Celta y Barcelona se enfrentaban en Balaídos en el primer partido del año para los dos cuadros. Con la Copa del Rey en juego, ninguno de los dos equipos defraudaron y regalaron al espectador un precioso encuentro.

El partido estuvo marcado en los primeros compases por el protagonismo del Celta de Juan Carlos Unzué. El equipo local planteó de inicio una presión alta que, por momentos, ahogó al Barcelona. La posesión era celeste, pero no llegaban ocasiones que inquietaran a Jasper Cillessen. Sin embargo, el Barça también hizo uso de su condición de favorito para adelantarse en el marcador.

Está claro que el equipo de Ernesto Valverde está dotado de una varita mágica esta temporada. Los blaugrana se adelantaban en el marcador por medio de José Arnaiz en el minuto 15. La sorpresa en el once visitante recibió un balón en el corazón del área del Celta para poner el 0-1 en el electrónico tras una contra. Era la primera ocasión que tenía el Barça en todo el encuentro, pero demostró que es un conjunto muy eficiente. El protagonista de la jugada, André Gomes: pese a no ser un jugador excesivamente rápido, se aprovechó del vacío que había por la banda derecha celtiña para volver loco a Lobotka y servir en bandeja el tanto a Arnáiz.

Fue entonces cuando el equipo catalán tomó la iniciativa y dominó al Celta durante una fase del partido, pero al llegar la media hora de juego las cosas volvieron a su cauce. Pione Sisto igualaba la contienda con un potente derechazo ante el que Cillessen no pudo hacer nada. Todo esto tras una jugada extraña y con polémica, en la que se llegaron a pedir un gol fantasma de Iago Aspas y que el balón había salido por línea de fondo justo antes del tanto. Sin embargo, Martínez Munuera acertó en todas sus decisiones. 

Paulinho y Wass intentarían adelantar a su equipo, pero el resultado ya no se movería en el primer periodo. La primera parte concluía tras haber deleitado al espectador con unos apasionantes 45 minutos de gran fútbol en los que, por juego, fue superior el Celta.

El Barça fue más Barça en la segunda parte

La segunda mitad estuvo marcada por un mayor dominio del Barcelona en el juego. El Celta, más atenazado por el cansancio debido al gran esfuerzo de la primera mitad, cambió de estrategia para aguantar a un crecido Barça. Aún así, ni siquiera los cambios permitieron al conjunto de Valverde imponerse finalmente en el resultado.

Emre Mor, Brais Méndez y Roncaglia entraron por parte de los vigueses, el último de ellos obligado debido a la lesión -o al menos precaución- de Jonny. En el Barça, se produjo el esperado retorno de Ousmane Dembélé. El francés volvía a sentirse futbolista después de más de tres meses de lesión, la que sufrió en el campo del Getafe. Además, el 'Txingurri' también dio entrada a Sergi Roberto y a Rakitic.

Tanto uno como otro equipo gozaron de ocasiones claras para vencer el partido, aunque ninguno lo logró. Especialmente buena fue una de Sergi Roberto al filo del minuto 90, cuando recibió una asistencia de Semedo que estrelló en el palo de la meta de Sergio Álvarez. El Barça echó en falta la ausencia de sus dos únicos delanteros centros, ya que el exentrenador del Athletic Club decidió dar descanso a Luis Suárez, a lo que se sumó la baja por lesión de Paco Alcácer.

El partido concluyó con el mismo resultado con el que se había llegado al término de los primeros 45 minutos. De esta manera, queda la eliminatoria totalmente abierta para el choque de vuelta en el Camp Nou. El Barça parte con ventaja debido al valor doble de los goles fuera de casa.

Para este partido de vuelta se espera que Valverde cuente ya con Lionel Messi y con el mencionado Luis Suárez, ya que habrán tenido más entrenamientos con los que afrontar el encuentro.