Del “se queda” al se ha ido. Ya no hay marcha atrás. Neymar Jr abandona el Fc Barcelona rumbo a tierras parisinas a cambio de 222 millones de euros, lo que le convierte en el traspaso más caro de la historia. Bendito fútbol moderno. Su llegada al Barcelona fue turbia, llena de secretos, amaños y mentiras. Terminó con Rosell en prisión y la actual junta en entredicho. Y su adiós es, en cierto modo, atípico, turbio, silencioso. Neymar se va sin decir adiós, de momento, a una afición que ha apostado pòr él a pesar de las mentiras, las ausencias y el entorno contaminado del jugador.

¿Cómo afecta en lo colectivo?

Pero vamos con lo futbolístico. Tras 4 temporadas, Neymar ha formado parte de la delantera más temible de la historia del futbol. Así lo avalan los números(76% de victorias, vía @2010MisterChip) y la sensación de haber dominado Europa en cuando el equipo estuvo compensado. Se cierra una etapa que se oponía a la filosofía Cruyffista y Guardiolista, en la que el balón era el cetro del mediocampo, la razón de ser de un equipo que se articulaba en torno al triángulo Xavi/Iniesta/Messi, con Busi de sostén. Las llegadas de Ney(2013) y Suárez(2014) detonaron este esquema, demasiado visto, quizás obsoleto. La MSN nacía en el Camp Nou tras la debacle de Anoeta. Nacía a hombros de Busquets e Iniesta, limitados, y del inconmensurable trabajo del croata Ivan Rakitic. Luis Enrique no tuvo más “remedio” que dar las riendas del equipo a una delantera estratosférica, mientras el Camp Nou miraba con escepticismo este nuevo sistema, aún con Guardiola en la retina. El triplete fue un aval demasiado poderoso para que los agnósticos levantaran la voz. Pero todo llega.

Neymar vivió tiempos muy felices en Can Barça | Foto: Juan I.Lechuga - VAVEL
Neymar vivió tiempos muy felices en Can Barça | Foto: Juan I.Lechuga - VAVEL

Neymar, en este nuevo ecosistema, fue, en muchos tramos, la pieza esencial. Desde su desequilibrio, velocidad y verticalidad, nacían muchos de los ataques del Barça. Ney, enganchado en banda, recibía para generar superioridad a partir del dribbling, y desatar a Leo y Suárez. Ney encontró el colofón individual dentro de lo colectivo en 2015. Doblete al Bayern en las semifinales de la Champions, gol en la final frente a la Juve. Esencial. Pero en Brasil se preguntaban cómo podía ser que Neymar, con un potencial inimaginable, quedara reducido a un finalizador y a un jugador encorsetado en la banda, con poca libertad para irse hacia el medio, siempre ocupado por un Leo Messi.

En la última temporada, en dónde el sistema se decantó de forma peligrosa hacia la MSN, Neymar se elevó con finura y fuerza para liderar a un equipo que iba dando tumbos a ciegas. Sin encontrarse el brasileño era la luz, el faro que guiaba a los de Luis Enrique. Y quizás fue esto lo que lo alejó del Barça. El 6-1 al PSG, una de las mayores gestas deportivas, fue la consagración de Neymar como héroe de un estadio que… terminó rindiendo pleitesía a Leo Messi. Los focos dejaron de banda a Neymar ante la locura de un  público que solo buscaba a Leo, al Dios del templo. Neymar sabía que, por muchas noches que pudiera regalar a la culerada, nunca acapararía así la atención. Y al final de temporada, mientras todos nos preguntábamos qué buscaría Valverde para poder hacer un equipo compacto envolviendo al tridente, Neymar ha decidido irse a un lugar en donde los focos sean para él. Unos cargados de todo aquello que el Barcelona nunca podrá ofrecerle. Los del jeque del PSG.

¿Qué necesita el FC Barcelona?

Bajo mi punto de vista, la partida de Neymar abre dos caminos totalmente opuestos a corto y largo plazo. Uno es el continuista, y otro el regenerador. El primero implicaría la contratación de una gran estrella que llenara el hueco de Neymar. Pero la sensación es que los nombres para ocupar este lugar( Griezmman, Dybala o ¿Mbappé?) quedan alejados de lo que la figura del brasileño significó a nivel de juego para el Barcelona. Encenderían la ilusión de la afición y, obviamente, se tendría que revisar el actual 4-3-3 para encajar a una de estas grandes figuras. Pero el problema que acarrea el conjunto culé no se solucionaría de raíz. Sería otro parche más. Otro "monstruo" al que alimentar.

El otro camino, el regenerador, implica la llegada de más de 1 jugador en pro de potenciar a Leo Messi y, consecuentemente, de volver a crear un sistema basado por y para el balón. Aquí, la cantidad de nombres son muchos y muy variados, pero la necesidad de fichar a un jugador desequilibrante sigue siendo necesaria. Coutinho, por polivalencia y calidad, sería un jugador en esta línea, además de la llegada de un extremo puro (¿Deembélé?) o un mediocentro de control.

Ambas líneas de fichajes son opuestas pero todas responden a una necesidad: la de envolver a Messi en la que pueda que sea su última etapa siendo el referente. El reto es mayúsculo. Estaremos atentos.