Un paso atrás para los majariegos en su sueño por sentenciar el liderato del grupo I. Los de Antonio Iriondo se dejaron dos puntos claves en Cerceda y volverán a Majadahonda con un ojo puesto en el Fabril, que de ganar, les arrebataría el liderato. Por contra, el conjunto gallego se suma a Caudal Deportivo y al Deportivo Aragón como clubes descendidos matemáticamente a Tercera División.

Un inicio con sopresas en el once

Como ya nos tiene acostumbrados Antonio Iriondo, volvió a sorprender en su once inicial. El equipo madrileño salió con Andújar como lateral derecho, posición novedosa para él,  con lo que el conjunto madrileño salía al partido sin un lateral derecho puro.

Por su parte, el conjunto gallego tenía en mente la idea de que era un gran día para darle una alegría a su afición tras una nefasta campaña que les ha llevado de nuevo al pozo de la Tercera División. Como si de una final se tratase, los chicos de Josito salieron a comerse al líder atacando constantemente por esa banda derecha en la que Iriondo estaba experimentando.

Junto a la intensidad con la que salió el equipo local, el estado del césped tampoco acompañaba a un Rayo Majadahonda que sabía que si quería salir airoso de ese peligroso encuentro , tendría que sudar la gota gorda.

El guión del partido continuaría igual, con el dominio del Cerceda, hasta que en el minuto 31, en un error de la defensa del Rayo, el balón es atrapado por el guardameta Basilio, que el árbitro interpreta como cesión. Agulló sería el encargado de el lanzamiento indirecto y, con sangre fría, logró batir la portería de uno de los cancerberos más seguros de la competición.

Un cambio de guión en la segunda mitad

Hasta el descanso, el Cerceda se encontraba cómodo en el partido, dominando a todo un líder de la liga como el Rayo Majadahonda. Pero los majariegos demostraron por qué son uno de los mejores equipos de la competición con un inicio de partido soberbio que tuvo su premio a los dos minutos de juego: tras un accidentado rechace de la defensa gallega, Jeisson aprovechaba para poner el 1-1 en el luminoso. 

A partir de entonces, los madrileños acosaban a la zaga gallega y éstos despejaban balones a diestro y siniestro. Iriondo se dio cuenta de que tenía al Cerceda donde quería y sacó a su pichichi y revulsivo Dani Pichín, cuya participación, sorprendentemente, brilló por su ausencia.

Pasaban los minutos y el Rayo se topaba ante un excelso Ángel Díez y una zaga muy segura tras el gol visitante. La única solución que se le ocurría al técnico del conjunto majariego fue meter más pólvora con la entrada de Chiqui y Coto ,pero resultaron insuficientes ante una defensa gallega que, de haberse mostrado así durante más tramos de la temporada, de seguro que no estaríamos hablando de el primer equipo descendido del grupo I.

Al final, reparto de puntos que deja a los locales matemáticamente en Tercera División y a los locales mirando de reojo a lo que hará el Fabril en su visita al Atlético "B". Quedan cuatro finales y solo un equipo podrá llevarse el liderato.

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Sobre el autor
David Más Jaen
Los éxitos de los equipos humildes se escribirán con letras de oro.