuartos de final de la UEFA Europa League.

Sin duda alguna Luis Enrique tendrá que prestar atención a múltiples aspectos de su próximo rival, tales como el depurado planteamiento táctico en dibujo 4-4-2 con presión intensiva, la capacidad de creación e imaginación de los medias puntas y el potencial anotador de la peligrosísima dupla de ataque, más que presumiblemente formada por el cañonero Roberto Soldado y el atlético e incansable Bakambu.

Pero si lo que el entrenador asturiano pretende conseguir es desconectar a los amarillos, cortar el fluido eléctrico del submarino y mandarlo con ello a las profundidades del océano, deberá centrar sus esfuerzos en apagar su motor; minimizar la influencia de su capitán, el genial Bruno Soriano.

Orgullo de capitán (foto:undergroundfootball)
Orgullo de capitán (foto:undergroundfootball)

Soriano como didáctica de medio centro

A sus 31 años, Bruno Soriano lleva varias temporadas en plena madurez. Poco tenido en cuenta por los grandes clubes europeos, el Villarreal ha conseguido mantenerlo en sus filas campaña tras campaña, y sus entrenadores explotarlo.

Hablamos de un medio centro organizador y recuperador, todo en uno. Del estilo del quizá mejor del momento, su rival en la tarde del domingo Sergio Busquets, el capitán amarillo auna ambas cualidades, esenciales para la principal función de un pivote en todo equipo de nivel alto: dar equilibrio a las líneas de defensa y ataque. Al conjunto.

Se trata de un centrocampista posicional, que desarrolla su fútbol actuando delante de la defensa, en este Villarreal acompañado siempre de un escudero en las labores de recuperación, siendo las opciones de Trigueros o Pina las más utilizadas por el entrenador.

Bruno manda, Bruno organiza, él adelanta al equipo en posesión y lo repliega en transición defensiva. Hablamos de un medio centro organizador y recuperador, todo en uno.

No es un medio recuperador al uso, de corte físico y tosco, sino que, pese a destacar también en el juego aéreo o la anticipación, su zurda, a ras de césped, está al nivel de cualquier media punta asistente, ya que pese a centrar sus esfuerzos en ordenar a los suyos, prioritariamente tácticos, destacan sobremanera sus virtudes técnicas.

Bruno posee la capacidad de distribuir, de ser el eje en el inicio de las jugadas. Sus compañeros lo buscan insistentemente, él se ofrece de manera continua, por tanto siempre lo encuentran donde se le necesita, escogiendo la ubicación para un apoyo fácil y seguro.

Escorado en la zona izquierda de la dupla central es el primero en recibir el esférico desde la línea defensiva y a partir de ahí aplica los conocimientos primos del "5" clásico; orientación del balón a parte beneficiosa, claridad de ideas, precisión del pase tanto corto como directo y elección correcta en la toma de decisiones. La conducción de balón es otra de sus principales armas, explotando su zancada para superar líneas rivales desguarnecidas en la recuperación de balón de los suyos.

Bruno en disputa con Busy (foto:mundodeportivo)
Bruno en disputa con Busy (foto:mundodeportivo)

La importancia para Marcelino

Bruno Soriano lleva en la primera plantilla del conjunto castellonense desde la temporada 2006/2007, siendo prácticamente indiscutible para la mayoría de los entrenadores pasados y en especial para el actual, Marcelino García Toral.

El sistema de dos medios centros, pareja de interiores y dúo de atacantes, sin extremos ni media punta central, propicia que la figura de uno de los pivotes sea esencial. Bruno, además de estabilizar debe ser, y así está siendo, un atacante más. El esquema propicia que la zona central de tres cuartos del ataque esté a menudo libre, lo que facilita que él se incorpore en el avance rápido para llegar al apoyo en segunda línea.

Marcelino lo considera la pieza fundamental de su sistema, sin la menor duda. Los lanzamientos de falta corren de su parte, las indicaciones sobre el verde, también. Sin él el grupo se resiente tanto defensiva como ofensivamente, por lo que controlarlo de cerca se torna esencial para las aspiraciones de cualquier rival.

Desde que Marcelino tomó las riendas del submarino amarillo el mecanismo aplicado fue claro, pero de ejecución compleja. El 4-4-2 que recuerda a épocas pasadas demanda la implicación física de la mayoría de los futbolistas, principalmente los de la vanguardia. Jugadores eminentemente técnicos como Denis Suárez o Samuel Castillejo saben que en ataque sus ideas e improvisación serán clave para que los delanteros reciban el balón en las mejores condiciones para hacer gol, pero en defensa, en repliegue y presión tras pérdida, deben apoyar incansablemente a la zona más retrasada, ya sea la pareja de volantes o sus respectivos laterales.

Cuando se trata de frenar los contragolpes rivales es un maestro achicando espacios y actuando al cruce; para evitar el domino rival en ataque posicional, se muestra igualmente influyente en los apoyos constantes, la basculación y las coberturas defensivas.

He aquí donde Bruno dirige, ordena, indicando el correcto posicionamiento de los futbolistas que actúan delante de él. Cuando se trata de frenar los contragolpes rivales es un maestro achicando espacios y actuando al cruce; para evitar el domino rival en ataque posicional, se muestra igualmente influyente en los apoyos constantes, la basculación y las coberturas defensivas.

Distribuyendo entre rivales azulgranas (foto:actualitatdiaria)
Distribuyendo entre rivales azulgranas (foto:actualitatdiaria)

Los número también hablan

Desde el año 2008 hasta la actualidad Bruno ha venido jugando una media de partidos superior a los 35 por temporada. Sus cifras goleadoras han ido creciendo año a año, desde los tres tantos conseguidos en el curso 2011/2012 hasta los siete que lleva en la corriente campaña. En todas las intermedias mejoró sus prestaciones.

La intensidad, su incansable actitud e implicación hacen que sea duro por momentos, a veces empujado por el propio sistema y su posición de último enlace defensivo antes de la línea de zagueros. Las tarjetas amarillas acumuladas son uno de los principales hándicap que arrastra.

En la selección española no ha sido ni es un fijo. El actual entrenador, Vicente Del Bosque, siguiendo la línea de los grandes técnicos europeos que nunca decidieron apostar por él, lo convoca a cuentagotas, ascendiendo a seis las llamadas con La Roja desde que debutase en el año 2010. Pese a la retirada nacional de Xabi Alonso y la lesión de Santi Cazorla, Del Bosque parece mantener su escepticismo. Sería el sustituto natural en una hipotética lesión de Sergio Busquets en la Eurocopa, se nos ocurren pocos futbolistas mejores para ello, pero en la reciente convocatoria para los dos amistosos a disputar en el período coincidente con la Semana Santa en España tampoco ha sido avisado, por lo que su presencia en el europeo de Francia se vislumbra complicada.

El Villarreal es un genial equipo, Marcelino un fenomenal entrenador. Luis Enrique difícilmente podrá controlar todo ello. Pero vamos conociendo el talento del asturiano para precisar puntos fuertes o débiles, según se analice, de sus contrincantes. Bruno Soriano es el potencial, con él su equipo irá directo a la victoria, de manera estable. Asfixiarlo será el objetivo, sin él el conjunto amarillo deberá buscar alternativas menos eficaces para percutir el entramado táctico azulgrana.

La presencia de Ràkitic parece clave para taponar la elaboración en su zona. Luis Enrique sabe quién es Bruno, intentará desconectarlo, ¿lo conseguirá?