Hay una historia que ha conmovido al rayismo. La historia del pequeño Iker. El abonado del Rayo Vallecano, nacido el pasado quince de septiembre de 2016, padece una dura y grave enfermedad que le diagnosticaron cuando tenía 18 meses de vida, la cistinosis.

Un ejemplo para Vallecas

La enfermedad es ampliamente desconocida, tan sólo sólo hay documentados 57 casos en España y dos concretamente en la Comunidad de Madrid. Ante esta causa, sus padres, Alberto y Cristina, solicitan más ayudas a la investigación. Según han declarado sus padres al portal Vallecas Web, esta enfermedad empezó a hacerse notar cuando el pequeño Iker no paraba de beber agua en todo el día, y además el niño perdía todos los nutrientes a través de la orina (glucosa, fósforo, potasio...) Y no sólo eso, transporta una serie de cristales que se hospedan en los órganos hasta dejarlos inutilizables. Además, por si fuera poco, dicha enfermedad no tiene cura.

En caso de no haberse detectado la enfemerdad, Iker no tendría posible alcanzar los diez años de edad. Pero al haberlo descubierto, seguramente al llegar a los quince o veinte años necesitará un trasplante de riñón. Porque la medicación frena los efectos de la patología, pero no los evita. Y la medicina propia de la cistinosis, Cystagon, tiene que tomarla estrictamente cada seis horas, porque en caso contrario, y como han narrado sus padres: "No nos podemos pasar ni un minuto, porque cada minuto que tú te pases al niño se le han depositado cristales en algún órgano y para eso no hay marcha atrás." Existe una medicación que se proporciona cada doce horas, pero es aún más cara. El tratamiento que el pequeño recibe cuesta 250 euros al mes, mientras que el medicamento ascendería a 3.000 euros mensuales.

Las esperanzas de sus padres pasan por la investigación en Estados Unidos, donde se están haciendo pruebas con células madre. Además el pequeño dentro de poco tendrá que echarse cada determinado tiempo unas gotas para que los cristales depositados en los ojos se disuelvan; en caso contrario, podría quedarse ciego. Pero Iker, mientras tanto, sigue extendiendo su pasión por el Rayo. De hecho participará el próximo doce de mayo en la I Carrera del Rayismo Infantil a las 12:00 horas, corriendo junto a otros niños, que como él, llevan la franja en la vestimenta y en el corazón.

Raúl de Tomás celebrando un gol | Fotografía: La Liga
Raúl de Tomás celebrando un gol | Fotografía: La Liga

El objetivo de su familia es que Iker pueda llevar una vida normal. Ahora mismo se le están administrando doce jeringuillas con medicinas y en su enfermedad el tiempo juega en su contra. Así que tratarán de hacer fuerza para que, las investigaciones, por muy costosas que sean, sigan adelante, porque merecerá la pena ver al pequeño cargado de felicidad cantando los goles de su equipo. Y mientras tanto quien sabe si Iker salta al césped junto al portero de Vallecas -posición en la que jugó su padre en la cantera franjirroja-, Alberto García, mientras los Bukaneros gritan un atronador ¡Iker, Iker! Algo que sería un gran chute de felicidad para el pequeño y para su familia.