La Real goleó al Girona y completó uno de sus mejores partidos en Anoeta de la temporada y probablemente el encuentro más plácido de todo el curso. Imanol Alguacil revolucionó el once con hasta seis cambios respecto al partido contra el Eibar, repitiendo el esquema táctico de 1-4-3-2-1 que le funcionó para empatar en Ipurua. Desde los primeros minutos la superioridad realista fue notable, principalmente porque se pasó toda la primera parte en campo del Girona encerrando a los de Machín en su campo.

La puesta en escena intimidó a los gerundenses que no supieron darle la vuelta a un inicio espectacular de los txuri urdin. La intensidad con la que jugó el equipo de Alguacil sorprendió al rival, y estuvieron a merced suyo en todo momento. En el minuto 10 Sergio Canales adelantó a la Real en un centrochut que se envenenó y acabó entrando en la portería de Bono. Siguieron a un alto nivel los blanquiazules sin dejar un respiro al Girona y tras un pase de Rubén Pardo entrelíneas a Januzaj terminó en una finalización perfecta y la Real se adelantó 2-0 en la media hora de juego. El vendaval realista era tal que un equipo que se encontraba en octava posición a dos de Europa y el equipo revelación de la temporada no se le vio aparecer en ningún instante en Anoeta. El equipo de Alguacil desactivó el ataque del Girona y frenó el centro del campo rival.

Máxima eficacia goleadora y solidez defensiva

Las dos claves del encuentro después de analizarlo fueron dos mayoritariamente. El primero la eficacia goleadora de un equipo que en anteriores jornadas le había costado marcar gol, de siete ocasiones de gol anotó cinco y eso supone una efectividad del 71% una estadística a tener en cuenta. Ponerse con una ventaja de dos goles antes del descanso significó dar moral al equipo y una mayor confianza al estilo de la Real. El 3-0 cerró el partido en el minuto 71, a falta de veine minutos para el final del encuentro. El Girona estuvo desaparecido y el primer gol de Oyarzabal le hirió y no fue capaz de remontar.

Miguel Ángel Moyá en lo que duró en el partido, porque se tuvo que retirar lesionado no recibió ningún solo tiro a puerta, soló una llegada de Mojica que llegó manso a las manos del guardameta balear. Toño Ramírez tampoco tuvo mucho trabajo, y es que el Girona no demostró su potencial ofensivo gracias al trabajo defensivo de todo el equipo, y eso demuestra el dato que los gerundeses remataron una vez a portería en todo el partido. Esta estadística es significativa porque con le llegada de Alguacil la Real ha dejado la portería a cero en los dos encuentros, y ha mostrado una solidez defensiva desconocida hasta el momento.