Más de setecientas gargantas se hicieron notar en el Mini Estadi muy por encima de los aficionados azulgranas. Desde el minuto uno hasta el fin del partido se pudo oír a la marea franjirroja dando ánimos a su equipo en un encuentro vital para ambos conjuntos para lograr objetivos muy distintos. El Rayo buscaba ser líder -objetivo que por el momento han conseguido-, o al menos seguir luchando en las posiciones altas de la tabla. Mientras el Barça B necesitaba los tres puntos para alejarse del descenso.
Viaje de vuelta
Este desplazamiento masivo se pudo producir gracias a que el Rayo Vallecano puso a disposición diez autobuses para que los aficionados que desearan, pudieran trasladarse a la Ciudad Condal por tan sólo diez euros. Además esta promoción incluía la entrada. La marea franjirroja tuvo un viaje muy cansado, ya que los rayistas partieron de Madrid a la 1:00 de la madrugada del domingo, para poder llegar con tiempo y hacer turismo por Barcelona antes del partido.
A la salida los autobuses tenían prisa por salir y llegar a la hora estipulada. Pero las prisas en los viajes organizados no son buenas. Y algunos aficionados tuvieron la suerte de poder fotografiarse con algunos héroes del conjunto de la franja, mientras que otros tuvieron que meterse en el autobús nada más acabar el encuentro. Pero lo duro de la vuelta a casa fue cuando a través de Unión Rayo se pudo saber que los autobuses número nueve y diez habían pinchado y no podían salir. Los pasajeros de ambos autobuses no pudieron ponerse en marcha hasta las ocho de la tarde.
Horas después los rayistas que habían saboreado la victoria en el Mini Estadi llegaron a su destino. Algunos antes que otros y más cansados. Pero la cara de felicidad de la parroquia rayista no la han podido parar unas horas de retraso de lo planeado en la llegada por un contratiempo.