El Atleti gana por la mínima en Balaidos a un insistente Celta de Vigo y le sirve de medicina para levantar el vuelo. El gol de Gameiro, uno de los discutidos, vale tres puntos y alivia los males rojiblancos en una semana de depresión

Un gol analgésico y no perder

El Atleti encontró un gol y se encerró a granel para arañar los puntos, por las buenas o por las malas, para alivio de sus males

El Atleti venció en Vigo. Sumó tres puntos y eso es lo que manda en cuanto a prioridad, porque la realidad interna que deja esta victoria es otro partido, méritos aparte, gris y turbio. El equipo de Simeone sigue tristón y espeso en cuanto al ataque se refiere. El equipo no tiene claro un plan para llevar balones arriba, y los de arriba no tienen claro un plan para darle uso a los balones que llegan.

La salida directa en largo a carreras sin final o las dejadas de cara para llegar al mismo punto de recepción fueron las soluciones para las transiciones ofensivas días atrás  y también ante el Celta. Nadie consigue darle dirección y sentido al balón de cara a la portería rival.  Gabi y Thomas tuvieron un día atascado, Correa por el exterior aporta menos y Griezmann sigue depresivo. Tan solo Saúl es capaz a cuentagotas de darle sentido a las transiciones, muchas de ellas, forzadas en robo por él mismo.

En este punto, ni siquiera los laterales, seña de alegría cuando el equipo de Simeone está engrasado, se muestran en campo rival. Coincidencia o no, los mejores minutos del Atleti llegaron cuando Juanfran se posicionó más ofensivamente. Ese buen momento rojiblanco duró lo que duró el empate. Tras el gol de Gameiro, el equipo se encerró, casi literalmente,  en el área y decidió que era la mejor manera de sacar los medicinales puntos de Balaidos.

foto | web oficial ATM, Ángel Gutiérrez
foto | ATM, Ángel Gutiérrez

Varió para el resto del partido al 1-4-1-4-1. Thomas primero, Giménez después, como mediocentro enlace entre defensa y centro del campo, y Gabi y Saúl como volantes presionadores. La defensa en área y el Celta jugando alrededor del rectángulo de Oblak como un ataque de balonmano. Emre Mor, en la recta final, fue el que más hizo atragantar este plan, ya de por sí atragantado.

Un plan peligroso sin ataque

El Atleti tiende al repliegue máximo como en tiempos atrás pero sin la fe ni la solvencia de aquellos años,  en defensa y sobretodo en ataque

Nadie va a alarmarse a estas alturas por el repliegue tan intenso de Simeone. Da igual las circunstancias, la defensa baja del Atleti del Cholo no es nueva. Ni la primera ni la última. Una liga, ante Barcelona y Madrid, fue ganada de esta manera y es totalmente lícita. Repliegue intensivo, líneas juntas y el jugador más ofensivo por detrás de balón y centro del campo. Es un plan como otro cualquiera y admirado si el plan se trabaja y se refleja. La duda que surge tras el partido ante el Celta es si el Atleti puede confiar en este estilo con esta plantilla o en este estado de juego.

No hace mucho se podía afirmar sin miedo ninguno que el Atleti “estaba cómodo jugando así”. No tanto ahora. El equipo no defiende igual en área y alrededores. La solvencia, de las mejores aun asi del panorama europeo, puede haber perdido eficacia y el Atleti sufre más ocasiones y problemas. Desde el trabajo defensivo ve perdido valores para confiar en este estilo, pero acaba por hacerlo peligroso del todo la eficacia ofensiva.

Simeone no encuentra su Diego Costa. Con Griezmann, el equipo se había acostumbrado a jugar más al pie  y con menos velocidad cuando se podía. Para el plan de repliegue y salida rápida que se vio en Vigo, al Atleti le hace falta velocidad y organización ofensiva para esas transiciones. El domingo Gameiro sacó petróleo de un rebote de un córner, pero es jugar una ruleta rusa. El Atleti puede no perder, pero ganar así será complicado. Los rojiblancos necesitan atacar para que este repliegue no sea una lotería.