Llevaba sonando desde hacía varios días; semanas, incluso. Parecía que el sanluqueño nacionalizado nicaragüense Dani Cadena (Sanlúcar de Barrameda, 1987) lo tenía hecho con el Mérida, pero en el club emeritense al único delantero al que anunciaron fue Javi Martín (Moraleja, Cáceres, 1992), tercer máximo goleador del grupo 14 de la Tercera División en la pasada temporada.

Sanluqueño, Betis B o Portuense son tan solo algunos de los equipos que disfrutaron de sus servicios antes de embarcarse en la aventura sudamericana que le llevó a defender la elástica de la selección nicaragüense tras nacionalizarse. Cadena, de hecho, ha llegado a disputar la CONCACAF. Primero fue el Walter Ferreti y después el Atlántico de la República Dominicana, ambos entre 2013 y 2016. Volvió a cruzar el charco, esta vez para militar en las filas del islandés KF Fjallabyggd y, más tarde, en el Njardvik, hasta que en 2017 se produjo la llamada del Real Estelí nicaragüense, y Dani volvió a coger el avión… para hacerlo de nuevo en 2018 rumbo a la capital extremeña.

El proyecto del Mérida ha atraído lo suficiente al atacante como para volver a recoger sus bártulos y visitar aeropuertos con destino Extremadura. Además, la situación política de Nicaragua no ha ayudado demasiado a que la balanza se decantase por el Real Estelí en lugar del equipo extremeño. De esta manera, el club romano busca suplir una de las carencias que les llevó al descenso en la pasada 2017/2018: la falta de gol. Cadena es un atacante nato, que no puro. Puede ocupar la posición de delantero centro, pero también se encuentra muy cómodo en la mediapunta, como podrán comprobar en el siguiente vídeo.

El Mérida se hace así con uno de los jugadores destinados a guiar al equipo de nuevo hacia la categoría de bronce, una obsesión que no desaparece de la mente de cualquier implicado con el club romano.