Un derbi con posibilidades

Los donostiarras esperan a unos bilbaínos en horas bajas y sin atisbo de recuperación alguno

Un derbi con posibilidades
Imágines de uno de los derbis vascos en San Mamés | Imagen: VAVEL
xabi980
Por Javier Luengo

Los leones llegan a la capital gipuzcoana en uno de sus peores momentos.  Decimocuartos en liga, a seis puestos del descenso y con sus rivales más anhelados, los donostiarras, tres puestos por encima.  No están en uno de los momentos más boyantes de la temporada, encadenando derrota tras derrota, con algún empate que otro entre medias, los vizcainos asoman los hocicos con verguenza entre los vestuarios de Anoeta.  

Ziganda no está dirigiendo a los leones como se esperaba tras la salida repentina hacia Barcelona de uno de los grandes salvadores del club, Valverde.  Pese a haber vaciado parte de las arcas arrebatando de forma fastuosa a clásicos de San Sebastián como Iñigo Martínez, pese a tratar de, mediante inyecciones de capital en todos los estratos del club mejorar su posición y, conseguir unos puestos similares a los de temporadas pasadas en la liga, el Athletic Club de Bilbao no remonta el vuelo.  

Encuentros con clubes que, en principio, no deberían de haber supuesto problema alguno para los bilbainos como el pasado jugado en casa contra el Levante o el disputado contra el Deportivo de La Coruña semanas atrás, al final parecían cimas inalcanzables para los que visten la camisa blanquiroja.

Por su parte, la situación de los donostiarras deja que desear.  Hay una inestabilidad en Anoeta que llevan intentado curar desde hace semanas.  No se explican que tras hacer ganado contra el Atlético de Madrid 3-0 en casa, al viajar a Málaga, los andaluces les encajen dos tantos a la primera de cambio.

Sin embargo, la majestuosidad sobre la que se levantó el el nuevo San Mamés no parece extrapolarse a la situación en la que están instaurados cuerpo técnico y plantilla.  El rugido de los leones no parece escucharse más allá de la ría, parece que poco a poco se está apagando.  Aunque el león siempre ruge y, cada vez más fuerte.