La magia de los playoffs vistió de gala al Narcís Sala en un lleno absoluto para vivir el partidazo entre la UE Sant Andreu y el CD Castellón. En los aledaños del estadio se vivía el ambiente de una auténtica final, con las dos aficiones animando a los suyos a viva voz, a sabiendas de que un tropiezo dejaba a los suyos fuera del sueño del ascenso. Con el 0-0 en la ida, ambos equipos querían un resultado que les pusiera en la tan deseada tercera ronda de la fase de ascenso.
El Sant Andreu sufrió un arbitraje polémico, con un penalti en contra más que dudosoLa injusticia se cebó con el Sant Andreu, que aprovechó el factor campo para arrollar a un cuadro castellonense desconocido. Con la afición catalana empujando más que nunca, el conjunto amarillo vio como se le escapaba el encuentro en una acción más que dudosa del colegiado Daniel Velázquez Rodríguez, que arbitró con doble rasero, perjudicando claramente al cuadro local. Con esta tónica, el encuentro estuvo marcado por la intensidad y la agresividad que le imprimieron ambos equipos.
La polémica da la ventaja al Castellón
Los primeros minutos estuvieron marcados por la salida frenética de ambos equipos, que intentaron mostrar su mejor cara desde el primer minuto. Las dos escuadras querían conseguir lo antes posible la ventaja que les diera la tranquilidad para afrontar la hora y media sin la presión de tener que sacar el resultado, pero en Tercera parece una utopía pedir algo así.
El Castellón se adelantaba a los cinco minutos con un tanto de Cubillas, anulado por posición antirreglamentariaEl Club Deportivo Castellón salió muy atrevido, ante un Sant Andreu que todavía estaba entrando en el partido. Con estas, en el minuto 5, los centuriones se avanzaban con un tanto de Cubillas, que el colegiado anulaba por posición antirreglamentaria. Esta acción, lejos de motivar a los chicos de Sergi Escobar, les hizo bajar su rendimiento de manera fulgurante. Los catalanes entonces comenzaron a sentirse muy superiores sobre el verde.
Presión, intensidad y ritmo alto son los tres mejores adjetivos para describir lo que pasó en el césped. Los de Mikel Azparren despertaron de golpe y trazaron las mejores jugadas hasta entonces. Muy destacado Josu, futbolista más activo para los catalanes. El equipo visitante solo podía ver como su rival le creaba peligro, sin poderlo contestar. En el minuto 29 intentaron romper la hegemonía con un disparo de Cubillas, pero enseguida hubo contestación por parte del Sant Andreu, que tenía la eliminatoria donde quería. Dos minutos más tarde hubo una doble acción polémica; Zagalá salió con los puños a despejar un balón pero se topó con la cara de Josu, y una vez en el suelo le volvió a agredir. Una agresión que el colegiado no vio pero sí lo hizo la afición local, que enfureció con la permisividad de Daniel Velázquez.
La primera parte se cerró con otra polémica arbitral. El colegiado señalaba un penalti a favor del Castellón tras un agarrón de Carroza, que vio la tarjeta roja. De esta manera, gracias a la pena máxima lanzada por Rubio, los visitantes se iban al descanso con la ligera ventaja en el marcador de 0-1. A ambos conjuntos les costó enfilar el túnel de vestuarios, puesto que se enzarzaron antes de abandonar el verde.
El Sant Andreu cree hasta el final
La segunda mitad estuvo marcada por la cantidad de tarjetas amarillas que tuvo que mostrar el colegiado. El encuentro subió las revoluciones ya que el cuadro barcelonés se lanzó con todo para tratar de conseguir el empate, y más adelante la victoria. El Castellón solo pudo defenderse e intentó crear peligro con acciones puntuales al contraataque, que frenó el Sant Andreu también con faltas.
El Sant Andreu lo intentó hasta el final pero solo pudo empatar el partido por medio de ÓscarOtro punto positivo para los amarillos fue la presión efectiva que ejercieron sobre su rival. Los pupilos de Mikel Azparren ahogaron al equipo castellonense, situación que se tradujo en recuperaciones en tres cuartos de campo. Además, el público local fue aumentando la intensidad de los cánticos con el paso de los minutos, conscientes de que convertir el Narcís Sala en una olla a presión sería la única forma de conseguir una hazaña que se preveía complicada.
Las tuvo el Sant Andreu. Su acoso constante sobre la portería de Zagalá, que salvó a los suyos en más de una ocasión, fue el mejor argumento para tratar de voltear un resultado adverso. El Castellón se sintió todavía más inferior y le costó más defender el esquema planteado por Azparren, que plantó un 4-3-2, con los dos puntas (Kuku-Elhajdi) bajando balones para dejarlos a los medios que llegaban desde segunda línea.
Al término del partido, en el minuto 87, los catalanes anotaban el empate por medio de Óscar. Era el hilo de esperanza al que se sujetaban para tratar de voltear una eliminatoria a la que le quedaban seis minutos (tiempo añadido por el colegiado). El Sant Andreu murió en el área, intentando el segundo hasta el final, arropado por una afición que terminó reconociendo los méritos de su equipo. Chapeau también por la afición del Castellón, que con los futbolistas rivales tendidos en el suelo comenzó a corear: "Sant Andreu". Un ejemplo de deportividad, que debe dar ejemplo a todos.