La grandeza de la Champions League hace que no existan los trámites en esta competición. Todo puede pasar en un partido cuando suena la música de los campeones. Numerosas y heroicas remontadas ocupan las páginas de los libros de historia de la Copa de Europa. 

Real Madrid y Juventus se enfrentarán en el Santiago Bernabéu, en la vuelta de los cuartos de final, tras el contundente resultado de la ida, pero tanto entrenadores como jugadores saben que todavía no se ha dicho la última palabra. Por algo Zidane y Cristiano pactaron ese cambio que sorprendió a todos cuando rondaba la hora de partido en el derbi madrileño. En la retina madridista, la vuelta de las semifinales de la temporada pasada, cuando en apenas veinte minutos el Atlético de Madrid se puso a solo un gol de mandar la eliminatoria a la prórroga tras el 3-0 de la ida. Benzema acabaría solventando esa noche con una jugada para el recuerdo, pero la afición madridista pensó durante unos minutos que la venganza atlética tras Lisboa y Milán iba a llegar en la última noche europea del Vicente Calderón. 

La Juventus aún respira

La Vecchia Signora sigue viva. Al borde del abismo tras el resultado de la ida, confía en plantear un serio partido en Chamartín y poder meter al vigente campeón en un apuro frente a su afición, en su santuario. Un gol tempranero del equipo italiano podría crear una tensión innecesaria en los jugadores blancos y ahí es donde los italianos pueden crecerse.

Su técnico, Massimiliano Allegri, cree en sus pupilos. Este fin de semana, en plena pugna con el Nápoles por el título de la Serie A, ha reservado a sus principales baluartes de cara a la final que les espera en Madrid. Solo Alex Sandro y Dybala repitieron en el once juventino que logró la victoria el sábado en Benevento. Higuaín, Khedira, Barzagli, Chiellini, Buffon... Casi todos los que sufrieron sobre el verde la chilena de Cristiano Ronaldo el pasado martes, vieron el encuentro desde el banquillo pensando en cómo meter mano a la bestia blanca europea. 

Betancur y Dybala son los únicos que se perderán el gran partido, el primero por acumulación de tarjetas y el segundo por su expulsión en Turín. Si bien es cierto que "La Joya" es el máximo peligro de los italianos, jugadores como Manduzkic o Cuadrado podrían suplir con garantías al argentino. Porque la Juventus es mucho más que un solo jugador. Es un club histórico con un escudo que pesa, que gana partidos. Ya lo demostraron en Wembley, donde tras ser inferiores durante toda la eliminatoria, lograron eliminar al Tottenham Hotspur con dos destellos de Higuaín y una férrea defensa sobre el arco de Buffon. 

Remontar un 0-3 en casa del rey de Europa parece una misión imposible. Pero, como ya se ha dicho, no hay nada imposible en esta competición. El Real Madrid lo sabe. Muchas de las grandes remontadas de la Copa de Europa llevan el sello blanco, van en su ADN. Los jugadores blancos deberán hacer todo lo posible para que la historia no se vuelva en su contra y terminar de rematar a la víctima maltrecha que dejaron en el Juventus Stadium. Porque lo que para los italianos puede ser un milagro y un hito futbolístico, para el Real Madrid supondría una catástrofe y probablemente la peor temporada del club en este milenio

Un partidazo aguarda en el Santiago Bernabéu el próximo miércoles, donde los 22 elegidos por sus entrenadores dejarán hasta su último aliento por el escudo que defienden y llevan en el pecho.