El runrún de Preferencia: amargo despertar

Tras semanas de lenta agonía, de una curiosa carrera en la que ninguno de los aspirantes parecía querer ser el más rápido, el Celta enterró sus opciones de acceder al cuarto puesto. Lo hizo, además, ante un rival directo que lo adelanta en la clasificación. Pero, probablemente, lo peor es la sensación de haber desaprovechado una inmejorable oportunidad exhibiendo los defectos que lo han castigado en los últimos tiempos: lagunas en defensa y serias dificultades para competir.

El runrún de Preferencia: amargo despertar
La expulsión de Cabral echó por tierra el buen trabajo en San Mamés la quinta plaza del Celta (Foto: LFP)
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Por Miguel Gallego

La carrera final por Europa estaba teniendo lugar en un ambiente enrarecido por la participación de dos de los aspirantes, Sevilla y Villarreal, en la Europa League. Pero ni al Athletic ni al Celta les estaba resultando sencillo aprovechar sus tropiezos. La dureza de las jornadas finales, derivada de las diferentes necesidades de cada uno de los rivales ligueros, sumada al cansancio acumulado y a las bajas, convertía cada asalto en un partido dramático, resuelto por detalles. Con este panorama, la visita a la Catedral adquiría tintes de auténtica final para un Celta que, oficialmente, aspiraba a asegurar la quinta plaza, pero tímidamente seguía atisbando a tiro el ansiado cuarto puesto.

A por todas

Nada hacía presagiar el guion final que tuvo el encuentro. Un Celta valiente, como lo ha sido en todos los campos, salió buscando la pelota aunque, con algo de prudencia, Berizzo sacrificó a Guidetti para ubicar tres hombres en el medio del campo: Marcelo Díaz, Daniel Wass y Pedro Pablo Hernández. Por delante, sus tres tenores, el arma definitiva que ha llevado al equipo a las cotas más altas de la última década.

El Celta prioriza el juego combinativo antes que la efectividad, y eso provoca un gran caudal de ocasiones que se van al limbo

La primera media hora fue del Celta y, en ella, el equipo debió dejar sentenciado el choque y, casi, la quinta plaza. Pero, y ahí está uno de sus problemas más característicos, el equipo vigués prioriza el juego combinativo antes que la efectividad. Y eso provoca un gran caudal de ocasiones que se van al limbo. Curiosamente, el gol llegó en una de las suertes que peor se le dan, en una contra lanzada por el Chelo Díaz y culminada con sangre fría por Orellana, que volvía a marcar. Una extraña carambola que, sin embargo, hacía justicia a lo visto en el campo.

Condicionado

Que un equipo se quede en inferioridad con una hora por delante es un mazazo, más grave cuando la confianza en las posibilidades defensivas no es tanta como la que pueda tener en su ataque. Ese es el caso del Real Club Celta, que no destaca, ni mucho menos, por su solvencia defensiva.

El penalti y la expulsión de Cabral son dos decisiones arbitrales complejas, con efectos devastadores para la temporada del Celta

La expulsión de Cabral es una derrota del central en la guerra psicológica con Aduriz. Llega después de un penalti con los mismos protagonistas que ponía al Athletic en el camino de la remontada. Son dos decisiones arbitrales complejas, resueltas hacia el mismo lado y con contundencia. Y dejarán, además, al equipo vigués en cuadro, con solo un central específico para acabar la Liga. Son, en definitiva, dos acciones de efectos devastadores para la temporada del Celta. Tal y como indicó Berizzo tras el choque, son dignas de comentar, aunque él decidió no hacerlo. Tampoco se hará desde estas líneas, aunque es innegable que son dos acciones que marcan inevitablemente el devenir de un partido tan importante poco después de la media hora. Condicionan los cambios y el inevitable retroceso del equipo en la segunda mitad, echan por tierra el buen trabajo del inicio y acaban siendo determinantes en el resultado. No hay otra manera de verlo.

El mensaje

La retirada de Iago Aspas para que entre Radoja y se coloque como central es un paso atrás. Así lo interpretaron sus compañeros, y también los leones

Sí que es verdad que los cambios de Berizzo, especialmente el primero, pueden tener su efecto psicológico en el equipo. La retirada de Iago Aspas para que entre Radoja y se coloque como central es un paso atrás. Así lo interpretaron sus compañeros, y así lo interpretaron también los leones, que olieron la sangre después de verse domados durante la primera parte. Con más de media hora por delante, pudieron afanarse en la tarea de percutir con insistencia hasta conseguir el gol salvador. Y tampoco el segundo cambio, con Planas en lugar de Marcelo Díaz, contribuyó a sacudir el dominio que ya habían conseguido los locales. Con ese panorama, el gol parecía cuestión de tiempo, y acabó cayendo como una losa.

El tercer cambio, con el que el técnico quiso volver a dar ese paso al frente que metiese otra vez a su equipo en el partido, ya no tuvo un efecto tan inmediato y evidente, pero pudo dar resultado si Guidetti llega a ver portería en la clara ocasión que se le presentó. Una vez más, el efecto psicológico que provocan los cambios quedaba de manifiesto en un partido que tuvo varias fases muy bien diferenciadas.

No todo está perdido

Si algo ha quedado claro en las últimas jornadas, es que todos los equipos tendrán que sudar la gota gorda para sumar cada punto de los que quedan en litigio

La derrota es un contratiempo importante, que anula de manera matemática la posibilidad de volver a la Liga de Campeones. Sin embargo, el Celta puede seguir viendo el vaso medio lleno. La derrota del Sevilla deja la séptima posición, y con ella la temida ronda previa de julio, a cinco puntos con seis por jugarse. Así que los vigueses tienen dos encuentros para intentar retornar a la quinta plaza o, en su defecto, acabar sextos. No está nada mal para un equipo que sigue creciendo en puntos y sensaciones a cada año que pasa. Cierto que los leones tienen un calendario teóricamente más asequible, contra dos rivales que ya no se juegan gran cosa como son Las Palmas y Sevilla. Pero, si algo ha quedado claro en las últimas jornadas, es que todos tendrán que sudar la gota gorda para sumar cada punto de los que quedan en litigio. Incluído el Celta ante el Málaga en Balaídos y en el Vicente Calderón donde, presumiblemente, la Liga estará en juego. Nada grave, teniendo en cuenta que el equipo vigués ya fue capaz de ganar allí este año, privando al Atlético de la Copa, único título que los de Simeone ya saben que no ganarán esta temporada.