Con vistas a la gran cita, Francia saltaba al césped del Parc Olympique Lyonnais con la mente puesta en sacar una victoria que les diera la suficiente moral como para afrontar su debut en la fiesta moscovita. Habiendo ganado sus dos primeros partidos de preparación batiendo a Irlanda y a Italia de forma contundente y dando un golpe de autoridad, el último escollo a superar era el de ganar a los Estados Unidos antes de poner rumbo a Rusia, donde finalmente, no habría marcha atrás y comenzaría lo importante de cara a presenciar la lucha en la que, treinta y dos equipos, lucharán con distintas armas por un mismo objetivo.

Tres semanas después de haberse disputado la final de la Europa League en el césped del Groupama Stadium, la que es la casa del Olympique Lyonnais recibía de nuevo a Antoine Griezmann, pero esta vez, vestido con la elástica del combinado 'bleu'. Con la máxima expectación puesta sobre su figura y sobre su futuro, la estrella de Francia salía al terreno de juego con ganas de engrasar la máquina para afrontar una buena actuación en Rusia. Así salían todos y así quería hacerlo Didier Deschamps frente a los de Dave Sarachan.

Bajo el cielo de Lyon, todas las miradas estaban centradas en el once inicial que sacaría el técnico galo al terreno de juego. Él mismo fue quien dijo que ese equipo, sería muy parecido al que sacaría en el debut que firmaría Francia contra Australia. Con la vuelta de Raphäel Varane a las inmediaciones de la zaga defensiva, el central del Fútbol Club Barcelona, Samuel Umtiti, era titular en un once en el que con los recientes lesionados Benjamin Mendy y Djibril Sidibé por las bandas, el conjunto galo salía a por todas.

En la zona de la medular, el de Bayona salía con jugadores potentes, dándole prioridad al físico antes que al juego ofensivo. N'Golo Kanté, Blaise Matuidi y Paul Pogba eran los elegidos para dominar el centro del campo y conectar a la perfección con una zona de ataque en la que Olivier Giroud dejaba sentado en el banquillo a Ousmane Dembélé, acompañando a Antoine Griezmann y Kylian Mbappé en un ámbito de actuación en el que no supieron crear demasiado peligro, perdonando alguna que otra oportunidad clara y sucumbiendo con un empate ante los estadounidenses, que con la firma de Julian Green, golpeaban primero después de un fallo cometido por Djibril Sidibé en defensa.

Fue entonces en la segunda parte, cuando Francia comenzó a notar un cambio en su juego, dando salida a sus revulsivos. El delantero del Fútbol Club Barcelona, Ousmane Dembélé, salió junto a Lucas Hernández, Benjamin Pavard, Nabil Fekir, Thomas Lemar y Corentin Tolisso. Entonces, las bandas fueron más utilizadas y los atacantes pudieron entrar más en juego. Con un gol de Kylian Mbappé, Francia se marchaba del Groupama Stadium avisada, pero relajada y con confianza de cara a afrontar el tramo más decisivo. En la fase de grupos, los de Didier Deschamps no podrán fallar: Australia, Dinamarca y Perú, no perdonarán y la competencia está servida.