El 13 de mayo del 2018 será una fecha que ningún aficionado romano olvidará jamás. Cuando todo parecía más que perdido, partido y objetivo de la permanencia, el coraje y la fortuna se aunaron para llevar al Mérida a conseguir su segunda victoria a domicilio de la temporada. Un equipo prácticamente muerto resucitó para seguir soñando durante dos semanas más… aunque no opina así el técnico emeritense Mehdi Nafti: “¿Os ha parecido que el equipo estaba muerto? No lo comparto en absoluto. Si queréis, contamos las ocasiones de gol que hemos tenido nosotros y las que ha tenido el Córdoba B”. Porque el Mérida las tuvo, sí, pero, una vez más, la pelotita no entraba ni daba la sensación de que lo haría en todo el encuentro, al menos a favor de los visitantes.

“El equipo ha estado vivo desde el minuto 1 hasta el minuto 100”, afirma Nafti. Sí, sí, 100, han leído bien. Algo más de 100 minutos en los que, para el técnico, sus jugadores “han creído en lo que estábamos haciendo cuando lo más fácil era bajarse del barco”. Es por ello que el franco-tunecino piensa que salen reforzados, pero "queda mucho camino por recorrer”.

Las malas decisiones y el mal juego de los emeritenses habían llevado al equipo de la capital extremeña hacia una situación extrema. Además, la suerte tampoco ha estado muy de su lado esta temporada, razón por la cual Nafti ha afirmado con rotundidad que “el fútbol ha sido justo porque, sobre todo los últimos partidos, había sido muy injusto con nosotros, o, al menos, esa es la sensación que se tiene dentro del vestuario”. La forma en que se ha conseguido la victoria también le hace creer que salen reforzados anímicamente: “No me acuerdo de la última alegría que hemos tenido, el grupo y yo la necesitábamos, y ha sido en el momento idóneo, en el último segundo”.

El míster no ha dejado de lado la deportividad acordándose de los locales apenas comenzada la rueda de prensa: “El vestuario está eufórico, los chicos juegan para vivir este tipo de partidos, pero también hay que ser humildes, porque esto supone un descenso para el rival, hay que ponerse en su piel”.

No obstante, y como todo entrenador que se precie, ha querido relativizar la victoria porque, en realidad, el Mérida aún no sabe en qué categoría jugará la 2018/2019: “Vamos a celebrarlo el tiempo del viaje de vuelta, y mañana nos pondremos a trabajar sabiendo que no hemos hecho absolutamente nada… salvo seguir vivos”.