Isco, el guía de la selección durante el Mundial

El malagueño fue uno de los pocos rescatables en una selección sin iniciativa y sin explosividad. Pieza clave para avanzar a octavos de final.

Isco, el guía de la selección durante el Mundial
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Por Pablo Arrivillaga

El Mundial de la selección española ya es oficialmente una pieza para el olvido, pero no se puede descartar la labor de algunos jugadores que dieron lo mejor de sí mismos para poner a La Roja en una mejor situación, tal es el caso de Isco Alarcón, el jugador del Real Madrid que fue el mejor activo del equipo durante la estadía en Rusia. 

Llamado en sus primeros años, "el futuro Iniesta", Isco ha crecido para volverse un jugador con sello único que no necesita vivir bajo la sombra de otro jugador. El malagueño fue pieza clave en el tablero de Julen Lopetegui, quien le dio confianza cuando más lo necesitaba, dándole un rol con mayor libertad y permisos creativos que lo volvieron rápidamente el jugador más peligroso de la selección. 

Con Fernando Hierro, las cosas no cambiaron para Isco, quien siguió siendo un eje del centro del campo al lado de Iniesta, con quien creó las mejores opciones del combinado español. Es en una combinación entre Iniesta e Isco que cae el gol del empate contra Marruecos; acción sin balón del ex jugador del Barcelona para ganar la espalda a la zaga, recibe el pase filtrado, devuelve para Isco y este define con calma de cara al arco. 

Isco anotando contra Marruecos. | Foto: Getty Images
Isco anotando contra Marruecos. | Foto: Getty Images

El de Arroyo de la Miel hizo un Mundial en el que se llevó la mayoría de reflectores, fue el timonel de una España perdida, intentando llevar el peligro la mayoría de ocasiones por el costado izquierdo junto a Jordi Alba y el mismo Iniesta. Fue uno de los jugadores que más regates realizó durante el torneo, quedando atrás de Neymar y Messi. 

Contra Rusia mostró el mismo nivel de la fase de grupos, buscando internarse en el área a como diera lugar, regateando, quitándose marcas y realizando disparos que, o se marcharon desviados, o, quedaron en el muro defensivo. No se le puede culpar por el exceso de individualidades, cuando era el jugador con más chispa sobre el césped, siempre buscó la mejor opción para profundizar y fue un peligro constante para las defensivas rivales. 

El Mundial de España terminó en Luzhniki, mismo escenario en el que se pudo ganar el Mundial, pero un equipo falto de espíritu se presentó al campo y por más que Isco luchó por cargar al equipo, no logró levantarlo, pero se queda con la motivación de que la vida y el fútbol dan revanchas y con el malagueño al cargo de generar peligro, el futuro de la selección española está bien asegurado.