El domingo a las 18:30 de la tarde se presenta ante el público de Anoeta el Girona FC de Pablo Machín. Si uno hubiera realizado una evaluación al comienzo de la temporada sobre los partidos que a priori había que ganar como local sí o sí, este hubiera sido uno de ellos. Sin embargo la realidad dice otra cosa bien distinta y llega a San Sebastián un conjunto harto complicado. Los gerundenses tienen 44 puntos en la clasificación, los cuales le permiten haber conseguido el objetivo de la salvación y a su vez estar soñando con entrar en puestos europeos. Parece mentira y era tan inimaginable como que a estas alturas de la Liga los catalanes le saquen nada más y nada menos que diez puntos a su próximo adversario, la Real Sociedad.
Laterales de largo recorrido y mucha movilidad arriba
El Girona de Pablo Machín no es un equipo común. Estamos ante un conjunto de autor, con un esquema propio y unas ideas muy claras. Su sistema tampoco es muy habitual en el mundo del fútbol y se podría definir como un 3-4-2-1.
Así pues la defensa la forman tres centrales, teniendo en las bandas dos de sus mejores bazas ofensivas. Pablo Maffeo y Johan Mojica suben y bajan constantemente, atacando espacios y creando superioridades en banda.
Intensidad y acumulación de gente
Explicar estos conceptos no tiene mayor complejidad. Machín aboga por un bloque intenso, que vaya a las jugadas con fuerza y tiene en la acumulación de jugadores una de sus grandes fortalezas. Su esquema le permite ocupar muy bien todos los espacios y la movilidad de hombres como Portu, Granell o Aleix García ayudan a la eficacia de este modelo de juego.
Pere Pons y once más
Es el estandarte del equipo. Indiscutible en el doble pivote, este canterano nacido en Sant Martí de Vell es un auténtico perro de presa. Su tándem junto a Granell es interesantísimo y muestran una complejidad digna de estudio. La compenetración entre ambos resulta clave y el resto del equipo va al compás que marcan ellos en la presión. Se nota para bien que llevan años jugando juntos.