Después de una primera mitad sin mucho fútbol, el Barcelona B saltó al terreno de juego, tras pasar por vestidores, con una marcha más. Los intentos de los azulgranas por sumar ante el Osasuna fueron en vano: la suerte no estuvo de cara para los catalanes, y sí para los vascos, que lograron materializar sus escasas ocasiones de gol para llevarse los tres puntos del Mini (0-2).
Tras el partido, Carles Aleñá lamentaba las ocasiones fallidas, que pudieron haber significado un resultado distinto para el filial: "Lo he tenido yo, lo ha tenido Nahuel, lo ha tenido Vitinho. Hemos tenido muchas ocasiones, no hemos conseguido marcar, creo que ha sido un resultado bastante injusto, pero el fútbol es así, a veces merecemos perder, y ganamos. Hoy se ha visto un gran Barça, eso es lo que buscamos, tener el balón, dominar, crear ocasiones, cuando perdemos el balón hacer la presión alta. En la segunda parte sobre todo hemos dado ese pasito adelante, hemos estado mejor, pero el resultado final es el 0-2 y no queda otra que seguir".
Sensaciones contradictorias
Las sensaciones, dado tanto el juego de los culés como el resultado, eran contradictorias, según explicó el futbolista: "Por una parte estamos contentos porque ésta es la línea en que hemos de jugar, esta es la sensación con la que hemos de salir en los partidos en el Mini, pero por otro la realidad es que es un 0-2, que hemos perdido otro partido y otra oportunidad para alejarnos de la zona baja, pero vamos a pensar en el Sevilla, que será un partido muy complicado e intentar sacar los tres puntos.
A los de fuera le cuesta porque no es fácil adaptarse al ADN Barça
El de Mataró dijo que pese a no sentir que el equipo tenga dependencia suya, le gusta sentirse importante. "Creo que he dado ese paso al frente que debía dar para responder a la confianza que me ha dado el club. No me estoy haciendo responsable, ni siento que tenga que ser el que siempre decide, pero sí que me gusta ser importante, tener la pelota y crear ocasiones. Eso lo hago de forma natural, lo he hecho toda la vida. Nos está costando un poco con los jugadores de fuera, no es fácil adaptarse al ADN Barça", dijo.
Aleñá se mostró agradecido por los halagos que le había dirigido el entrenador del Osasuna, Diego Martínez, en rueda de prensa: "Muchas gracias por las palabras que me ha dicho, no se me va a subir a la cabeza, estoy muy tranquilo. Estoy en un buen momento, me estoy viendo muy cómodo en el filial, estoy encontrando mi posición, mi manera de jugar, me estoy haciendo mucho más futbolista, porque la Segunda A exige madurez. Intento ahora pensar más, antes era más cabra loca. Trabajo para llegar al primer equipo, es mi sueño, me quedé aquí por eso y trabajaré para conseguirlo".