Un año complicado, pero con final feliz. Yeray Álvarez comenzaba el año con una terrible noticia, sufría un tumor testicular, una enfermedad que no le dejaría en paz durante todo el año, pero superaría, volviendo a jugar en primera instancia, y definitivamente, tras su recaída en el mes de junio. Todo un ejemplo de lucha.
Futbolísticamente hablando, Yeray cerró una primera mitad de año de una manera impecable, siendo una de las revelaciones del equipo desde que debutara frente al Sassuolo en el 2016, realizando muy buenos partidos defensivamente y ayudando al equipo a mantener la puerta a cero en un total de cinco de los 16 encuentros que ha disputado en este año.
Arranque de año difícil, pero superado
El año de Yeray no fue fácil, por su enfermedad, un tumor testicular, se perdió todo el mes de enero, pero venció a la enfermedad por primera vez, y regresó a los terrenos de juego en el primer partido del mes de febrero, coincidiendo con la peor etapa de juego del Athletic, con tres victorias de cinco encuentros y una eliminación en la UEFA Europa League, Yeray fue entrando poco a poco en la dinámica de equipo.
A partir de ese momento, no hubo nadie que fuera capaz de bajar a Yeray del centro de la zaga, los 13 encuentros restantes ligueros que quedaban los jugó, como titular, y sin ser sustituido nunca y con actuaciones brillantes ayudando además a que el equipo acabara la temporada en séptima posición.
Parecía que el cuento, había llegado a su final feliz, pero como en todos los cuentos de hadas, siempre hay un momento en el que el protagonista sufre algún revés pero acaba dándole la vuelta a la situación.
Pelear hasta ganar para volver a jugar
La historia daba un vuelco inesperado el 13 de junio de 2017. En los controles rutinarios de pretemporada, a Yeray se le detectaba una anomalía (adenopatía) que debía ser tratada, por lo que el jugador comenzaría un tratamiento complementario (quimioterapia) indicado por los especialistas. Volvió a ser un duro golpe para toda la familia Athleticzale, y para el jugador aún más, pues estaba postulado de titular para jugar el Europeo sub-21, y tuvo que perdérselo.
Pero en estos casos, el futbol pasa a segundo plano y se ve la bondad de las personas, los compañeros, y lo que realizaron sus compañeros del Athletic será recordado en el mundo del futbol para siempre.
En solidaridad con su compañero Yeray, todos y cada uno de los futbolistas que forman la primera plantilla rojiblanca se raparon el pelo para vivir con él esa etapa de la enfermedad que estaba viviendo. El jugador además lo desconocía, y fue citado a Lezama para llevarse una sorpresa que el Athletic grabaría y compartiría en sus redes sociales.
Hasta que en el mes de septiembre llegó la noticia de que el príncipe había vencido al malvado dragón. El central recibía el alta médica totalmente recuperado y comenzaba el proceso de recuperación para unirse al grupo cuanto antes, y así fue, Yeray ya correteaba por Lezama e intentaba con el paso de los meses, estar al nivel del resto del grupo.
En noviembre ya se le veía, con un peto especifico tocar la pelota en los habituales rondos de sus compañeros, y finalmente, el momento que tanto el joven central, más que nadie, como el resto de gente de futbol por el mundo estaba esperando, Yeray volvía a una titularidad, aunque no fuera con el primer equipo, el encuentro de la Premier League U23 frente al Swansea en el que el central fue titular fue la mejor noticia con la que se pudo cerrar el año.