No será muy conocido por el aficionado común, no llenará portadas de prensa y no será la presa favorita de los reporteros. Aun así, el trabajo de Óscar García con el Red Bull Salzburgo ha hecho que su club arrase en cuanto a títulos durante los últimos dos años.
Su arribo al país centro europeo fue una oportunidad de revancha para él debido a que en 2014 tuvo que dejar el Watford por problemas cardiacos. Cuando algunos llegaron a pensar que su carrera en los banquillos había terminado, los 'Toros Rojos' le dieron la oportunidad de volver a sentarse en uno.
Cuando fue presentado, en diciembre de 2015, sabía que tenía ante sí un reto mayor. El Salzburgo era el actual campeón de la Bundesliga austriaca y se había hecho con el título en seis de las diez campañas anteriores. Su desafío era que el club siguiera quitando protagonismo a los dos grandes de Austria: el Rapid de Viena y el Austria Viena. Y así fue.
Cinco meses después de su llegada, y con un juego para destacar (probando ser uno de los tantos pupilos de Johan Cruyff), logró su primer doblete como técnico. Se consagró campeón de la Bundesliga 2015/16, con nueve puntos de ventaja sobre el Rapid. A su vez, consiguió su primera Copa de Austria al vencer en la final al Admira Wacker por 5-0.
Tras conquistarlo todo a nivel nacional, llegaba otro sueño para él: la Champions. A pesar de la gran fase previa que hizo el cuadro rojiblanco, el Dinamo Zagreb lo dejó a un paso de quedarse con un puesto entre los 32 mejores, el pasado agosto. La Europa League no aliviaría la decepción, ya que los de Óscar García quedarían eliminados en primera ronda por tan sólo un gol.
Sin embargo, la frustración continental no sería obstáculo para que el Red Bull Salzburgo revalidara su dominio en Austria esta temporada. El mes pasado, repitió el título de Bundesliga, esta vez, con 18 puntos de ventaja sobre el segundo. Ayer, defendió el título de Copa, derrotando en una final apretada al tradicional Rapid de Viena por 2-1.
Cuatro títulos en dos años que pueden parecer poco al tratarse de una liga de segunda línea, pero que son la muestra de que el 'gen Barça' está bien representado a donde quiera que vaya. Ahora, se viene otro desafío para García y su Salzburgo y es el de saldar su deuda en el viejo continente y dar de qué hablar en la Champions, sin importar el lío de patrocinio que haya en este momento con el Leipzig.